Personas como nosotros

En apenas uno días, el 20 de junio celebramos el día mundial de los refugiados porque aunque parezca incomprensible, hay 45 millones de personas desplazadas.
¡Cuantas veces no habremos oído o incluso dicho!: “vienen a invadirnos, a quitarnos lo nuestro, gozan de más privilegios que nosotros etc”, y la verdad es que hablamos inconscientemente sin saber lo que decimos. ¿Alguien de los que vivimos en unas condiciones aceptables estaría dispuesto a ponerse en su lugar para gozar de los mismos privilegios que decimos que tienen?, seguro que sin dudarlo expresaríamos un NO rotundo… sin embargo, cuanto nos queda por aprender de ellos… La experiencia me dice que son mucho más generosos que nosotros, porque cuanto menos tienen, menos se apegan a las cosas, agradeciendo más cada pequeño detalle.
La Convención de Ginebra ya en el año 1951 definía al refugiado como:”Toda persona que debido a fundados temores de ser perseguida… se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o quiera regresar”.Estas personas suelen llegar generalmente a Europa en los bajos de los camiones o pateras. No olvidemos que son personas con un corazón, unos sentimientos, unos derechos que parecemos olvidar junto con una situación de extrema pobreza y explotación. Son las victimas de un sistema político-económico egoísta convirtiéndolos en medios para lograr fines económicos o políticos.
Los miramos con recelo, pero a pesar de su situación, descubrimos que para ellos la vida sigue siendo un don que quiere seguir latente donde la esperanza se conquista día tras día. Sus condiciones de supervivencia extremas, con una limitada autonomía, confinados e incluso con deterioros psicológicos importantes entre otras muchas cosas. Pero cuando les ponemos un nombre y un rostro, nuestra mirada cambia, aprendiendo a mirar desde el corazón, a intuir sus sueños e intentar soñar con ellos…
Que este día no nos pase inadvertido, parémonos por un momento y reflexionemos sobre ello, tenemos un minuto para el encuentro o más…
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