"Hay vino nuevo y bueno en las tinajas de nuestra indigencia" Una fiesta de bodas… de Dios con los pobres

Una fiesta de bodas…
Una fiesta de bodas… Fano

"El afán de poseer, la idolatría del dinero, la arrogancia del poder, habían transformado en 'Tierra abandonada' aquel paraíso, en 'Tierra devastada' una tierra que manaba leche y miel, en ruinas la ciudad amurallada"

"Se dice 'tierra', y se entiende: 'la humanidad que la habita', la humanidad que en esa tierra vive, en esa tierra sufre, en esa tierra muere"

"Feliz comunión con la Palabra que se hizo pobre, para que los pobres se hicieran Dios"

“Tierra abandonada”, “Tierra devastada”: nombres que un pueblo de corazón abatido y labios tristes daba a la que un día había sido para él la “Tierra prometida”, la tierra que el Señor le había regalado para que en ella sus hijos viviesen en paz y libertad.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

El afán de poseer, la idolatría del dinero, la arrogancia del poder, habían transformado en “Tierra abandonada” aquel paraíso, en “Tierra devastada” una tierra que manaba leche y miel, en ruinas la ciudad amurallada.

La cultura del descarte. Una de las grandes amenazas del siglo XXI - Regnum  Christi México

“Tierra abandonada”, “Tierra devastada”: se dice “tierra”, y se entiende: “la humanidad que la habita”, la humanidad que en esa tierra vive, en esa tierra sufre, en esa tierra muere.

“Tierra abandonada”, “Tierra devastada”: nombres que hoy se nos antojan apropiados para comunidades eclesiales y comunidades religiosas en vías de extinción, como lo serían también para el mundo de los sin techo, de los sin pan, de los excluidos del bienestar; nombres apropiados para hombres y mujeres que se mueven en los caminos de la clandestinidad, para hombres y mujeres a quienes nuestras leyes hicieron ilegales, para hombres y mujeres explotados y abandonados medio muertos al borde del camino de la vida.

“Tierra abandonada”, “Tierra devastada”: nombres que hoy, con toda verdad, se han de dar también a ese abismo, a ese mar, al que continúa bajando una humanidad rica de sueños y hambrienta de futuro.

Te miro, Jesús, en ese crucifijo de madera pobre, y te recuerdo Palabra hecha pobre para ser en todo como nosotros, también en la soledad, también en el exilio, en el abandono… Te miro y te recuerdo Palabra sin lugar para ti en la posada, Palabra exiliada de noche, Palabra abandonada de todos en la cruz… Te miro y te recuerdo en los inocentes que, a millares, sucumben condenados a una muerte atroz en caminos de arena, en pateras a la deriva, en un mar sin entrañas… Te miro, Jesús, y escucho, dicha para ti y para ellos, la palabra del profeta: “Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra, «Devastada»; a ti te llamarán: «Mi Predilecta», y tu tierra tendrá marido”.

Acostumbrados a ver la cruz por todas partes, no hemos aprendido a mirar el  rostro del Crucificado

Escucha y adora, humanidad pobre, humanidad crucificada, esposa amada, escucha y adora, porque el Señor te ha revestido de justicia y santidad; escucha y adora, porque el Señor se complace en ti, y tú eres en Cristo Jesús la alegría de tu Dios. Que escuchen y adoren los necesitados de evangelio, los necesitados de salvación, los necesitados de alegría, pues han llegado las bodas de Dios con nosotros, hay vino nuevo y bueno en las tinajas de nuestra indigencia, y la palabra del profeta se nos ha hecho evangelio. No dejes de proclamarla, mensajero de buenas noticias, pues esa palabra es luz en la noche de los pobres: ¡Tu tierra tiene marido!

La Eucaristía de este domingo tiene aire de banquete de bodas, y en ella se sirve en abundancia el vino de una alianza nueva y eterna entre Dios y nosotros.

Es verdad, ya no te llamarán: «Abandonada». Tu nombre, Iglesia cuerpo de Cristo, pequeña grey, comunidad última, Iglesia de los pobres, ya es para siempre: «Mi Predilecta».

Feliz comunión con la Palabra que se hizo pobre, para que los pobres se hicieran Dios.

Odres Nuevo...Vino Nuevo!

Etiquetas

Volver arriba