El asesor espiritual del mandatario y embajador argentino en Israel rompe su silencio Axel Wahnish: "Milei está en un proceso espiritual, no estoy pensando en su conversión"

Axel Wahnish, el 'rabino de Milei'
Axel Wahnish, el 'rabino de Milei'

"En principio no sería fácil compatibilizar la práctica religiosa con el ejercicio de la presidencia. De todas maneras, no hay una línea que marque un punto de partida y uno de llegada. Lo principal, como dije, es estar en el camino de auto crecimiento y desarrollo espiritual y querer ayudar a la sociedad"

"A mucha gente le produce alergia que se mezcle religión y política. Yo creo que no hay que mezclar religión y política. Pero las decisiones de gobierno, como todas, conllevan cuestiones morales"

"Entiendo que el Presidente está tomando una decisión de estar de un lado y que con ello expone más al judaísmo. Si, es un riesgo. ¿Pero qué es preferible? ¿Esto? ¿O un régimen aliado con países terroristas?"

"El Presidente tiene una política exterior clara. Normalmente, un embajador sigue la posición del gobierno. En mi caso, voy a ser fiel a lo que el Presidente considere. Por otra parte, en la sociedad israelí hay discusiones, divisiones sobre el conflicto"

"Lo que creo en primer lugar es que ningún civil, ni palestino, ni israelí, debería estar privado de sus necesidades básicas, no debería sufrir, ni mucho menos morir. En segundo lugar, quiero que haya paz, si es posible ya mismo. Por supuesto, que los terroristas devuelvan a los secuestrados. Creo que todos queremos lo mismo. ¿Cuál es la manera? No lo sé y creo que nadie lo sabe"

(Valores Religiosos).- En una entrevista exclusva con Sergio Rubin, el asesor espiritual de Javier Milei y actual embajador argentino en Israel, Axel Wahnish, dice que "el Presidente está haciendo un camino de crecimiento personal y desarrollo espiritual” y que "si se va a convertir o no, no es una cuestión actual", pero que será  el resultado de una decisión totalmente personal". La relaicón entre religión y política, el cofnlcito en Medo Oriente y el antisemitismo, entre los temas abordados.

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-¿Cómo conoció a Javier Milei?

-Fue hace tres años, en julio de 2021, antes de que fuese diputado. Alguien lo había acusado falsamente de antisemita. No sabemos por qué. Él entonces manifestó su deseo de dar una charla-debate sobre antisemitismo delante de jóvenes en una comunidad judía. Se lo dijo a un amigo y ese amigo a otro que propuso que viniera a nuestra comunidad, que es muy abierta y cuenta con muchos jóvenes que desarrollan una actividad cultural y deportiva. Tenía interés en conocerlo porque no sabía nada acerca de él. Los 15 minutos que preveíamos para el saludo y un breve intercambio se convirtieron en dos horas de charla. Experimentamos una conexión muy profunda. Parecía que nos conocíamos de toda la vida. Había coincidencias a nivel espiritual, moral, cultural. Coincidencias en ciertos puntos que no pueden ser casualidad. Algo de otra dimensión. Así se generó una relación genuina, un vínculo muy fuerte.


-¿Milei le expresó su deseo de estudiar la espiritualidad judía o fue algo que se fue dando naturalmente? ¿Se va a terminar convirtiendo?

-Fue surgiendo como ocurre con la amistad. Nadie le dice a alguien cuando lo conoce que quiere ser su amigo, sino que la amistad es un vínculo que se va construyendo. En aquella primera charla, a los cinco minutos empezamos a hablar de espiritualidad, de revolución moral, de la misión que uno tiene en el mundo, de cada ser humano con sus capacidades únicas y de cómo potenciar el bien en el ámbito que a uno le toca. La conversión es algo muy personal e íntimo. Soy un fiel defensor de la autonomía y el libre albedrío de cada uno. Toda decisión que se toma condicionada o influenciada no es sana. Tarde o temprano termina mal. Las decisiones y procesos tienen que ser internos y naturales. Considero que él está haciendo un camino de auto crecimiento y desarrollo espiritual. No estoy pensando en su conversión. Eso para mí es irrelevante. Sí, que una persona pueda crecer interiormente y hacer el bien a la sociedad.



-¿Hay algún impedimento religioso en caso de que Milei decida convertirse? Por lo pronto, él mismo dijo que no podría dejar de trabajar todo un día para observar el sabath.

-Efectivamente, en principio no sería fácil compatibilizar la práctica religiosa con el ejercicio de la presidencia. De todas maneras, no hay una línea que marque un punto de partida y uno de llegada. Lo principal, como dije, es estar en el camino de auto crecimiento y desarrollo espiritual y querer ayudar a la sociedad. Con eso basta. En nuestro caso, teníamos charlas por WhatsApp que llegaban a durar dos horas. Eran de ida y vuelta con preguntas que abrían temas. O venía a nuestra sede. Fueron dos años de intercambios. Descubrí que es una persona muy inteligente y veloz, con una intuición y captación sorprendentes. Yo disfruto mucho y también crezco. El enriquecimiento es mutuo. Ahora bien, tenemos una tendencia muy humana a escaparnos del presente. Pero hoy la misión de Javier Milei es ser presidente de la nación y ayudar al pueblo argentino. Si se va a convertir o no, no es una cuestión actual.


