Iglesia de Jesús como “Iglesia de los Pobres”

Se me ha ocurrido compartir este tema con vosotr@s leyendo unas palabras de Ellacuría, Jesuita, que dicen así: “La Iglesia de los pobres no es aquella Iglesia que, siendo rica y estableciéndose como tal, se preocupa de ellos, no es aquella que estando fuera del mundo de los pobres, le ofrece su ayuda, Es más bien, una Iglesia en la que los pobres son su principal sujeto y su principio de estructuración interna
Dejo reposar estas palabras y me hago eco de un comentario hecho desde la sabiduría y sencillez que da la vejez.
Todos los domingos, para las personas que no pueden salir, televisan la Eucaristía desde una Diócesis diferente, presidida la mayoría de las veces por su Obispo. Esta persona me compartía con referencia a este último domingo: ¿Por qué en el momento que estamos viviendo de tanta pobreza, la Iglesia sólo enseña en las celebraciones sus ornamentos de oro y plata, no puede celebrar de otra forma?, ¿qué ejemplo está dando?, ¿Jesús celebraría así? Reflexión de una mujer que no entendía que imagen estamos mostrando como cristianos…
Todos sabemos que la Iglesia está llamada a ser mesa compartida, que celebra Vida, sin dejar a nadie fuera y gracias a organizaciones como Cáritas, esto se está cumpliendo.
La teología de la Liberación, de la que habréis oído hablar, insiste mucho en que la Iglesia ha de ser pobre y de los pobres, capaz de renunciar al poder y triunfo, algo que tanto intentó Juan XXIII en el inicio del Concilio Vaticano II. Ser capaz de desinstalarse, asumiendo una pobreza real a nivel personal e institucional, pero eso nos cuesta mucho, porque nosotros, como cristianos, también formamos parte de esta iglesia, en ocasiones, demasiado bien instalada.
La Iglesia de los pobres es la que se constituye desde la solidaridad, siendo ella misma pobre, encarnándose entre ellos y muriendo por ellos como muchos religiosos que siguen dando su vida a través de la historia. Pero recordemos, que la Iglesia somos todos, no solo la jerarquía, quienes por supuesto tienen que dar más ejemplo, pero entre todos tenemos que llegar a conseguir una nueva forma de vida que no genere exclusión social porque todos tenemos una dignidad y derechos como personas. Creo que deberíamos reflexionar nuestro actuar como tarea prioritaria, como sociedad y como cristianos…
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