Müller, Ghirlanda y Riccardi debaten sobre el “vacío legislativo” existente en torno a esta figura “El título de ‘Papa emérito’ es teológicamente falso”

"Esto no puede convertirse en una regla (…), con gran respeto por Joseph Ratzinger, pero debo decir que su decisión no se reflejó previamente de manera clara, dogmática y canónica, y todo esto, con los signos secundarios pero importantes en este mundo donde la televisión tiene más importancia que cientos de libros, el vestido blanco, el título de Papa Emérito, no puedo aceptarlo. Es teológicamente falso. Significa casi separar el episcopado de Roma y el ministerio petrino, que son uno”. El cardenal Müller arremetió este martes contra la figura de ‘Papa emérito’ y reclamó un estatuto de obispo emérito de Roma claro y que no dé pie a controversias.

En un curioso debate, impensable en España, entre el purpurado alemán, el cardenal Gianfranco Ghirlanda y el historiador (y fundador de la comunidad de Sant’Egidio) Andrea Riccardi sobre la conveniencia de la renuncia de un Papa, los tres protagonistas -representantes de ‘hinchadas’, como diría el ínclito Gänswein, diferentes en la Iglesia-, coincidieron a la hora de subrayar que la muerte de Ratzinger no debería ser un acicate para fomentar la dimisión de Francisco.

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— Portal kath.ch (@kathch) January 11, 2023

“Lo mejor es que Francisco permanezca en el cargo el mayor tiempo posible”, subrayó el jesuita italiano, quien insistió en que “hay un vacío legislativo, es necesario intervenir” sobre la figura del emérito.

“Yo propuse el título de obispo emérito de Roma, que no fue aceptado”, abundó el canonista, señalando el ejemplo de Gregorio XII en el Concilio de Constanza, y dejando claro que “en estos diez años sólo hubo un Papa, no un Papa y medio o un Papa y cuarto”.

En estos diez años sólo hubo un Papa, no un Papa y medio o un Papa y cuarto

Ambigüedad y enemigos de Francisco

“Pero estas situaciones pueden ser aprovechadas, y lo fueron, por grupos que no aceptan al actual Pontífice”, denunció Ghirlanda, lamentando la “ambigüedad” creada, que puede “crear desunión” en la Iglesia. “Ciertamente, el Papa Benedicto no tenía esa intención, pero las cosas pueden manipularse. Por eso creo que sería oportuna una legislación que determinara cuál es la posición del Papa que dimite, aunque tenga que ser una situación excepcional”.

Müller, por su parte, incidió en que un Papa “no debe compararse con una autoridad laica como el rey inglés, el califa islámico o el Dalai Lama”, porque “no puede entenderse el papado con la categoría de los representantes elegidos provisionalmente por el pueblo o incluso del director general de una gran empresa, sustituido por un sustituto más joven según el criterio de la eficacia."

“Depende de la decisión de los Papas”, admitió Müller, “pero si me preguntan, digo clara y públicamente que esto no puede convertirse en una regla, debe ser una excepción extrema: cuando alguien ya no es capaz física o mentalmente, con posible enfermedad en el caso, puedo aceptarlo, nada más allá de eso”.

“Estoy absolutamente en contra de una renuncia del Papa Francisco, está absolutamente apto física, psicológica o mentalmente para continuar. Es necesario reflexionar más sobre este punto”, recalcó el cardenal alemán

“Estoy absolutamente en contra de una renuncia del Papa Francisco, está absolutamente apto física, psicológica o mentalmente para continuar. Es necesario reflexionar más sobre este punto”, recalcó el cardenal alemán.

Ghirlanda coincidió con Müller en el “vacío legislativo” en torno a esta figura, y aprovechó para lamentar las declaraciones de Gänswein en sus memorias.