Curso "Es posible que las familias, acompañadas puedan resolver sus propios problemas" Cebitepal #FormaciónCelam Acompañar: Una clave para resolver crisis familiares

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Entrevista a los matrimonios Alicia Pontoriero-Alfredo Mucchiut y Rosana Capella-Héctor Amor, que forman parte del cuerpo de profesores del Curso "Es posible que las familias, acompañadas puedan resolver sus propios problemas"

Este Curso está dirigido exclusivamente a latinos que viven en Alemania para la formación de equipos coordinadores de consultorías de familias, y está organizado por Cebitepal y Referat Bildung, Comité de la Iglesia católica que trabaja en Alemania con migrantes hispanoamericanos

Las Consultorías de Familias para Familias (CFF) son espacios de escucha, de orientación, de acompañamiento y de diálogo que se ofrecen a la familia mediante un servicio brindado por matrimonios orientadores, organizados en equipo, en el marco de una institución que los avala y los respalda

El curso consta de seis encuentros pero hay un compromiso de todo el equipo de acompañar postcurso a aquellas diócesis que hayan comprendido el servicio y quieran implementarlo

(ADN Celam).- Entrevista a los matrimonios Alicia Pontoriero-Alfredo Mucchiut y Rosana Capella-Héctor Amor, que forman parte del cuerpo de profesores del Curso “Es posible que las familias, acompañadas puedan resolver sus propios problemas”.

Este Curso está dirigido exclusivamente a latinos que viven en Alemania para la formación de equipos coordinadores de consultorías de familias, y está organizado por Cebitepal y Referat Bildung, Comité de la Iglesia católica que trabaja en Alemania con migrantes hispanoamericanos.

-El nombre del Curso que se inicia en marzo es en sí mismo una pregunta muy profunda: ¿es posible que las familias, acompañadas, puedan resolver sus propios problemas?

-Sí, es posible. Y la clave está en una palabra incluida en la pregunta: acompañadas.  Lo decimos con convicción porque es algo que hemos constatado a lo largo de casi 25 años acompañando a familias en dificultad, integrando un equipo donde participamos matrimonios y parejas conyugales junto a profesionales de distintas disciplinas con especialización en familia.

-Si tuvieran que explayarse sobre los vínculos que se generan en el seno familiar, ¿pueden tipificar algunos?

-La familia es por definición la estructura social por excelencia donde se generan y manifiestan los vínculos interpersonales más fuertes. Aquellos destinados a transformarse en verdaderas relaciones de amor entre las personas que la integran. Y esto vale para cualquier cultura o religión. En nuestro caso, como cristianos, el amor entre los distintos integrantes de una familia, debería responder al pedido de Jesús: ámense mutuamente como yo los he amado. Es SU amor, el que Jesús pone como medida, para que nosotros lo repliquemos en nuestras familias.

Comenzando con el amor en la pareja conyugal que después se extiende a sus hijos (y de ellos recíprocamente a sus padres) y luego entre hermanos. Son vínculos que atraviesan generaciones, destinados a perdurar en el tiempo, a superar incluso las incomprensiones generadas por los cambios epocales. ¡Qué mejor ejemplo que el amor entre abuelos y nietos!

La vida en familia es el laboratorio donde ponemos en práctica el experimento de amor que Dios propone al ser humano.

Si como en círculos concéntricos, la experiencia del amor en la familia se extendiera a todas las relaciones en la sociedad, qué distinta sería la humanidad.

Crisis familiares: Caminar juntos

-¿Cuándo un vínculo familiar se convierte en problemático?

-Sería fácil responder que el vínculo se convierte en problemático cuando desaparece el amor en la familia. Ese Amor que San Pablo nos canta en el Himno a los Corintios. Pero, ¿qué familia puede decir que no tiene momentos de envidia, de falta de misericordia, de ausencia de perdón? Y tantos otros defectos que padecemos a diario en las familias.

