"Estamos profundamente decepcionados y dañados por las acciones tomadas por la cúpula" Carta abierta de exmiembros y miembros del Sodalicio y obras vinculadas que quieren la verdad y actuar en consecuencia

Figari, fundador del Sodalicio
Figari, fundador del Sodalicio

"El Sodalicio de Vida Cristiana, hasta el día de hoy, se ha visto motivado más por un afán de autodefensa que por un anhelo de justicia, reparación y reforma auténtica"

"Estamos profundamente decepcionados y dañados por las acciones tomadas por la cúpula del Sodalicio de Vida Cristiana y esperamos que esta intervención del Vaticano, aprobada y motivada por el Santo Padre, haga verdadera justicia con las víctimas de abusos de conciencia, psicológicos, económicos, físicos y sexuales; detenga de una vez por todas este sistema abusivo e impune; y ayude a todas las personas que hemos sufrido el engaño del Sodalicio de Vida Cristiana a lograr la paz que solo se encuentra en la verdad"

"Salvo unos pocos que ya no están, los encubridores y abusadores psicológicos, de autoridad y violación de las conciencias, especialmente los más cercanos a Luis Fernando Figari, permanecen en las comunidades y obras sociales y educativas vinculadas al Sodalicio de Vida Cristiana, tomando decisiones de gobierno"

"Algunos exmiembros y víctimas del Sodalicio se mostraron de acuerdo con el contenido del pronunciamiento, pero se inhibieron de suscribirlo -o retiraron sus firmas, luego de haberlo consultado con sus abogados-, debido a que firmaron acuerdos de confidencialidad con la institución, los que podrían traerles represalias legales y/o económicas"

Según la abundante información que se tiene sobre los hechos que involucran al Sodalicio de Vida Cristiana, la familia sodálite y obras vinculadas, los abajo firmantes hemos llegado a las siguientes conclusiones:

El viaje de tus sueños, con RD

1.- El Sodalicio de Vida Cristiana como institución -especialmente por la acción y omisión de sus autoridades, pasadas y presentes- no se concentró debidamente en atender a las víctimas de abusos de todo tipo (sexuales, psicológicos, de autoridad y de conciencia), sino en defender su propia imagen y mantener su poder. Solo salió parcialmente al encuentro de ellas cuando la información era evidente y no pudo ocultarla. Hoy los innumerables testimonios lo evidencian con certeza suficiente. Todo indica que, el Sodalicio de Vida Cristiana, hasta el día de hoy, se ha visto motivado más por un afán de autodefensa que por un anhelo de justicia, reparación y reforma auténtica.

2.- La primera comisión que trabajó ad honorem hizo un buen trabajo de investigación, técnico, respetuoso y empático de escucha de las víctimas, y concluyó que se debían tomar acciones en tres asuntos fundamentales: la separación de todos los abusadores y encubridores de los cargos representativos al interior de la organización, la compensación de las personas sometidas a servidumbre no remunerada sin un discernimiento vocacional adecuado y la reparación económica, psicológica y espiritual de todas las víctimas de abusos.

Luis Figari, fundador del Sodalicio
Luis Figari, fundador del Sodalicio

3.- El Sodalicio de Vida Cristiana no acató en su momento estas conclusiones de la primera comisión independiente, sino que buscó una segunda comisión, con honorarios pagados por el Sodalicio de Vida Cristiana, la cual estableció montos, decidió arbitrariamente quién era víctima y quién no, y repartió dinero condicionado por la firma de un acuerdo extrajudicial de confidencialidad que constituye, hasta el día de hoy, una amenaza a la libertad de expresión de las víctimas. Más adelante suspendió tratamientos psicológicos de víctimas sin ninguna indicación clínica. En ese momento, el año 2016, no se expulsó a ninguno de los abusadores sexuales. Anteriormente, se había expulsado a Daniel Murguía Ward, detenido por la policía en delito sexual flagrante, y se consideró que Germán Doig, quien ya había muerto, merecía la expulsión por los abusos cometidos.

4.- Existe evidencia también de cómo las autoridades del Sodalicio de Vida Cristiana han ignorado -y en muchos casos, perseguido y revictimizado- a quienes han acudido a ellos para denunciar los abusos cometidos por miembros activos de la comunidad. Se sabe también que el Sodalicio de Vida Cristiana desconoció de forma deliberada los derechos a la reparación de personas específicas, que fueron claramente avaladas como víctimas por todas las comisiones investigadoras.

