Algunos definirían la vida como corta, otros como larga, dependiendo de su caminar, pero lo importante no es el tiempo, sino la forma de vivirla. Hay personas que con menos años la viven con una mayor intensidad que otros con más, pero como he mencionado antes, lo importante es cómo ha sido ese caminar, cómo la hemos sentido y cual ha sido la siempre final cuyo fruto se cosechará.
Lo que da sentido a la existencia de una persona es esa palabra de consuelo en un momento determinado, ese espacio de silencio y respeto junto al que está sufriendo, la alegría contagiosa y compartida con el hermano, una lágrima, una mirada, un hacerte pequeño entre los pequeños, el ser con toda la integridad de la palabra, el darse con total generosidad y amor. Todo ello vivido desde y por Cristo. Eso es lo que verdaderamente da sentido a nuestra vida haciendo que sea ni corta ni demasiado larga, pero intensa, verdadera y pura mientra dura.
Así la vive, vivió y vivirá un gran amigo: Julio Lois, siempre con generosidad, dando lo mejor de sí y pensando que nunca es suficiente, porque siempre se puede dar más.
Ojala que el recorriendo y la vida de otras personas nos sirva para seguir aprendiendo y dando gracias a Dios por ellas. Todos conocemos a alguien que nos sirven de espejo.