Diríamos, como integrantes de familias como tantas otras, que los vínculos pierden su sentido y se hacen problemáticos cuando no sabemos responder al porqué y para qué nos vinculamos como familia. Es decir, perdemos el rumbo. Pero esto no se da de un momento para otro. En la familia, en general, no hay sucesos sino procesos. Lo hemos visto en cientos de familias: el conflicto, cuando ya no se puede manejar dentro de la familia, genera un efecto similar a la niebla en un camino. Desaparecen las relaciones, exageramos o minimizamos algunas actitudes. Y, lo peor, nos sentimos solos, abandonados. Nadie nos comprende. Es más, sentimos que los demás nos eluden. Y, muchas veces es cierto, “los otros” prefieren no inmiscuirse, no meterse “en problemas de familia”.

Hace casi 25 años comprendimos que “ese” precisamente era el momento de involucrarnos de familia a familia, y, como familia, acompañar a otra en dificultad para que no se sintiera sola. Como pares, escuchar a esta familia sufriente y desorientada; sentir sus dolores como propios. Y, juntos, discernir qué les pasaba. Despejar esa niebla que les impedía ver. Así nacieron las Consultorías de Familias para Familias (CFF).

-¿Cómo sugieren encarar una crisis familiar?

-Ante todo, es importante que la familia en crisis pueda disponer de un ámbito donde sea escuchada y acompañada. Y, las CFF, formando parte de una comunidad, tienen que hacerle conocer que existe este servicio y que lógicamente la familia tome la decisión de ser acompañada.

Las CFF no fueron pensadas como un ámbito para “solucionar” crisis familiares sino más bien como un servicio pastoral donde las familias tuvieran un espacio de contención, a través de la escucha y el acompañamiento de sus pares, es decir otras familias, representadas por las parejas conyugales que llamamos Matrimonios Orientadores (MO).

Este espacio que se prolonga todo el tiempo que la familia pueda necesitar, le permite, con la tranquilidad que le da la contención, revisar su situación de crisis y junto con los MO discernir qué le está pasando, dónde está el núcleo del conflicto.

Damos fe de que en muchos casos esto es suficiente para que la familia que llega “bloqueada” a las CFF redescubra ella misma el camino a seguir para una solución duradera a su crisis. Solución que tal vez requiera de un tratamiento profesional que las CFF no ofrecen porque no somos profesionales. Pero que, si lo desea, pueda seguir siendo acompañada por las CFF durante el proceso terapéutico.

Entonces, volviendo a la pregunta de cómo se encara una crisis familiar, diríamos que lo más importante es que la familia decida ser ayudada. Que sienta que no está sola y que hay familias como ella que se ponen a su servicio en forma gratuita, con absoluta confidencialidad.

Acompañamiento

Nuevas estructuras familiares

-¿Cómo están constituidas las familias más jóvenes de nuestra época posmoderna, cuáles son sus prioridades, sus sueños, influye la fe en estos aspectos?

-Ante todo, debemos decir que, comprendiendo el sentido que das a tu pregunta, no resulta fácil englobar a tantas familias de un ámbito tan extenso como nuestra Latinoamérica. Sabemos que hay una gran diversidad de familias producto de condiciones geográficas, socioeconómicas y culturales muy diferentes. Incluso entre familias jóvenes se constata que la postmodernidad no ha llegado a todas por igual.

Si hablamos de la familia joven, urbana y con fácil acceso a los medios de comunicación modernos, es evidente que la postmodernidad ha provocado un enorme cambio de paradigmas. En ellas prevalece un tipo de vínculo muy superficial; producto del temor a perder la libertad si apuesta a una relación de pareja estable. Entonces se opta por algo más transitorio para “ver qué pasa”, y se posterga o directamente se renuncia a la paternidad /maternidad en aras de una realización profesional o laboral.

En muchos casos la fe no es muy tenida en cuenta como modelo para la relación de pareja porque plantea, como es lógico, estar dispuestos  a renuncias por amor al otro/a. Y en ese caso “conviene” eludir ese aspecto tan importante en la vida de familia. En definitiva, se observa una falta de compromiso que “facilita” la disolución del vínculo cuando las cosas dejan de funcionar como lo imaginaban.

Seríamos injustos si no mostráramos también otras realidades de pareja de esta era postmoderna que, partiendo de la misma transitoriedad antes mencionada, (el “irse a vivir juntos a ver qué pasa”) con el tiempo y sobre todo si está basada en valores morales compartidos van creando relaciones estables y muy profundas. Con un nivel de autenticidad muchas veces superior a las de anteriores generaciones.

Consultorías de Familias para Familias: ¿Es posible?

