Entre las preocupaciones pastorales está la regeneración del tejido social 2019, Iglesia católica mexicana: El espectro de los abusos y la construcción de la paz (1/2)
La primera parte del resumen anual de noticias. Tres temas preocuparon a la Iglesia mexicana: Violencia, abusos sexuales y migración.
| Guillermo Gazanini Espinoza
Tres temas preocuparon a la Iglesia mexicana: Violencia, abusos sexuales y migración. La inauguración de un nuevo gobierno comenzó con la promesa de involucrar a la Iglesia católica en los procesos de pacificación para contribuir al resarcimiento del tejido social y la renovación de la confianza que cada día se pierde más, pero el año 2019 inició en medio de la incertidumbre, apenas recién nacido, la crisis del robo de combustibles provocó cierta desestabilización que se consumó en la grave tragedia en Tlahuelilpan, Hidalgo.
A la par, los flujos migratorios crecieron al punto de ser una crisis humanitaria y la violencia desbordada llevó a reconocer que todavía no se le ha cumplido al pueblo de México. En paralelo, los obispos de la Iglesia católica mexicana tienen un destacado papel en la promoción y defensa de los derechos humanos de los migrantes y de la denuncia de la violencia que lacera diversas regiones del país, acercamientos con el poder y disposición para proponer, todo para contribuir al fincamiento de la paz.
Sin embargo, la sombra de la pederastia se cierne sobre la Iglesia. Diversas diócesis han reconocido el problema de los clérigos delincuentes y el año cierra con el escándalo que proviene de la congregación fundada del depredador Marcial Maciel.Para la Iglesia católica de México, 2019 fue el año del espectro de los abusos sexuales, pesadilla que incluso salpicó a otras iglesias. Es año de la consolidación de pasos específicos para erradicar este mal de una vez y para siempre.
Aquí la primera parte (enero-junio) de la memoria de esos hechos que nos marcaron para renovar la fe y apuntalar el futuro con signos concretos de paz.
Enero
En el mensaje de inicio de año ante medios de comunicación, el presidente de los obispos de México, Rogelio Cabrera López, señaló su optimismo y esperanza al iniciar el 2019. La asunción de AMLO a la presidencia daría inercia para afirmar que entre los mexicanos “nace un sentido de superación, fraternidad, de esfuerzo y mejora en la construcción de nuestras metas y proyectos". No obstante, el nuevo gobierno otorga “incertidumbres y esperanzas”. Cabrera López afirmaría el compromiso de la Iglesia para ser “cercana y de acompañamiento” por lo que comprometía aportar “todos sus recursos para el bien común, con sus enseñanzas, su pastoral y su doctrina, abriendo espacios para el encuentro, el diálogo y la construcción de paz”. No podía queda de lado el compromiso de los obispos para la prevención de los abusos sexuales al interior de la Iglesia ante la cumbre vaticana de febrero donde los presidentes de las conferencias episcopales fueron invitados; sin embargo, los obispos de México no tenían plena certeza del número de clérigos señalados por cualquier delito de abuso. En el mensaje, la cuestión migratoria ocupó especial deferencia: “Nos inquieta el grito estremecedor de nuestros hermanos migrantes”, ante una crisis desatada desde los Estados Unidos en la construcción del muro y la deportación de centroamericanos. Sin embargo, el punto fundamental fue el señalamiento que sería casi premonitorio a lo largo del nuevo año: “Nuestro pueblo vive con miedo”.
