El maestro de la Teología Popular vuelve a publicar la Palabra de cada día en Desclée Castillo y su 'Evangelio 2021': repensar el mensaje de Jesús desde la pandemia
La pandemia nos enfrenta a tres problemas fundamentales: 1) La “crisis sanitaria”; 2) La “crisis económica”; 3) La “crisis humanitaria”
Después de veinte siglos de conflictos, peligros, amenazas y hasta fracasos, el Evangelio sigue en pie
Ya en esta semana está, en las librerías, el comentario al Evangelio diario de 2021. Este año, lo mismo que el año pasado, he comentado los Evangelios de cada día, desde el 1 de Enero hasta el 31 de Diciembre, según el año civil, teniendo en cuenta, como es lógico, el año litúrgico
Ya en esta semana está, en las librerías, el comentario al Evangelio diario de 2021. Este año, lo mismo que el año pasado, he comentado los Evangelios de cada día, desde el 1 de Enero hasta el 31 de Diciembre, según el año civil, teniendo en cuenta, como es lógico, el año litúrgico
Ya en esta semana está, en las librerías, el comentario al Evangelio diario de 2021. Este año, lo mismo que el año pasado, he comentado los Evangelios de cada día, desde el 1 de Enero hasta el 31 de Diciembre, según el año civil, teniendo en cuenta, como es lógico, el año litúrgico.
El libro de este año tiene el mismo volumen y formato que el de años pasados. Pero, en el contenido, presenta dos novedades que me parecen importantes.
Ante todo, insisto en que los Evangelios son “teología narrativa”. Un tema (el que sea) se puede expresar mediante “ideas” o mediante “relatos”. El Quijote, de Cervantes, es un análisis genial de la condición humana. Un análisis que se expresa, no mediante ideas, conceptos y teorías, sino mediante narraciones y relatos. Los Evangelios no son una “vida de Jesús”. Los Evangelios son la “revelación de Dios” en Jesús. Por eso, lo que importa, en los Evangelios, no es su “historicidad”, sino su “significatividad”. En cada relato, en cada episodio, en cada parábola, ¿qué se nos dice sobre Dios? ¿cómo y dónde podemos encontrar a Dios? Esto, ante todo.
Pero, en el comentario a los Evangelios de este año, hay algo más concreto, más actual, más apremiante. Me refiero a la pandemia del covid19. La pandemia nos enfrenta a tres problemas fundamentales: 1) La “crisis sanitaria”; 2) La “crisis económica”; 3) La “crisis humanitaria”. Pues bien, estos tres problemas y estas tres crisis nos presentan y resumen las grandes preocupaciones de Jesús. De forma que, en la solución a esos tres problemas, es dónde y cómo se nos revela Dios, en Jesús de Nazaret. Y esos temas justamente es dónde y cómo tenemos que encontrar a Dios.
Esto es lo que explica por qué, en los Evangelios, se nos habla tanto y tantas veces de las curaciones de enfermos (la salud). Por eso mismo, Jesús insiste tanto y con tanta fuerza sobre pobres y ricos, de cómo y por qué no se puede amar a Dios y al dinero y, sobre todo, el “seguimiento” de Jesús sólo es posible en el despojo total del dinero (la economía). Y por la misma razón, en sus sermones y parábolas, Jesús explica cómo tienen que ser nuestras relaciones humanas.
Jesús no curó a todos los enfermos que había en Palestina cuando él andaba por el mundo. Ni acabó con los ricos, para que los pobres vivieran en la abundancia. Ni resolvió los conflictos y problemas que había en la sociedad de Palestina en aquel tiempo. El Evangelio nos viene a decir que la solución está en nuestras manos y a nuestro alcance. ¿Cómo? ¿En qué?
¿Qué solución nos ofrece el Evangelio para salir de esta situación dramática en que nos vemos hundidos? Jesús no curó a todos los enfermos que había en Palestina cuando él andaba por el mundo. Ni acabó con los ricos, para que los pobres vivieran en la abundancia. Ni resolvió los conflictos y problemas que había en la sociedad de Palestina en aquel tiempo. El Evangelio nos viene a decir que la solución está en nuestras manos y a nuestro alcance. ¿Cómo? ¿En qué?
Después de veinte siglos de conflictos, peligros, amenazas y hasta fracasos, el Evangelio sigue en pie. Y sigue dando esperanza. Lo que hace falta es que nosotros tomemos en serio, de veras y con todas sus consecuencias, el “recuerdo peligroso” que es este Evangelio, la fuente de nuestra seguridad, que nos dice: saldremos adelante, con la misma seguridad con que el Evangelio sigue adelante, pase lo que pase y venga lo que venga.