Traslada sus condolencias por la muerte de un "fiel testigo del Evangelio" El Papa sobre el Cardenal Jaworski: "Un hombre extremadamente justo, sincero y valiente"
Ha expresado su admiración por quien opina que fue un "respetado hombre de ciencia y profesor de teología y filosofía y como Decano y Primer Rector de la Academia Pontificia de Teología de Cracovia"
"Personalmente estoy unido a él – declara en un telegrama – por la fecha del Consistorio del año 2001, cuando ambos fuimos creados cardenales"
| Mireia Bonilla
(Vatican News).- El Pontífice envía al Arzobispo Metropolitano de Kraków, Monseñor Marek Jądraszewski, un telegrama de condolencias por la reciente muerte del Cardenal Marian Jaworski, arzobispo emérito de Lviv del Latini, en Ucrania, fallecido el pasado 5 de septiembre a la edad de 94 años.
El Papa escribe que “con profunda tristeza”, se enteró de la noticia y asegura que se une a Su Excelencia “en la oración de sufragio, a todos los fieles de la Iglesia en Polonia y Ucrania, especialmente en la Arquidiócesis de Cracovia, en la Diócesis de Zamość-Lubaczów y en la Arquidiócesis de Lviv”, al mismo tiempo que da “gracias al Señor” por la vida y el ministerio apostólico de este fiel testigo del Evangelio.
Valiosa contribución al desarrollo científico
Posteriormente, recuerda con gratitud “su compromiso académico como un respetado hombre de ciencia y profesor de teología y filosofía y como Decano y Primer Rector de la Academia Pontificia de Teología de Cracovia”. De hecho, San Juan Pablo II destacó a menudo su particular y valiosa contribución al desarrollo científico.
Su lema episcopal era "Mihi vivere Christus est". “Lo acompañó durante toda su vida y definió su forma de pensar, evaluar, elegir, tomar decisiones y definir las perspectivas de las diferentes investigaciones”, escribe el Papa Francisco.
Francisco además asegura que en los corazones de los que lo conocieron, “permaneció como un hombre extremadamente justo, sincero y valiente que amaba a la Iglesia”. De hecho – dice el Papa – “dejó un digno testimonio de celo sacerdotal, de erudición, de fidelidad al Evangelio y de responsabilidad por la comunidad de creyentes”.
Era el amigo cordial de San Juan Pablo II
“Lo apoyó en las labores del ministerio episcopal y papal. También administró el Sacramento de la Unción al Papa moribundo”, recuerda el Papa en el telegrama. Y como filósofo y teólogo “colaboró estrechamente con el Papa Benedicto XVI”. “Personalmente estoy unido a él – concluye el Pontífice – por la fecha del Consistorio del año 2001, cuando ambos fuimos creados cardenales”.