La primera parte de enero fue la de la crisis del huachicol. Incertidumbre y desestabilización cuando millones de mexicanos han quedado varados por la falta de combustibles para la realización de sus actividades ordinarias. Por suspensiones temporales, el abasto intermitente de gasolina en diferentes Estados del país generó las más diversas y hasta inverosímiles afirmaciones sobre las causas reales del desabasto. Obispos de la Iglesia mexicana, particularmente del occidente y bajío, habían dado las señales de alarma por esta situación, entre ellos, el cardenal arzobispo de Guadalajara y los obispos de Celaya e Irapuato.Mons. Rogelio Cabrera López, urgió a los responsables a “buscar alternativas de atención” para que no sufran los más pobres y mucho menos aquéllos que no pueden valerse por sí mismos… Más contundente fue el arzobispo de Yucatán, Mons. Gustavo Rodríguez Vega: “Un auténtico cristiano nunca participaría nunca en el huachicoleo”. Las denuncias incluso exigieron del presidente prontas soluciones para que no llegara a descomponerse a nivel de la confrontación. El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, considero que las medidas eran buenas; sin embargo, insistió en la cuestión de la distribución: “Creo que el señor presidente, Andrés Manuel, ha dicho que es cuestión de distribución y ya sufrí de esto porque me fui a San Juan de los Lagos y me quedé sin gasolina”. La crisis revelaría las devociones, particularmente en las áreas de robo de gasolina como la del “Niño Dios huachicolerito”.
Tras el desabasto de combustibles, la tragedia enlutaría a Tlahuelipan, Hidalgo, cuando 114 personas murieron tras la explosión de un ducto de gasolina. Un mensaje de condolencias fue dirigido por la Conferencia del Episcopado Mexicano: “A nombre de todos los obispos y sacerdotes de México, nos unimos al dolor que sufre la comunidad de Tlahuelilpan, perteneciente a la diócesis de Tula, junto con su obispo Mons. Juan Pedro Juárez Meléndez, y con todo el Estado de Hidalgo, especialmente. Ofrecemos todas nuestras plegarias y eucaristías, así como nuestra solidaridad con las familias de las víctimas, heridos y desaparecidos. Apreciamos y alentamos la compañía y el consuelo que el Sr. Obispo y sus sacerdotes, están ofreciendo, en hospitales y capillas funerarias, a los familiares de todos los afectados por este accidente.” La tragedia se convirtió en el primer hecho fatídico en la crisis de la gasolina en México. Domingo Díaz, arzobispo de Tulancingo, exhorto a quienes se dedican a la “ordeña” de ductos que “su vida vale más que toda la gasolina de México”. Las dimensiones de la tragedia llegaron hasta Roma. El Papa Francisco manifestó en redes sociales: “Deseo expresar mi dolor por la tragedia que ha golpeado el Estado de Hidalgo, en México. Encomiendo a la misericordia de Dios a todas las víctimas, rezo también por los heridos y expreso mi afecto y mi cercanía espiritual a sus familias”. Ese gesto del pontífice se vería ratificado con el envío de 150 rosarios a los familiares y víctimas de la explosión.
Desde el inicio de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador comprometió sus esfuerzos para involucrar a las iglesias en la pacificación del país. Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, es el hombre del episcopado para llevar hasta la presidencia de la República, el plan de pacificación de la Iglesia católica. En una entrevista a un diario nacional, el vicepresidente de la CEM reveló que el presidente de México habría pedido ayuda a la Iglesia para la pacificación del país. Ante la solicitud “formal” del gobierno, Garfias Merlos manifestó la necesidad de “encontrar herramientas para ayudar a realizar un diálogo social y un proceso de recuperación de la confianza y credibilidad entre las personas, sobre todo implementado iniciativa a favor de la comunidad y que puedan dar resultados tangibles”.
Febrero
Previo a la cumbre antipederastas en el Vaticano, y después de la instalación del Equipo Nacional de Protección de Menores, la Conferencia del Episcopado Mexicanoque hay 152 sacerdotes señalados de cometer probables conductas cometidas en agravio de menores. Los obispos de México dieron a conocer las acciones emprendidas para la prevención de abusos y la política de cero tolerancias contra clérigos pederastas. Y concluyó: “El abuso sexual a menores constituye una de las realidades más dolorosas de la Iglesia católica en el mundo, sin embargo, con estas acciones concretas, claras, transparentes y contundentes deseamos recuperar la confianza de los fieles y lograr que la Iglesia continúe con su misión evangelizadora con un rostro limpio luminoso y confiable como el de nuestro Señor Jesucristo”. Este reconocimiento llevaría diversos sectores de la sociedad a exigir del Episcopado la “transparencia” para revelar los nombres de los pederastas en la Iglesia.