5.- Luis Fernando Figari ha sido expulsado hace poco, este año 2024, y no por el Superior del Sodalicio de Vida Cristiana, como debió ser desde un inicio, sino por el Dicasterio correspondiente con la aprobación del Papa. La versión del Sodalicio de Vida Cristiana decía que el Vaticano se lo prohibía, pero los superiores que sucedieron a Luis Fernando Figari tenían potestad, según los propios estatutos de la institución y el Código de Derecho Canónico, para hacerlo, y no lo hicieron.

Los actuales responsables del Sodalicio
Los actuales responsables del Sodalicio Agencias

6.- Salvo unos pocos que ya no están, los encubridores y abusadores psicológicos, de autoridad y violación de las conciencias, especialmente los más cercanos a Luis Fernando Figari, permanecen en las comunidades y obras sociales y educativas vinculadas al Sodalicio de Vida Cristiana, tomando decisiones de gobierno.

7.- Por los patrones de conducta, las prácticas alejadas del Evangelio y la coincidencia de innumerables testimonios, se puede concluir que, el proceder del Sodalicio de Vida Cristiana no es -como ha sostenido la propia sociedad de vida apostólica- el de unas cuantas personas aisladas, sino un estilo de hacer las cosas, un sistema de abuso influido por la personalidad narcisista del fundador, Luis Fernando Figari, heredada por la “generación fundacional”, continuada por una pequeña élite de personas muy cercanas al fundador, y sostenida con versiones oficiales hacia dentro de la familia sodálite, durante más de cincuenta años.

8.- La mayoría de los miembros del Sodalicio de Vida Cristiana ignora la información económica a la que tiene derecho. No se ha presentado públicamente un informe financiero por parte del Sodalicio de Vida Cristiana. En los últimos años, diversas investigaciones periodísticas han presentado evidencia que vincula al Sodalicio de Vida Cristiana, y en especial a algunos de sus líderes, con posibles delitos financieros y el aprovechamiento para fines indebidos de figuras jurídicas como el Concordato entre Perú y la Santa Sede.

Las víctimas del Sodalicio
Las víctimas del Sodalicio Agencias

9.- En cuanto a la doctrina cristiana, ha habido en el Sodalicio innumerables prácticas ajenas a la vida religiosa, incluso algunas contra indicaciones expresas del Derecho Canónico, que se ocultaban deliberadamente a las autoridades competentes de la Iglesia, especialmente en la formación que se daba en las comunidades de San Bartolo. Se obligaba a los miembros en formación a ocultar estas prácticas en nombre de la obediencia.

10.- Se puede concluir, por lo tanto, que, el Sodalicio de Vida Cristiana ha actuado corporativamente como una secta parasitaria de la Iglesia Católica, abusando del Concordato entre Perú y la Santa Sede, en lo económico; y de la doctrina de la Iglesia, en lo ideológico.

11.- Es muy dudoso, en consecuencia, que exista un carisma del Espíritu Santo con un fundador -que ya había cometido abusos sexuales antes de la fundación- creando una institución que, siguiendo el mismo estilo autoritario, se ha acostumbrado a ponerse por encima de la ley y mentir descaradamente, como ha quedado evidenciado de muchas maneras.

Toda esta información está al alcance de cualquiera, tanto dentro de las comunidades sodálites como en las diversas obras vinculadas al Sodalicio de Vida Cristiana, y es más que suficiente para quien la quiera ver. El proceso de la Misión del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que inició sus trabajos en Julio del 2023, busca hacer justicia de una vez por todas en este caso.

Los miembros de la comisión vaticana que investigó los abusos en el Sodalicio
Los miembros de la comisión vaticana que investigó los abusos en el Sodalicio

Nosotros, los abajo firmantes, exmiembros y miembros, tanto del Sodalicio de Vida Cristiana como del Movimiento de Vida Cristiana (MVC), y otras obras vinculadas, vinimos a participar de una auténtica vida cristiana, no a encubrir abusos o disfrazar la mentira con versiones oficiales o extraoficiales. No podemos ser indiferentes a la cultura de abuso e impunidad que se desarrolló en el Sodalicio de Vida Cristiana y que se ha revelado especialmente a través de los cientos de víctimas, que hoy siguen esperando verdad, reparación y justicia.

Exigimos respuestas a las gravísimas acusaciones que aparecen en diversos medios de prensa y en las redes sociales. Ya nos cansamos de mentiras y falacias por parte de los líderes del Sodalicio de Vida Cristiana.