-¿Cómo funcionan las CFF?

-Las CFF son espacios de escucha, de orientación, de acompañamiento y de diálogo que se ofrecen a la familia mediante un servicio brindado por matrimonios orientadores, organizados en equipo, en el marco de una institución que los avala y los respalda. En nuestro caso es la Iglesia Católica a nivel diocesano.

La atención la hacen dos matrimonios mediante entrevistas con la familia solicitante.

Estos Matrimonios Orientadores (MO) son parejas conyugales que se capacitan para el servicio a través, inicialmente, de un seminario donde se ven los distintos aspectos de la vida familiar: lo psicológico, conociendo los ciclos vitales y los distintos tipos de crisis. Pero también otros aspectos no menos importantes como las realidades sociales, legales, sanitarias, educacionales, etc.

Estos temas son dictados por profesionales que, además, apoyan, asesoran y contienen a los MO en su tarea de escucha a las familias. Pero conviene aclarar que no atienden a las familias que consultan.

Esto es lo básico del servicio a lo que después se agrega una formación continua para los MO que pretende completar la capacitación inicial y generar comunidad entre todo el equipo y la organización de redes de instituciones para una mejor contención de las familias atendidas.

Matrimonio Orientador
Matrimonio Orientador

-¿Y el amor? ¿Dónde queda en estos desarrollos?

-El amor está en la base de todo este servicio. Nace del impulso vital de algunos matrimonios de comprometernos con nuestros prójimos, nuestros pares, familias como nosotros que, por circunstancias de la vida, atravesaban situaciones de conflicto y crisis. Nace porque sentíamos que debíamos acompañarlas para que no se sintieran solas.

Y ese impulso inicial de cada pareja, al vivirlo en equipo se transformaba en una manifestación de amor de una comunidad que no abandona a los más sufrientes y desvalidos.

-¿Cómo está organizado el Curso Es posible que las familias, acompañadas puedan resolver sus propios problemas”?

-En una respuesta anterior dijimos que las CFF están organizadas a nivel diocesano. El objetivo del curso que ofrecemos desde el Cebitepal es generar entre los participantes los conocimientos necesarios para organizar en sus diócesis un servicio de CFF a partir de la formación de un equipo coordinador de las mismas. Por eso, sería deseable que se inscriba más de una persona de cada diócesis o región: preferentemente uno o dos parejas y algún profesional (psicólogo, trabajador social, médico, abogado). Si a ellos se agregara algún sacerdote vinculado con la pastoral familiar sería óptimo.

El curso consta de seis encuentros pero hay un compromiso de todo el equipo de acompañar postcurso a aquellas diócesis que hayan comprendido el servicio y quieran implementarlo.

El primer encuentro lo dicta el presbítero Carlos Avellaneda, párroco de la catedral de San Isidro (Argentina), responsable de la Pastoral Familiar en su diócesis. Con una amplísima experiencia en las temáticas de familia, autor de varios libros al respecto. Él nos hablará de los vínculos en la pareja y la familia.

El segundo encuentro lo dicta la Dra. María Marcela Mazzini, doctora en teología por la Universidad Católica Argentina y docente de esa universidad. Nos presentará la realidad familiar a través de la carta apostólica Amoris laetitia.

El tercer encuentro será presentado por la Lic. en Psicología Nora Pompa Directora de la Pastoral Familiar de la diócesis de Mar del Plata, Argentina. Nos hablará de ciclos vitales en la familia, crisis familiares, los distintos tipos de familia.

El cuarto y quinto encuentro lo daremos nosotros cuatro: el matrimonio formado por Alicia Pontoriero (docente) y Alfredo Mucchiut (médico pediatra) fundadores de las CFF y Rosana Capella (counselor) y Héctor Amor (empresario) cofundadores de las CFF. Los cuatro formamos un equipo de divulgación de la experiencia desde hace más de 20 años la que presentaremos en sus distintos aspectos: qué son, cómo funcionan y como se arma un equipo diocesano de CFF.

En el sexto y último encuentro, el equipo de docentes completo haremos una integración de todo lo visto y completaremos con la información que los participantes soliciten.

Para inscribirse:

info@sk-referatbildung.de

+49 (0) 228 9536577

(L a V de 9:30 a 12:30 h.)

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