“La Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México debería actualizarse, no solamente a la luz de la nueva redacción del artículo 24 constitucional, sino también en base al principio pro persona incluido en el artículo 1º de la misma constitución”, diría en una intervención Mons. Rogelio Cabrera López en el Foro Interamericano de Colaboración y Diálogo Interreligioso, organizado por la senadora y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Kenia López Rabadán (PAN). La reunión contó con representantes de las diversas iglesias, credos y confesiones en el país. Para Cabrera López, la libertad religiosa “no prejuzga la verdad o el error en materia religiosa, sino que protege la legítima búsqueda personal en estas materias, aun cuando ésta no tenga una conclusión teísta o asociada con alguna religión en particular”. Se encuentra en el corazón mismo del planteamiento de la modernidad, ya que está relacionada con la pluralidad propia de las sociedades democráticas, lo que nos enfrenta al reto de la inclusión de todos de una manera constructiva y sustentable.
En una reunión de cinco días con las presidentes de las conferencias episcopales del mundo, el Papa Francisco quiso impulsar la transparencia y rendición de cuentas en cuanto a estos delitos para fortalecer la prevención de los abusos. “El Papa quiere que sean conscientes del drama y del sufrimiento de las víctimas del abuso sexual de un menor por parte de un clérigo. Esa conciencia suscitará un fuerte sentido de responsabilidad por parte de cada obispo, por parte del episcopado en general, y por parte de toda la comunidad eclesial. En segundo lugar, el Papa quiere que sepan qué tienen que hacer al respecto: cuáles son los procedimientos, las tareas que han de realizarse para que se implemente en los distintos niveles”. Rogelio Cabrera López partió de México con una propuesta concreta: el fortalecimiento de las facultades del episcopado para intervenir directamente sobre los casos de pederastia independientemente de las facultades y responsabilidades de cada obispo en su diócesis.
Controvertido y muy activo. Nacido en 1925, el obispo emérito de Tehuantepec es el “modelo” de clérigo de la cuarta transformación. Un discreto reconocimiento del senado y casi canonizado por el presidente de México por un tuit poco usual para un personaje extraordinario. En Palacio Nacional, López Obrador se tomó la foto con un hombre curtido por intensos años de pastoral social poniéndolo como modelo y ejemplo: “Hoy tuve una conversación con un auténtico cristiano, el obispo católico del Istmo de Tehuantepec, Arturo Lona”. El emérito reconocería posteriormente ante diputados que el presidente tendría especial predilección por él revelando particularidades del encuentro en Palacio Nacional. Según el nonagenario pastor, AMLO diría: “El obispo Lona se merece todo”.
Marzo
Después de la cumbre para la protección del menor y prevención de abusos, se dio una crucial reunión entre el Santo Padre Francisco y el Consejo de la Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Los obispos pusieron en la mesa importantes elementos sobre el futuro de la Iglesia en el país, especialmente el PGP-2031-2033 y la consolidación de las medidas para prevenir abusos. Los obispos pidieron al Papa más facultades para la atención de los casos, su análisis y eventual persecución de parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano ante la fragmentada información que se posee, la ausencia de estadísticas claras y de sentencias contra delincuentes a quienes se les ha comprobado su culpabilidad. La dinámica del encuentro resultó en un clima amigable y de interés del Santo Padre por conocer el PGP-2031-2033 “que encomendó a los obispos mexicanos durante su visita apostólica a nuestro país en febrero de 2016”, además de la cuestión migratoria y la construcción de la paz en México.
