El prefecto apostólico de Battambang, Camboya, habla sobre su experiencia como participante en el Sínodo de Roma P. Enrique Figaredo, SJ: "La sinodalidad afecta a nuestra vida pastoral, a nuestro compromiso y a nuestra misión. Es transformadora"

P. Enrique Figaredo, SJ, participante del sínodo en Roma
P. Enrique Figaredo, SJ, participante del sínodo en Roma

El P. Enrique Figaredo, SJ, Prefecto Apostólico de Battambang, Camboya, es uno de los que participan en el Sínodo sobre la Sinodalidad

Su reflexión sobre el impacto del proceso sinodal subraya que la sinodalidad está conformando la misión de la Iglesia, en concreto cuando pone de relieve el servicio a los pobres y la promoción de relaciones basadas en la compasión

"La sinodalidad no es sólo un concepto, sino que afecta a nuestra vida pastoral, a nuestro compromiso y a nuestra misión"

A título personal, considera este Sínodo como una experiencia de conversión personal y un intercambio de dones

(Jesuitas).- El P. Enrique Figaredo, SJ, Prefecto Apostólico de Battambang, Camboya, es uno de los que participan en el Sínodo sobre la Sinodalidad. Su reflexión sobre el impacto del proceso sinodal subraya que la sinodalidad está conformando la misión de la Iglesia, en concreto cuando pone de relieve el servicio a los pobres y la promoción de relaciones basadas en la compasión.

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Al reflexionar sobre el proceso sinodal desde la Primera Sesión del año pasado, el P. Enrique Figaredo observa progresos significativos. Señala que eso de la sinodalidad no es sólo un concepto, sino que “afecta a nuestra vida pastoral, a nuestro compromiso y a nuestra misión”. Subraya además que la sinodalidad implica descender hasta las necesidades de los demás, especialmente a las de los pobres... “Estamos tomando tierra en las necesidades de la gente y en las necesidades de los pobres.”

Sínodo de la sinodalidad
Sínodo de la sinodalidad

"La sinodalidad no es sólo un concepto, sino que afecta a nuestra vida pastoral, a nuestro compromiso y a nuestra misión"

Afirma el P. Figaredo que la idea de la sinodalidad está echando raíces en Camboya, donde él presta sus servicios, especialmente por lo que toca a la conversión. “Hablo de conversión en nuestra forma de hacer las cosas y de tomar decisiones”, afirma. La Iglesia local está adoptando una “nueva forma de ser Iglesia”, pero el P. Figaredo confía en que Camboya estará en el buen camino, siempre que “su prioridad sea la misión de servir a los pobres”.

El P. Figaredo continúa señalando que el sínodo ha puesto en primer plano el trabajo de las órdenes religiosas, entre otras la Compañía de Jesús, cuyas actividades apostólicas son contribuciones vitales a la misión más amplia de la Iglesia. Es muy valioso su servicio a los pobres, el cuidado del medio ambiente, la prestación de servicios educativos y sociales y el acompañamiento espiritual.

A título personal, considera este Sínodo como una experiencia de conversión personal en dos frentes. En primer lugar, en el plano de las relaciones en el seno de la Iglesia y el conjunto de la creación. Subraya que necesitamos fomentar relaciones de “bondad amorosa, de ternura y justicia”. El segundo nivel de conversión consiste en un intercambio de dones, cuando nuestro servicio a los pobres y necesitados reconoce en ellos a Dios y nos hace compartir con ellos los dones que tenemos.

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