"Muchos cardenales hoy estarían en sintonía con Angelo Scola como Papa", afirma La incontinencia sin enmienda de Gänswein: ahora utiliza a Scola para despreciar a Francisco
En plena campaña de promoción de sus controvertidas memorias, el ex secretario personal del papa Benedicto XVI desliza las preferencias sobre el cardenal emérito de Milán, aunque parece reprimirse ante el periodistas porque "decir ciertas cosas hoy, sabiendo que en Santa Marta hay una gran sensibilidad...
"Ya se notaba muy bien la simpatía humana y la sintonía teológica entre el Papa y el Patriarca. Se conocían desde hacía tiempo, precisamente en un contexto de reflexiones teológicas, y en ese momento se encontraron en una hermosa armonía. Para describirlo, me viene a la mente la imagen de un velero propulsado por una buena brisa”, dice el arzobispo alemán a propósito de las relaciones entre Ratzinger y Scola
Apenas un mes después de que asegurase en un programa de la Rai que “"espero que el papa Francisco confíe en mí, espero no haberle dado una razón para no confiar más en mí", el ex secretario personal del Papa emérito, Georg Gänswein, ha vuelto a dar muestras de una incontinencia verbal sin deseo de enmienda al declarar, en una entrevista con Il Corriere de la Sera, que “creo que bastantes cardenales habrían vivido bien si Angelo Scola hubiera sido Papa”.
Con todo, podría quedar una cierta duda sobre el sentido final de la frase, que, a falta de una glosa más a fondo, su siguiente afirmación hace a todas luces innecesaria. “¿Habría apreciado personalmente la elección como Papa del entonces arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola?, le pregunta el periodista. Y en vez de deslizar un germánico sí o no, il bello Giorgio desliza un sinuoso y florentino “no puedo decir que fui amigo del cardenal Scola, pero me une una gran simpatía personal y una profunda estima. Pero decir ciertas cosas hoy,sabiendo que en Santa Marta hay una gran sensibilidad...” que, en definitiva, no deja muy bien al inquilino de una modesta dependencia en esa residencia vaticana, desde luego con muchos menos metros que los de su, por el momento, apartamento en el Vaticano antes de que se dilucide finalmente el destino del arzobispo alemán.
En plena campaña promoción de sus memorias ‘Nada más que la verdad. Mi vida junto a Benedicto XVI’ (Desclée de Brouwer), Gänswein vuelve a dejarse mecer por los mismos que luego dicen que sacan de contexto sus palabras, a pesar de haber asegurado que "ahora debo callar", tras el encuentro que mantuvo con Francisco a principios de enero, a los pocos días del funeral de Benedicto XVI y de que empezasen a difundirse extractos de sus memorias que dejaban entrever ciertas críticas del Papa alemán hacia el Papa argentino.
Benedicto XVI y Scola, o el velero y la brisa
“Me vienen a la mente las dos visitas oficiales que Ratzinger hizo a Scola durante su pontificado. La primera fue en Venecia, donde Scola era patriarca. En mayo de 2011. Más allá del marco de la ciudad, que por sí sola ya me ha dejado hermosos recuerdos imborrables, la acogida fue extraordinaria y entonces ya se notaba muy bien la simpatía humana y la sintonía teológica entre el Papa y el Patriarca. Se conocían desde hacía tiempo, precisamente en un contexto de reflexiones teológicas, y en ese momento se encontraron en una hermosa armonía. Para describirlo, me viene a la mente la imagen de un velero propulsado por una buena brisa”.
“Recuerdo muy bien que muchos, y en particular ustedes los periodistas, se apresuraron a decir que el cardenal Scola habría sido el sucesor natural, incluso dado por sentado", añade Gänswein. Olvida, sin embargo, añadir que, en este caso, los ‘papamakers’ no fueron tanto los periodistas como algunos purpurados, alentados por el movimiento que llevaba en volandas al patriarca veneciano, Comunión y Liberación, hasta el punto de que, cuando aquel 13 de marzo de 2013 apareció la fumata bianca, algunos, imprudentemente, lanzaron también al aire que el nuevo Papa era… Scola.
Rumiando las formulaciones sibilinas del exsecretario hasta el final, el periodista acaba preguntado. “¿Y qué significa para un cardenal vivir bien en un pontificado?”. “Significa sentirse en sintonía no solo externamente sino también internamente”, aclara.
Es decir, que según Georg Gänswein, hay muchos cardenales que no están comunión con Francisco. Una nueva piedra sobre el tejado de un pontificado que con las que podría volver empedrar la Plaza de San Pedro gracias a la ayuda de una parte de su Colegio Cardenalicio.