“Hago un llamado a la comunidad internacional para abrir la mente y el corazón a esta realidad migrante que se hace presente en diferentes lugares del mundo, de manera que sean las autoridades de las naciones quienes promuevan para sus propios ciudadanos mejores condiciones de vida, de modo de evitar las salidas masivas y desordenadas a otros países, con las consecuencias de sufrimiento que ya conocemos, y a veces sin lograr sus objetivos”, fueron las palabras del arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, a Vatican News. La crisis migratoria en la fronteriza ciudad con san Diego, California, puso a las autoridades en profundo dilema para atender a los más de 8 mil 500 migrantes que llegaron para cruzar a Estados Unidos. La acción de la Iglesia, a través de las casas de migrantes, es un paliativo ante las dimensiones extraordinarias de la migración. Según el arzobispo, uno de los problemas es la violencia, “los grupos criminales han visto en los migrantes como una tierra de cultivo para sus propósitos, y los explotanhasta donde les es posible…”
Los 500 años de la batalla de Centla propició una singular declaración del presidente de México. Analizar los hechos ocurridos medio milenio atrás para hacer una reflexión suscitando un acuerdo de desagravios. Actos de autoritarismo y avasallamiento fueron cometidos por los conquistadores, así que López Obrador pedía al rey de España y al Papa Francisco que en 2021, por la conmemoración de los 500 años de la toma de Tenochtitlan y 200 años de nuestra independencia, podamos hacer un acuerdo general a partir del perdón y buscando reconciliación histórica…” España reaccionó lamentando las declaraciones del presidente, mientras del Papa Francisco no hubo declaración alguna. Sin embargo, como recordaría el obispo emérito de san Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, la petición sería inútil porque “España ya le contestó y nuestra Iglesia en varias ocasiones, sobre todo en torno al año 1992, lo ha hecho”, refiriéndose al perdón por los agravios cometidos durante la Evangelización.
El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, hizo referencia a las actividades en conmemoración al día de la mujer, reprobando los actos vandálicos y radicales que destruyeron el patrimonio público: “Cuando uno ve cómo se celebra el día de la mujer, con ese radicalismo, simplemente nos quedamos pasmados… Hay una reingeniería social y descristianización aguda". Para Mons. Castro, los efectos de esta forma de pensamiento moderno, se ven a partir de agendas y políticas públicas bien determinadas diseñadas para detonar los valores y “reina ahora la cultura de la muerte con el engaño: Salud reproductiva… Hay esa tendencia de la cultura de la muerte a que el ser humano ‘se reproduzca menos’… pero sobre todo de la gente pobre. ¿Dónde están los abortorios? En los lugares más pobres… Difícilmente médico, enfermeras y trabajadoras sociales hablan de los daños que producen esas actitudes, ni física, no mental o moral”. Recordando la enseñanza del Papa emérito Benedicto XVI, el obispo advirtió de esta dictadura del relativismo que también está sometiendo a nuestro país con particulares implicaciones. “Si nosotros dijéramos si México vive bajo la dictadura de Porfirio Díaz, diríamos ‘de ninguna manera’… pero vivimos bajo una dictadura del relativismo, lo dijo claramente Benedicto XVI en la misa anterior al Cónclave que lo hizo Papa…” “Hoy la tentación más fuerte puede venir de la cultura” diría el obispo. “Con todo el corazón, y si quieren me pongo de rodillas, como pastor me doy cuenta del engaño cultural que nos están inyectando, nos dicen cómo podemos vivir mejor sin Dios. Eso ya se lo inyectaron a los jóvenes que no se presentan y practican ninguna fe…” Eso es, a decir del obispo, el imperialismo ideológico.
Abril
En un mensaje por el recrudecimiento de la violencia en la Tierra Caliente de Michoacán, el obispo Cristóbal Ascencio García levantó la voz contra los enfrentamientos entre grupos delincuenciales suscitados en el templo parroquial de san José de Chila que, además, sufrió del saqueo. “Siguen los enfrentamientos en diferentes comunidades, causando pánico y haciendo que muchos de los habitantes se conviertan en desplazados, algunas de estas pequeñas comunidades se han quedado prácticamente sin familias, dentro de un mismo municipio las personas no pueden ir de una comunidad a otra, hay robo de vehículos con violencia, asesinatos, amenazas y hasta quema de viviendas…” escribiría el obispo urgiendo a la reconciliación pidiendo por aquellos que provocan violencia y muerte. El mensaje fue una “denuncia” para invocar la paz y seguridad desterradas de esa tierra tan caliente como alguna vez diría el Papa Francisco de esa región michoacana. Y la denuncia propició el inmediato acercamiento de las autoridades del gobierno del Estado con el prelado de Apatzingán.
