Una jaculatoria y una oración a la Virgen (tradicionales)

Corazón de mi amable Salvador haz que arda y crezca siempre en mí tu amor. ¿Cándo será, Dios mio, que yo arda en vuestro amor?



Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.

A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
te ofrezco desde este día
alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.

Fray Antonio de Panes
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