#sentipensares La mujer que padecía hemorragias y Talita

La mujer  que padecía hemorragias  y Talita
La mujer que padecía hemorragias y Talita

Con el horizonte de una reflexión feminista comparto la historia de dos mujeres del evangelio de hoy.
La mujer que padecía hemorragias y Talita
¿A cuál de las dos Jesús debe atender? ¿a una mujer doce años enferma empeñada en sanar, o a una niña doce años que no se puede dejar morir? ¿Qué dolor es más real? ¿Qué necesidad es más urgente?
la sanación de una mujer adulta o la de una niña. Hubo tiempo para ambas. Las dos fueron levantadas.

Conocemos la historia de La mujer que tenía flujo de sangre y toma la iniciativa de tocar el manto de Jesús, busca ser curada al sentirse impura de acuerdo a la ley de aquellos tiempos. Ella vivía avergonzada, con culpa y con mucha soledad impuesta.

Es importante reflexionar y sanar la mirada sobre nuestro cuerpo, tal vez los sentimientos de culpa o vergüenza sobre nuestra corporeidad se deban a que no cumplimos las expectativas que nos imponen las exigencias del patriarcado ser mujer joven bonita y talla 3 además, bajo la sombra de Eva se nos condena a callar nuestra sexualidad y renunciar al placer, sustentado en el mito de que nuestro cuerpo incita el pecado.
Por temor anestesiamos nuestro cuerpo reprimimos nuestros deseos y estamos prestas a cumplir las exigencias del otro cuando se nos demande y a su antojo, enmascarado en la obligación del débito conyugal.

Cristo transforma a la hemorroísa en una mujer sanada, levantada, transformada, reposicionada y bendecida. Ella se sintió liberada de su dolencia, de su sentido de impotencia, de sus fracasados intentos de años de esfuerzos no remunerados, liberado su cuerpo, la carga emocional y psicológica que la humillaba fue levantada de su corazón, y su alma emprendió vuelo.
Jesús pide que la mujer hable públicamente para hacer visible que NO existen maldiciones sobre la sexualidad.

TALITA. Fue hija de Jairo, quien pide a Jesús que cure a su hija de 12 años, en esa edad las niñas tienen su primera menstruación lo que implica un cambio radical en su vida, usar ciertos vestidos prepararse para contraer matrimonio con la persona que sus padres acordaran, dejar de ser niña significaba morir a los proyectos personales y cumplir con las expectativas patriarcales como único horizonte para su vida. Con todo este bagaje de mensajes heredados, es difícil deshacer y es todo un reto levantar la niña interior para soltar las creencias sobre la sexualidad que nos asfixia.
Encarnando el evangelio en nuestra realidad cotidiana del hoy , tal vez nos preguntamos: qué sucedió con aquella nuestra niña alegre que se atrevía a reír y soñar, a abrazar y bailar con sus muñecas, vestirlas de color de rosa, y a ilusionarse con bellas fantasías ?Esa niña iba creciendo en estatura a la vez que iba perdiendo fortaleza emocional. Un día le cambió la vida al encuentro de un abuso, de un abandono, de una traición, de una permanente violencia familiar, de un hijo desaparecido, de una hija asesinada o de un cáncer, sintiendo arrancada su fantasía para caminar sin fuerzas y sin ilusión en su nueva e inapetente realidad.

La pregunta es, si aún en esas condiciones tan desgastantes, estaremos dispuestas a usar hasta la última gota de nuestras fuerzas y esperanza para darle a la vida otra nueva oportunidad

En el espíritu trinitario de Jesús nos invita con una sola expresión “ LEVÁNTATE HIJA” dejemos que la RUAH acompañe nuestra voz interna que esa voz resuene con fuerza en nuestro interior, para dejar atrás los miedos heredados y que surja la mujer que queremos ser en la gloriosa libertad de las hijas de Dios

Volver arriba