Un singular acuerdo entre los obispos de la zona noroeste de México por la causa de los migrantes en su paso hacia Estados Unidos se realizó entre Alonso Garza Treviño, obispo de la Diócesis de Piedras Negras; Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey; Heriberto Cavazos Pérez, auxiliar de Monterrey y Fr. Raúl Vera López, obispo de Saltillo. Esta unión de trabajos diocesanos pretende la mejor atención en las casas de migrantes de la Iglesia para recibir a las caravanas que son un problema internacional. Rogelio Cabrera López explicó que la migración de miles de personas es un fenómeno mundial preocupante y, atendiendo a lo que dice el Papa Francisco, debe haber más compromiso hacia ellos. A finales de mes, la Conferencia del Episcopado Mexicano agradeció al Papa Francisco la donación de 500 mil dólares para las casas y albergues de migrantes a fin de cubrir las crecientes necesidades.
La denuncia de agresiones contra sacerdotes y agresiones a templos católicos llegó hasta la Cámara de Diputados por iniciativa de la legisladora oaxaqueña Graciela Zavaleta Sánchez. La presentación del documental del Centro Católico Multimedial “Tragedia y crisol del sacerdocio en México” del sacerdote paulino Omar Sotelo Aguilar, reunió a parte de la cúpula de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Carlos Garfias Merlos, vicepresidente del organismo de obispos y Alfonso Miranda Guardiola, secretario general, dieron a conocer el Plan de pacificación de la Iglesia en México y la amplia agenda de derechos humanos además de la impresionante labor humanitaria que a lo largo y ancho del territorio nacional realiza la Iglesia católica. En palabras de Carlos Garfias Merlos: "Implementar el Proyecto Integral para la Construcción de Paz es sumarse a los esfuerzos del Plan Nacional presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La realización es a través de tres líneas de acción: Atención y acompañamiento a víctimas de la violencia; capacitación, prevención y dignificación de la persona; y la vinculación interinstitucional para mayor impacto social…” La urgencia, diría el arzobispo de Morelia, es ser “artesanos de paz” y propuso a los diputados las “Bienaventuranzas del político".
La agresión contra el padre Ambrosio Arellano Espinoza de la arquidiócesis de Puebla, cobró notoriedad por ser el primero en el año en cometerse hacia un ministro religioso. Un comunicado de la iglesia poblana dio escuetos detalles del caso: “El párroco del templo del Señor de las Maravillas fue encontrado en su domicilio, al parecer víctima de un asalto. Hospitalizado en urgencias, se encuentra con quemaduras de segundo grado en manos y pies, estable, aunque el pronóstico médico es reservado…” Las indagatorias confirmarían que el sacerdote fue agredido por familiares cercanos y las sospechas recaerían en una sobrina. El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, desestimó reforzar la seguridad en torno a los sacerdotes; no obstante, consideró que las autoridades deben indagar a fondo los hechos y no quede impune el crimen del párroco.
Mayo
En la 107 asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los obispos definieron su agenda de urgencias pastorales. El pensamiento del Episcopado estuvo puesto en la reconstrucción de la credibilidad y confianza afectada por los abusos y escándalos sexuales. Mons. Rogelio Cabrera López admitió que la Iglesia mexicana también está viviendo un momento de crisis particular, “no sólo por los escándalos que tanto han afectado nuestra credibilidad y autoridad moral, sino por el cambio de época”. Los obispos tienen claro que la vorágine de información y los acontecimientos han rebasado a la institución eclesial al borde del desconcierto. Jóvenes, migrantes y sacerdotes fueron objetivo de las reflexiones en la Asamblea. Para los jóvenes, una pastoral “menos melosa y transformadora de la realidad”; para los migrantes, las cuatro recomendaciones del Papa Francisco: “acoger, proteger, promover e integrar” y llama la atención que, como otro sector fuera de las murallas eclesiásticas, las baterías apunten a los presbíteros de cada diócesis por ser “emergencia pastoral más apremiante” confiando que las estrategias tienen como columna vertebral el Proyecto Global de Pastoral PGP 2031-2033.
