Después de un año ejerciendo como arzobispo de Siena, Augusto Paolo Lojudice ha sido uno de los cardenales anunciados este domingo por el Papa.
Romano de 56 años, en entrevista con Avvenire declara no considerar el nombramiento un premio. "El Papa no lo concibe así. Si lo pensamos, significa que no entendemos nada". Al contrario, el nuevo cardenal prefiere vivirlo como una fuerte responsabilidad: "ser con él los portadores de un peso mayor" es lo que les ha pedido el Papa, razona.
Famoso en Roma por su labor de acompañamiento a la gente de los barrios vulnerables, así como su compromiso con inmigrantes, romaníes, prostitutas... y su activismo antimafia, Lojudice considera que su labor pastoral no es original. "Se trata de ser un sacerdote y eso es todo. No es que a uno le guste una cosa y al otro le guste otra. Nos tiene que gustar el evangelio".
Con la misma contundente humildad, el prelado expresa que se quedará donde el Papa quiera y añade que en todos sus destinos "Siempre he tratado de ser yo mismo dondequiera que haya estado, con los ojos en los pobres".