En su discurso de Navidad, les pide no 'laberinterar en la rigidez o en la mediocridad" Francisco insta a la Curia a permanecer "vigilantes contra el fijismo de la ideología"
La dificultad, hoy, consiste en transmitir la pasión a quienes hace tiempo la perdieron. Sesenta años después del Concilio, seguimos debatiendo sobre la división entre 'progresistas' y 'conservadores', mientras que la diferencia central está entre 'enamorados' y 'acostumbrados'. Esta es la diferencia. Y sólo caminan los que aman", lamentó el Papa
"Practiquemos el discernimiento, para ser una Iglesia que busca interpretar los signos de la historia con la luz del Evangelio, buscando soluciones que transmitan el amor del Padre"
"El discernimiento debe ayudarnos, también en el trabajo de la Curia, a ser dóciles al Espíritu Santo, a ser capaces de elegir orientaciones y tomar decisiones no según criterios mundanos, o simplemente aplicando reglamentos, sino según el Evangelio", aseveró el Papa
"El discernimiento debe ayudarnos, también en el trabajo de la Curia, a ser dóciles al Espíritu Santo, a ser capaces de elegir orientaciones y tomar decisiones no según criterios mundanos, o simplemente aplicando reglamentos, sino según el Evangelio", aseveró el Papa
En la última década, la del pontificado del papa Francisco, el tradicional discurso de felicitación de las Navidades a los funcionarios de la Curia se ha convertido en una apelación poco complaciente en la que se les ha recordado el peligro de la mundanización, la burocratización o, como el caso de este año, la advertencia contra la tentación de "laberintear", quedarse anclados en "la ideología" o "salir a paso" de sus funciones, tareas que, les ha dicho, deben ser atendidas reflexionando desde lo hondo sobre tres verbos -escuchar, discernir y caminar- que ha invitado a conjugar "para nuestro camino de fe y para el servicio que realizamos aquí en la Curia".
"La dificultad, hoy, consiste en transmitir la pasión a quienes hace tiempo la perdieron. Sesenta años después del Concilio, seguimos debatiendo sobre la división entre 'progresistas' y 'conservadores', mientras que la diferencia central está entre 'enamorados' y 'acostumbrados'. Esta es la diferencia. Y sólo caminan los que aman", lamentó el Papa en su discurso.
Comenzó Francisco invitando a sus interlocutores -que le saludaron protocolariamente con un discurso previo del decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Re- a prestar gran atención al primero de los verbos "escuchar", pidiendo que eso se haga "con el corazón y de rodillas", porque "es la mejor manera para escuchar de verdad, porque significa que no nos colocamos frente al otro en la posición de quien cree ya lo sabe todo, de quien ya ha interpretado las cosas aun antes de escucharlas, de quien mira por encima del hombro, sino que, por el contrario, nos abrimos al misterio del otro, dispuestos a recibir humildemente lo que quiera entregarnos".
Lobos rapaces
"A veces, inclusive cuando nos comunicamos entre nosotros, corremos el riesgo de ser como lobos rapaces. Enseguida intentamos devorar las palabras del otro, sin escucharlo realmente, e inmediatamente vertemos sobre él nuestras impresiones y nuestros juicios", señaló Francisco, quien, por lo tanto, invitó a la Curia a "aprender el arte de escuchar".
"Antes de nuestros deberes cotidianos y de nuestras actividades, pero sobre todo antes de los roles que desempeñamos, necesitamos redescubrir el valor de las relaciones, y tratar de despojarlas de formalismos, para animarlas con espíritu evangélico, ante todo escuchándonos recíprocamente", indicó el Papa, quien añadió que esa esa una tarea que se debe de hacer . "con el corazón y de rodillas". "Escuchémonos más, sin prejuicios, con apertura y sinceridad; con el corazón, de rodillas. Escuchémonos, tratando de entender bien lo que dice nuestro hermano, de captar sus necesidades y, de alguna manera, la vida que se esconde detrás de esas palabras, sin juzgar".
El ejemplo del cardenal Martini
También invitó el Papa a "practicar el discernimiento espiritual, escrutar la voluntad de Dios, cuestionar las mociones interiores de nuestro corazón, y luego evaluar las decisiones que hay que tomar y las elecciones que hay que hacer", poniendo como ejemplo la actitud del cardenal Martini, quien, leyó, escribió que «el discernimiento es muy distinto de ser puntilloso, propio de quien vive en el achatamiento legalista o con pretensiones de perfeccionamiento».
"El discernimiento debe ayudarnos, también en el trabajo de la Curia, a ser dóciles al Espíritu Santo, a ser capaces de elegir orientaciones y tomar decisiones no según criterios mundanos, o simplemente aplicando reglamentos, sino según el Evangelio", aseveró el Papa.
'Laberintear' dentro de nuestros cercados
En cuanto al tercer verbo, caminar, Francisco subrayó en su texto que "también en el servicio aquí en la Curia es importante permanecer en camino, no dejar de buscar y profundizar en la verdad, superando la tentación de permanecer paralizados y de 'laberintear' dentro de nuestros cercados y temores. Los miedos, las rigideces y la repetición de esquemas generan inmovilidad, que tiene la aparente ventaja de no crear problemas ―quieta non movere―, nos llevan a vagar ociosamente en nuestros laberintos, perjudicando el servicio que estamos llamados a ofrecer a la Iglesia y al mundo entero".
Frete a ello, pidió que "permanezcamos vigilantes contra el fijismo de la ideología que, a menudo, bajo la apariencia de buenas intenciones, nos separa de la realidad y nos impide caminar. En cambio, estamos llamados a ponernos en camino y avanzar, como hicieron los Magos, siguiendo la Luz que siempre quiere llevarnos más allá y que a veces nos hace buscar senderos inexplorados y nos lleva por caminos nuevos".
"Por eso, cuando el servicio que realizamos corre el riesgo de aplanarse, de 'laberintear' en la rigidez o en la mediocridad, cuando nos encontramos enmarañados en las redes de la burocracia y del 'salir del paso', acordémonos de mirar hacia lo alto, de recomenzar desde Dios", indicó.
"De los laberintos se puede salir sólo desde arriba'”, constató el Papa, indicando que "hace falta valor para caminar, para avanzar más allá. Es una cuestión de amor", finalizando con una petición este tradicional discurso a la Curia: "En nuestra labor, cultivemos la escucha del corazón, poniéndonos así al servicio del Señor, aprendiendo a acogernos, a escucharnos recíprocamente; practiquemos el discernimiento, para ser una Iglesia que busca interpretar los signos de la historia con la luz del Evangelio, buscando soluciones que transmitan el amor del Padre. Y permanezcamos siempre en camino, con humildad y admiración, para no caer en la presunción de sentirnos satisfechos y para que no se apague en nosotros el deseo de Dios. Y gracias sobre todo por el trabajo realizado en el silencio. Escuchar, discernir, caminar".
Etiquetas