Un largo proceso se consumó. Por lo menos en un primer paso. La beatificación de María Concepción Cabrera Arias, la viuda de Francisco Armida García, reunió a miles de fieles asociados a las Obras de la Cruz, cientos de sacerdotes y decenas de obispos, entre los que estaban los cardenales José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara; el anfitrión y Primado de México, Carlos Aguiar Retes; los eméritos de México, Norberto Rivera Carrera y de Morelia, Alberto Suárez Inda y el nuncio apostólico Franco Coppola, presididos por el cardenal Giovanni Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y delegado especial para la Orden de Malta que desplazó al polémico cardenal Raymond Burke. Conchita Cabrera se convirtió en beata con la sentida aclamación y el agradecimiento del arzobispo Aguiar Retes quien, a nombre de la Familia de la Cruz, solicitó la transmisión de la profunda gratitud por la inscripción de la mística en el catálogo de los beatos. La actualidad de su testimonio fue puesta de manifiesto en la homilía del cardenal Giovanni Becciu. Conchita, “una figura maravillosa en sus diferentes aspectos de esposa, madre, viuda, inspirador de institutos religiosos y de iniciativas apostólicas”. Tras la súplica por la intercesión de la nueva beata, el prefecto concluía la homilía donde contrastó la sombra de los abusos. Y como diría el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, "los obispos especialmente somos deudores a ella porque en todos sus pensamientos, en toda su teología y sobre todo en su oración, siempre pensó en sus pastores".
En el marco de la XXXVII Asamblea General Ordinaria de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM) se efectuaron las elecciones para renovar los cargos de la presidencia del organismo. Corresponderá dirigir el Consejo de Asuntos Económicos al arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López. De acuerdo con los estatutos del CELAM, este Consejo forma parte de las oficinas constitutivas del organismo de obispos. De naturaleza administrativa, tiene por objetivo velar por el patrimonio con todas las atribuciones y responsabilidades que su oficio requiere y de conformidad con las normas canónicas pertinentes. Entre las principales responsabilidades del arzobispo Cabrera, serán la de formular los presupuestos generales del CELAM además de cuidar su desarrollo, ejecución y la aplicación de normas y leyes eclesiásticas y civiles.
A través de un comunicado, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, el secretario general del organismo, Alfonso G. Miranda Guardiola; José Guadalupe Torres Campos, responsable de la dimensión episcopal de la Movilidad Humana y Jaime Calderón Calderón, obispo de Tapachula, enviaron una “petición de ayuda” a las instancias de gobierno competentes para afrontar la grave situación que sigue escalando a niveles de crisis humanitaria por el inmenso número de migrantes que “ha rebasado la ayuda de la Iglesia y la acción del gobierno”. Las caravanas de migrantes prácticamente desbordaron la capacidad de respuesta de las organizaciones católicas en el sureste del país. Además, el descontrol llegó a los niveles de “fuga” de los centros migratorios y el obispo de Tapachula expresó que la crisis debe implementar un plan humanitario urgente para la atención integral de migrantes que “deambulan por la ciudad de Tapachula”.
Valentina Alazraki, decana de los periodistas en el Vaticano, entrevistó al Santo Padre Francisco. Habló del tema lacerante para la sociedad mexicana: la violencia. Y aunque en la entrevista, el Papa no se atrevió a dar soluciones concretas al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, debido a que el Pontífice “no es un político”, sí recomendó tejer acuerdos para resolver los graves problemas de la nación: “La política es creativa… una política del diálogo, del desarrollo, del compromiso. A veces no queda más remedio que el compromiso, de pactar con ciertas situaciones hasta que se aclaren las otras… Buscar salidas políticas, yo no las sé decir porque no soy político…” Francisco insistió en que los pactos con los criminales no son la vía más ideal para resolver las cosas: “A mi me suena mal. Es como si yo, para ayudar a la evangelización de un país, pactara con el diablo”. Previamente a esta entrevista, el luto de nuevo se decretó en Veracruz cuando dos personas fueron asesinadas en el atrio de una parroquia en Fortín de las Flores. Esto motivó una singular advertencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano: “La violencia que estamos viviendo en nuestros pueblos y comunidades, al igual que en muchas partes del país, genera una descomposición social que ha deteriorado profundamente la convivencia armónica y pacífica de nuestra sociedad”. Efectivamente, el diablo la trae contra México.
