"Era un corazón que hablaba, abrazaba, caminaba, arrastraba y animaba a muchísima gente" El legado de la “profetisa” del Raval, una guía para seguir ayudando a los más vulnerables

Montserrat Pérez, con Viqui Molins
Montserrat Pérez, con Viqui Molins Flama

María José Conde: “Era una de las personas que mejor nos enseñaba que nos tenemos que querer todos y todas, si bien a veces se crea que hay gente que no es digna de nuestro aprecio”

Teresa María Garriga: “Tenía una vocación profunda dentro de otra vocación, la religiosa, y, por lo tanto, vivía radicalizada y era luz e inspiración para muchos”

Gregorio Luri: “Recuerdo un episodio en que, en Sant Jordi, no la dejaban de saludar ciudadanos de todas las clases, de los cuales ella sabía una gran cantidad de información personal al haberse dedicado a ayudar a toda clase de humanos”

El sacerdote Peio Sánchez enviaba este jueves por la mañana a todos los miembros que conforman el Patronato de la Fundación Viqui Molins uno de los mensajes que más le han costado escribir en su vida: “Cuando se hizo teresiana, pidió denominarse Victòria de Jesús y, hoy, se ha cumplido“, redactaba, anunciando la muerte de la conocida religiosa teresiana Viqui Molins.

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“Era una de las personas que mejor nos enseñaba que nos tenemos que querer todos y todas, si bien a veces se crea que hay gente que no es digna de nuestro aprecio”, asegura en declaraciones a FlamaMaría José Conde, miembro de este patronato y voluntaria del Hospital de Campaña de la parroquia de Santa Anna desde los inicios.

Montserrat Pérez, con Viqui Molins
Montserrat Pérez, con Viqui Molins Flama

Precisamente era allá, “pero también cuando paseaba por la calle”, como remarca Conde, donde Molins “hablaba con todas las personas en situación de calle que se encontraba con una sonrisa extraordinaria”. Una sonrisa que, para Montserrat Pérez, médica jubilada y encargada de asistir las personas acogidas en el Hospital de Campaña y en otros comedores sociales de la capital catalana, “era un aspecto que la religiosa hacía contagioso”. “Este, junto con su capacidad de convertir los abrazos en la medicina más importante que tenemos los seres humanos, fueron los grandes pilares de su legado”, observa quien el pasado mes de diciembre entregó personalmente al papa Francisco un ejemplar de Abrazos, el último libro escrito por Molins.

También fue gracias al Hospital de Campaña que se labró la amistad que compartía con Viqui Molins la monja dominica Lucía Caram, para quien Molins “celebra este jueves, como mujer enamorada de Jesús, su Pascua”. El contacto establecido entre la Fundación del Convento de Santa Clara de Manresa, dirigido por Caram, y este espacio del barrio Gótico le permitió fortalecer unos vínculos con la monja barcelonesa que le han permitido ver en Viqui Molins “una mujer que abría caminos a los preferidos de Jesús“.

Caram, y Molins
Caram, y Molins Flama

“Era una profetisa que entregó la vida a los otros”

“Si bien el camino iniciado por Molins se haga ahora sin ella, quién nos guiará desde el cielo, la energía que desprendía será un motor para imitarla en su tarea de ayuda social”, añade Pérez, quien es también secretaria de la Fundación Viqui Molins. Un camino, en este sentido, que se empezó a construir a finales del siglo pasado, cuando la teresiana se instaló en el barrio del Raval de Barcelona y estableció contacto, por ejemplo, con sor Genoveva Masip, hija de la caridad, y con la enfermera y docente Teresa Maria Garriga.

Al formar parte del mismo grupo de personas que asistían a jóvenes que morían por el sida, Garriga y Molins iniciaron entonces una amistad fortificada con el paso del tiempo. “Tenía una vocación profunda dentro de otra vocación, la religiosa, y, por lo tanto, vivía radicalizada y era luz e inspiración para muchos”, afirma. “En los tiempos actuales, hacen falta profetisas como ella, al estilo del Antiguo Testamento”, admite Garriga, que cataloga Molins como “una alma libre que ha entregado la vida a los otros sin tener nada que perder”. Con ella, compartió vivencias a Ávila, con motivo del quinto centenario del nacimiento de Teresa de Jesús.

Eduard Sala, con Viqui Molins
Eduard Sala, con Viqui Molins Flama

“Viqui Molins fue el ejemplo del buen cristiano”

La impronta de esta religiosa también era recordada este jueves por el filósofo Gregorio Luri, quien a primera hora de la mañana iniciaba una conferencia en Vic hablando de su vínculo con Molins: “Recuerdo un episodio en que, en Sant Jordi, no la dejaban de saludar ciudadanos de todas las clases, de los cuales ella sabía una gran cantidad de información personal al haberse dedicado a ayudar a toda clase de humanos”, agrega Luri.

Luri, que define Molins como “el ejemplo del buen cristiano“, se alinea con Eduard Sala, director de Cáritas Barcelona, para encontrar las palabras más adecuadas para definir el legado que deja a raíz de su muerte: “Era un corazón que hablaba, abrazaba, andaba y arrastraba, animando a muchísima gente a seguir su estrella”, reflexiona Sala, según el cual “Molins, como San Pablo, cayó del caballo y descubrió de repente un mundo que desconocía, es decir, el que conforman la pobreza, la exclusión social, la droga y la prisión”.

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