Hoy 8 de marzo, recordamos a las mujeres que nos antecedieron, mujeres a quienes les arrebataron la vida por defender a su pueblo. Sin embargo, su espíritu de entrega y solidaridad sigue animando nuestros espíritus en las diferentes luchas por la defensa de la vida.

Dibujo elaborado por Norma Melara, inspirado en la Pintora y activista Andrea Arrollo

“LA SEMILLA QUE CAYÓ EN TIERRA FÉRTIL,

Y CRECIENDO DIO FRUTO CENTUPLICADO”

Lucas 8, 4.

Estas mujeres significan y reivindican la lucha de las mujeres por defender la vida, como otras tantas que a lo largo y ancho de nuestro continente Latinoamericano se les arrebata su vida y se les criminaliza por construir un mundo mejor para todas y todos. Lo que no saben es que sus semillas brotaron en nuestro espíritu que lucha por las injusticias. Por eso, la Justicia para todas estas mujeres que hicieron presencia en las iglesias como catequistas, laicas, celebradoras de la Palabra y religiosas, será también justicia para las mujeres, jóvenes mujeres y para los pueblos que luchan hoy por implantar la justicia desde sus trincheras.

 “El martirio se percibe como un Don, como gracia de Dios. El martirio no es buscado, ni provocado, sino dado. En el martirio ha habido evolución, ya no se percibe como un hecho de sangre (cruento), sino además, como martirio incruento (ascética). Esta evolución ha llegado a nuestros días, no como ascética rigorista, sino como una nueva dimensión que se refiere a la persona que tiene mayor amor. Aunque hay que tener presente que no cualquier amor lleva al martirio.

La Iglesia Centroamericana por muchos años ha sido una iglesia perseguida y martirizada. Sus mártires se parecen mucho a Jesús. Se le parecen en tanto y en cuanto llegan hasta las últimas consecuencias en defensa del pueblo crucificado. Los mártires se convierten en defensores de los oprimidos; por lo tanto, en dadores de vida y es como llegamos a concluir que la iglesia guatemalteca y salvadoreña se han potenciado con aquellos que ofrendaron su vida, denunciando las diversas situaciones injustas que han acontecido durante la década de los ochenta y los noventa respectivamente. Lo anterior, se ha vivido en la búsqueda de construir el Reinado de Dios”[1].

Maestra Norma Esperanza Melara Méndez

Centro de Liderazgo ADEKÚATE & AVANZA

Fundadora.

El Salvador

[1] Melara, N. (2005, mayo). Tesis “La persecución y el martirio en Guatemala y El Salvador, iluminación teológica a partir del pensamiento de Jon Sobrino, período 1980-1999”. Pág. 98 -100 y 106- 112.