-Milei se muestra como el presidente más religioso desde la vuelta a la democracia. ¿Qué les dice a quienes temen que sus concepciones religiosas avancen sobre un país laico?

-Ante todo hay que preguntarse cómo definimos la religiosidad. Si uno la define como la conexión con el mundo espiritual y con Dios que trasciende la dimensión material que percibimos con los cinco sentido, parecería que efectivamente es el más religioso. Eso lo que genera es mucha responsabilidad y compromiso. ¿Eso implica que en este caso se está mezclando la religión con la política? Uno puede vivir la fe como una forma de sacarse los problemas de encima o como una espera para una salvación mágica. O sea, abrazando la espiritualidad como víctima. Pero hay otra manera de vivirla que es asumiendo una responsabilidad y un compromiso que va más allá de los gustos y obligaciones personales. El estar para servir siendo la espiritualidad una energía que da más fuerza. Después cómo eso se concreta en la política, la economía, que son herramientas para materializar valores, es otra cosa.



-Pero Milei va más allá y cita frecuentemente un versículo del libro de Macabeos que dice que “una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino de las fuerzas del cielo”…

-Los presidentes de los Estados Unidos terminan sus discursos invocando a Dios. Pero habría que ver si la apelación a Dios entra necesariamente en lo religioso porque hablar de religión implica referirnos a conceptos muy profundos. La conciencia del ser humano de que tiene un alma y una responsabilidad, una misión de ser mejor persona y hacer el bien, y la conexión que a partir de allí establecemos con Dios, va más allá de lo que solemos enmarcar en lo religioso. Esa conciencia y conexión nos potencia en lo que hagamos como políticos, como médicos, como lo que seamos. Lo que está detrás para creyentes y ateos son valores y dilemas morales. Y ciertos valores morales tienen que ver con la espiritualidad. A mucha gente le produce alergia que se mezcle religión y política. Yo creo que no hay que mezclar religión y política. Pero las decisiones de gobierno, como todas, conllevan cuestiones morales.

-Hay quienes dentro de la colectividad temen que si a Milei le va mal eso podría repercutir negativamente en la consideración de sus miembros. ¿Qué piensa?

-Por lo pronto hay que decir que la comunidad judía es tan amplia que siempre habrá opiniones diversas. Que un sector pensara así y otro de manera contraria no me sorprendería; sería natural. No me detendría en eso. Si la llegada de una persona que estudia la espiritualidad judía a la presidencia me lleva a decir que eso no fue producto de un lobby. Nadie lo estuvo maquinando desde otro país. No se trató de algo artificial. Por otra parte, el mundo se esta polarizando mucho. Y hay momentos en que uno no puede abstenerse como por ejemplo frente al atentado a las Torres Gemelas o ante los dos que sufrimos en la Argentina o el ataque terrorista perpetrado por Hamas el 7 de octubre. Entiendo que el Presidente está tomando una decisión de estar de un lado y que con ello expone más al judaísmo. Si, es un riesgo. ¿Pero qué es preferible? ¿Esto? ¿O un régimen aliado con países terroristas?



-Cuando se trató en el Senado su pliego para ser embajador en Israel la senadora Lucía Corpacci objetó su nombramiento porque consideró que podría hacer prevalecer los intereses israelíes…

-Ella dijo que yo debía recordar que iba a ser embajador de la Argentina en Israel y no embajador de Israel en la Argentina, y que, por lo tanto, me correspondía defender los derechos argentinos. Ese fue un comentario antisemita de manual. Cuando iba a la escuela primaria y jugaba la Argentina con Israel me preguntaban quién quería que gane. Soy tan argentino como cualquier otro argentino. De todas maneras, no la percibí como una afirmación malintencionada. Ciertamente, el contenido fue erróneo quizá más por una cuestión de torpeza o ignorancia que por otra cosa. El mensaje fue antisemita, pero no creo que esa haya sido su actitud.



-No obstante, usted debe tener una posición muy definida ante la controversia que suscita la ofensiva de las fuerzas israelíes en Gaza por la afectación a la población civil…

-El Presidente tiene una política exterior clara. Normalmente, un embajador sigue la posición del gobierno. En mi caso, voy a ser fiel a lo que el Presidente considere. Por otra parte, en la sociedad israelí hay discusiones, divisiones sobre el conflicto. Hay muchos que dicen que hay que buscar la paz con la fórmula de los dos Estados como meta y hay muchos también que dicen que la única forma de lograr la paz es luchando contra el terror. Hay muchas posiciones. ¿En relación a qué posición podrían acusarme de ser parcial? Mi misión es representar y beneficiar a la Argentina y seguir las indicaciones del presidente. Si el presidente fuese otro y tuviera una diferencia moral, no aceptaría el cargo como embajador en Israel o en cualquier otro país. Diría más: el hecho de que conozca la cultura, el idioma y la idiosincracia de Israel creo que es un beneficio para la relación bilateral.

