¿Qué la hace impura? ¿la Ley? La mujer anónima, rompe el prejuicio de la ley "es impura y todo lo que toque queda impuro" y se acerca a Jesús y lo toca, él reacciona, se da cuenta de que la ley que se impone en nombre de Dios, no es de Dios y Él con toda libertad y autoridad le dice a la mujer: quedas curada de tu enfermedad, tu fe te ha salvado y desde ahora serás signo de sanación y liberación para muchas. La niña de 12 años, ya empieza su edad que la equipara a adulta según las leyes judías, solo que ahora empieza una nueva etapa en su vida, ya no marginada por ese sistema religioso que mata la vida, sino con la libertad de hija de Dios libre y pura: niña a ti te digo, levántate y ella se levantó al instante y se puso a andar, tenía 12 años.

Quienes vieron lo que hizo Jesús, quedaron fuera de si, llenos de estupor!!! Cuesta, en verdad cuesta, entender que el estilo de vida que Jesús nos propone, es para ser mujeres y hombres libres y lúcidos para saber distinguir lo que es de Dios y salva la vida, de aquello que adoctrina, esclaviza y somete en nombre de Dios.
Gracias Jesús por seguir de nuevo en la barca, pasando a la otra orilla. Mc 5, 21-43

Dos mujeres: una niña de 12 años, una adulta (anónima) que lleva 12 años sufriendo. Un jefe de la sinagoga, Jairo, se menciona su nombre y su cargo. El jefe de la sinagoga, es conocedor de la Ley, y lo que pesaba para muchos, en especial para las mujeres, quizá otra veces la había hecho cumplir sin misericordia, pues ella justificaba la marginación de la mujer; sólo que ahora, cambia todo, es su niña, su hija querida quién deja de ser niña, muere y tiene que someterse a las leyes establecidas por la religión...

Jairo ya no puede soportar ese sistema injusto y acude a Jesús Liberador, quien muestra un estilo de vida diferente: donde no hay acepción de personas, ni se excluye a nadie, Él cura y ofrece una nueva oportunidad. Es posible que Jairo, es el primero que necesita sanarse de ese sistema socio religioso, que en nombre de Dios excluye y margina a muchos, en este caso a las mujeres, por el solo hecho de serlo, los flujos de sangre, son parte de la naturaleza femenina y es el cauce para que fluya la vida.