Junio
La Quinta Caminata por la Paz de la diócesis de Cuernavaca quiso ser novedosa expresión multitudinaria para dar oportunidad a la vida tranquila y al respeto de los derechos de todos los morelenses. No fue una convocatoria hecha por organismos no gubernamentales o asociaciones políticas que sacan raja. Tampoco fue manifestación de gremios que reciben línea. Ramón Castro dio santo y seña de los derechos de piso en municipios, producto del pase de factura del narco por financiar campañas. Y el apremiante llamado a los grupos delincuenciales con nombre y apellido: El cartel Jalisco Nueva Generación, Los Rojos, La familia michoacana, Los Tlahuicas y Los mayas. A todos sus miembros les urgió liberarse de sus ataduras de muerte y les recordó: “¡Ustedes también son hijos de Dios!… Conviértanse”.
No es la primera vez que Luz del Mundo está en el ojo del huracán. En otros tiempos, el sucesor de Aarón Joaquín, su hijo Samuel, el que fincó la secta asentada en la católica Guadalajara, Jalisco, fue acusado de abusos a los derechos humanos además de trata y esclavización sexual. Y la historia se repitió en su nieto, Naasón. La iglesia logró una gran influencia particularmente entre la clase política misma que, antes de la detención del apóstol, rindió un controvertido homenaje en el Palacio de Bellas Artes. Samuel libró a la justicia y consigo se llevó la cuenta de los posibles delitos y abusos cometidos. Eran otros tiempos donde las víctimas nada contaban. Naasón no gozó de la inmunidad dada por el aura de santones sectarios, el poder del dinero y control de las conciencias por ese maligno hechizo producto de mentes torcidas. Ayer laureado, hoy hasta los políticos que le besaron le niegan la mano o en el mejor de los casos dicen mostrar una tímida solidaridad y respeto para quien fue señalado como gran humanitario altruista y guardián del espejo. Al final sólo quedó el demente… como lo calificó el fiscal general del Estado de California.
Los asesinatos asesinato de Norberto Ronquillo, estudiante de la Universidad del Pedregal y de Leonardo Avendaño, alumno de la UIC y cercano a actividades apostólicas en comunidades católicas, provocó una oleada de protestas y repudio por la violencia e inseguridad. La Conferencia del Episcopado Mexicano expresó en un comunicado la cercanía y oración a la familia de Hugo Leonardo, así como a la de Norberto Ronquillo, joven estudiante quien fue secuestrado y asesinado la semana pasada y a todas las familias a las que les han sido arrebatados un ser querido. Incluso el arzobispo emérito de México, Norberto RiveraCarrera, dijo del caso Ronquillo: “Vivimos en una situación muy difícil, en ocasiones insoportable, cada día nuestra Ciudad crece en esa violencia que va a arrojando a sus habitantes hacía otras partes huyendo de esta hermosa Ciudad, tan significativa para tantos de nosotros. Y somos muchos que de alguna manera hemos vivido directamente la violencia”. El caso Leonardo Avendaño tuvo derroteros distintos. Prácticamente causó una convulsión en la arquidiócesis de México cuando se entregó como principal sospechoso a un sacerdote, padre Francisco Javier Bautista, quien concluye el año detenido en el reclusorio oriente en espera de la resolución jurídica.
La reunión del presidente de la República y los obispos del Consejo de la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano , tuvo por telón de fondo la grave y desbordada situación migratoria que México enfrenta y los acuerdos con el gobierno de Donald Trump a cambio de revertir la imposición de aranceles a mercancías nacionales. En Palacio Nacional, los prelados entregaron a AMLO el novedoso Directorio de la CEM de las obras sociales de la Iglesia en México 2016-2018, apenas presentado en diciembre último. Fue una especie de "puesta al día" al gobierno federal sobre la estructura organizada de la Iglesia católica: información sobre albergues, hospitales, orfanatos, asilos y otros centros de presencia social activa en misión de ayuda humanitaria y defensa de los derechos humanos, labor que, en ocasiones, el gobierno no realiza al estar rebasado en sus capacidades. El acercamiento de los obispos a la presidencia no fue casual ni exclusivamente de pura cortesía. Antes, representantes de iglesias y confesiones evangélicas habían asestado el primer golpe: Pedir a AMLO la apertura de la legislación para tener en propiedad medios electrónicos de comunicación…