Han traicionado nuestros sinceros esfuerzos por ser cristianos y oscurecido las buenas obras en las que hemos colaborado.

Estamos profundamente decepcionados y dañados por las acciones tomadas por la cúpula del Sodalicio de Vida Cristiana y esperamos que esta intervención del Vaticano, aprobada y motivada por el Santo Padre, haga verdadera justicia con las víctimas de abusos de conciencia, psicológicos, económicos, físicos y sexuales; detenga de una vez por todas este sistema abusivo e impune; y ayude a todas las personas que hemos sufrido el engaño del Sodalicio de Vida Cristiana a lograr la paz que solo se encuentra en la verdad.

Firmas

Kay Schmalhausen Panizo, obispo emérito y exsodálite

Javier Rodríguez Canales, exsodálite y exmiembro del Consejo Superior

Rocío Figueroa

Alfonso Figueroa

Gerardo Barreto Valcárcel

Renzo Orbegozo Benvenuto

Martin Scheuch Pool

Rodrigo Lavor Niemeyer

Felix Neyra Pacheco

James Neyra Pacheco

Martín López de Romaña Jenkins

Vicente López de Romaña Jenkins

Gonzalo Cano Roncagliolo

Oscar Osterling Castillo

María Cecilia Sáenz Zenteno

Omar Quintana Chávez-Puelles

José Humberto García Puerta

Percy Zegarra

Juan José Hidalgo Zavala

Andrés Gil Mesa

Edgar Yamid Gómez Aristizabal

Alfredo Talavera Polar

Paolo Martín Garibotto Bossio

Jean Pierre Boitano Mena

Miguel Daneri Romero

Erick Mayer Arispe

Carlos Llaza Corrales

Nota al margen

Algunos exmiembros y víctimas del Sodalicio se mostraron de acuerdo con el contenido del pronunciamiento, pero se inhibieron de suscribirlo -o retiraron sus firmas, luego de haberlo consultado con sus abogados-, debido a que firmaron acuerdos de confidencialidad con la institución, los que podrían traerles represalias legales y/o económicas. Estos “acuerdos de confidencialidad” llevan el sello institucional del Sodalicio y la rúbrica del entonces Superior Regional del Perú, Fernando Vidal Castellanos.

Entre varias de las restricciones drásticas a las que Fernando Vidal Castellanos obligaba a comprometerse a estas personas, se lee:

La asistencia y compensación monetaria que el SCV se compromete a pagar en virtud del presente Acuerdo es la cantidad completa y única que el SCV proporcionará al señor XXX, ahora o en el futuro.

El señor XXX voluntariamente libera a el SCV y a los miembros de su Consejo Superior, actuales y anteriores, a todos sus miembros, sacerdotes o laicos, u otras personas con cualquier tipo de vinculación con el SCV, y a todas las personas jurídicas, según el Código Civil Peruano o el Código de Derecho Canónico, o equivalentes constituidas o domiciliadas fuera del Perú, vinculadas a el SCV (colectivamente, los “Liberados”), de cualquier reclamación judicial o extrajudicial, demanda o exigencia a partir de la cual se pretenda cualquier ayuda, indemnización o pago adicional, por los hechos referidos en el presente documento.

(…) El señor XXX renuncia a todas las reclamaciones, presentes y futuras, por los hechos materia de la presente transacción y por lo tanto manifiesta que no presentará ninguna demanda por los mismos, poniendo así, de manera firme e irrevocable, fin a cualquier controversia que pudiera tener con el SCV, y/o cualesquiera de sus miembros, y/o cualesquiera de las personas jurídicas vinculadas a ellas, eximiéndolas por lo tanto, de cualquier situación, hecho o cualquier daño, material o inmaterial, sufrido antes, durante o después de su vinculación con el SCV.

El señor XXX y el SCV se obligan a mantener absoluta reserva y confidencialidad sobre las conversaciones y negociaciones sostenidas para arribar a esta transacción, sobre el contenido del presente acuerdo, incluyendo los montos indemnizatorios comprendidos (asistencia e indemnización), los hechos que lo motivan y las personas involucrados (sic) en ellos (…)

(…) El incumplimiento del deber de confidencialidad, ya sea directamente o por alguno de sus representantes, asesores o colaboradores, habilitará a la otra parte a reclamar la indemnización correspondiente (…)

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