"Jesucristo siempre nos busca, nos espera, nos perdona", dice el Papa en el Regina Coeli “El Señor proclama bienaventurados a los que creen sin ver, pero sale al encuentro del discípulo incrédulo”
(Jesús Bastante).- En el domingo de la Divina Misericordia, decenas de miles de fieles se congregaron en la mañana soleada de la plaza de San Pedro para rezar el Regina Coeli. No cabía un alfiler. Ante ellos, el Papa recordó el momento en que Jesús se presenta ante el incrédulo Tomás y le invita a tocar sus llagas. "Y al contacto con las llagas de Jesús, Tomás experimienta sus propias llagas, sus propias humillaciones", señaló Francisco.
"Jesús sale al encuentro de su incredulidad, porque a través de los signos de la pasión puede alcanzar la plenitud de la fe pascual, de la resurrección", sostuvo el Papa, quien recalcó que el ejemplo de Tomás es válido también para los creyentes hoy, que "no están satisfechos, y tratan de verificar, hacer una propia experiencia personal. Después de las iniciales resistencias e inquietudes, al final también Tomás llega a creer, aunque avanzando con dificultad, pero llega a la fe. Jesús se ofrece a las inseguridades del último llegado".
"El Señor proclama bienaventurados a aquellos que creen sin ver, y la primera es María, su madre, pero sale al encuentro de la exigencia del discípulo incrédulo", resaltó el Papa, quien aseguró que, actuando así, el creyente "tiene la prueba decisiva de que es amado, esperado y comprendido", pues Tomás "se encuentra de frente a un Mesías lleno de dulzura, de misericordia, de ternura. Era aquel señor que buscaba en las profundidades más secretas de su propio ser, porque siempre había sabido que era así".
"Cuántos de nosotros buscamos en lo más profundo de nuestro corazón encontrar a Jesús. Así como es, dulce, misericordioso, porque sabemos que es así", añadió el Papa, quien subrayó cómo, una vez renovado el "contrato" con Cristo, "Tomás comprende el significado profundo de su resurrección, e íntimamente transformado declara su fe en Él proclamando: Señor mío y Dios mío. Bella expresión de Tomás".

"Como Tomás, todos nosotros estamos invitados a contemplar en las llagas del Resucitado la divina misericordia, que supera todo límite humano y resplandece sobre la oscuridad del mal y del pecado", añadió Francisco, quien compartió con los fieles de San Pedro la noticia de la publicación de la bula del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
"Esta bula empieza con 'El Rostro de la Misericordia', hecho en Jesucristo. Mantengamos la mirada dirigida a él, que siempre nos busca, nos espera, nos perdona. Es tan misericordioso que no se espanta de nuestras faltas, no se cansa de curarnos y perdonar nuestros pecados", concluyó el Papa.