Axel Wahnish, el 'rabino de Milei'
Axel Wahnish, el 'rabino de Milei' Valores Religiosos



-¿Pero usted qué opina? ¿Hubo una reacción desproporcionada?

-Partamos de la base que estamos ante un tema muy complejo y difícil. ¿Gran Bretaña fue desproporcionada con Alemania en la Segunda Guerra Mundial? ¿Murieron más civiles alemanes o ingleses? Ciertamente, alemanes. ¿Alguien dice que fue una respuesta desproporcionada? Nadie. ¿Cuál es el criterio de la desproporción? Si alguien nos viene a matar, ¿cómo establecemos cuál es una respuesta proporcionada? Es muy difícil. No estoy diciendo que sí, ni que no. Lo que creo en primer lugar es que ningún civil, ni palestino, ni israelí, debería estar privado de sus necesidades básicas, no debería sufrir, ni mucho menos morir. En segundo lugar, quiero que haya paz, si es posible ya mismo. Por supuesto, que los terroristas devuelvan a los secuestrados. Creo que todos queremos lo mismo. ¿Cuál es la manera? No lo sé y creo que nadie lo sabe.

Mi misión es representar y beneficiar a la Argentina y seguir las indicaciones del presidente. Si el presidente fuese otro y tuviera una diferencia moral, no aceptaría el cargo como embajador en Israel o en cualquier otro país. Diría más: el hecho de que conozca la cultura, el idioma y la idiosincracia de Israel creo que es un beneficio para la relación bilateral.



-¿No lo es la fórmula de los dos Estados?

-No lo sé. Puede que sí, puede que no. Cuando digo que no lo sé no lo haga desde la ignorancia, sino de haber estudiado tanto el tema que me llevó a concluir que es algo muy complejo. Desde la Argentina lo vemos con nuestra idiosincracia y nuestros valores y no entendemos en toda su dimensión el fanatismo, el extremismo de personas que matan, que se inmolan para convertirse en héroes, en mártires. No podemos creerlo. Eso sí, considero que mientras haya organizaciones terroristas es inviable la fórmula de dos Estados, tres Estados o quinientos Estados. Porque su único objetivo es violar, asesinar, descuartizar. Por eso me parece que a veces la apelación a la fórmula de los dos Estados es muy simplista.

Mientras haya organizaciones terroristas es inviable la fórmula de dos Estados, tres Estados o quinientos Estados. Porque su único objetivo es violar, asesinar, descuartizar. Por eso me parece que a veces la apelación a la fórmula de los dos Estados es muy simplista



-¿Será trasladada la sede de la embajada argentina a Jerusalén?

-En primer lugar es importante aclarar y destacar que siempre se habló de Jerusalén Occidental. En segundo lugar, me parece importante remontarnos al origen de esta idea. No fue solo una declaración presidencial, sino que fue parte de las promesas de campaña como parte de una estrategia mayor de política exterior en la que se pone el foco en la alianza con la única democracia libre en Medio Oriente, demostrando el compromiso con los valores de la libertad y la democracia del presidente. De todas maneras, es de público conocimiento la situación compleja y difícil por la que está atravesando la región, con lo cual la concreción de esta propuesta se evaluará en su debido momento cuando estén dadas las condiciones óptimas y sin que eso dañe los intereses de nuestro país.



-La DAIA dice que las expresiones antisemitas a través de internet en el país crecieron un 300 % desde el ataque terrorista del 7 de octubre…

-El 7 de octubre fue un ataque terrorista que apuntaba a violar, a degollar civiles. ¿Fue una guerra? No, fue un ataque terrorista. ¿Por qué decimos que un Estado no es terrorista? Un argumento muy bueno, básico diría, es porque su objetivo no es dañar civiles. Lo contrario o convierte en un Estado terrorista. En la Segunda Guerra Mundial murieron civiles, pero como efecto secundario. Por eso, es importante decir que Hamas es una organización terrorista que cometió un acto terrorista. Porque me parece que hay una estrategia de propaganda de las organizaciones terroristas que quieren mostrar que el terrorista en víctima y que la víctima se convierte en terrorista. Lo cual promueve un sentimiento antisemita en diferentes partes del mundo. Más allá de expresiones puntuales repudiables, en la Argentina estamos en una especie de oasis de paz y de entendimiento interreligioso e intercultural que me enorgullece.

Hamas es una organización terrorista que cometió un acto terrorista. Porque me parece que hay una estrategia de propaganda de las organizaciones terroristas que quieren mostrar que el terrorista en víctima y que la víctima se convierte en terrorista



-Siguen, sin embargo, impunes los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA…

-En esos atentados hubo un factor externo. Pero siempre tengamos en cuenta que no fue un atentado a la comunidad judía, sino a todos los argentinos. Y a toda la humanidad porque cuando las organizaciones terroristas matan vidas matan también valores. Además, debemos tener en cuenta que la falta de Justicia es parte del terror. ¿Por qué apenas dos años después del atentado a la embajada se produjo el siguiente a la AMIA? Considero entonces que cuando no se hace justicia se incentiva pasivamente el terrorismo.

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