Su presidencia envía un mensaje titulado 'Una palabra de esperanza' El Celam, ante la expansión del coronavirus: "La presencia de Dios no se queda encerrada en los muros de las iglesias"
Para expresar su cercanía espiritual con Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos y comunidades cristianas respecto a la rápida expansión del COVID-19
La presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (Mons. Miguel Cabrejo, arzobispo de Trujillo, y Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo auxiliar de Toro) ha publicado un comunicado con motivo del avance de la pandemia del coronavirus, cuya propagación están tratando de frenar los países afectados.
Dirigiéndose en primer lugar a los sacerdotes, el Celam ha declarado que "les animamos y acompañamos a fortalecer creativamente la “cultura del encuentro” a través de los espacios virtuales" que cada diócesis está implementando para fomentar la comunicación, mientras dure el confinamiento y otras medidas para contener la pandemia.
Hablando, después, a los que, desde dentro de la institución eclesiástica, "acompañan físicamente a los enfermos, las personas sin techo, los migrantes", les han deseado protección en su "misión samaritana".
El comunicado también dedica unas palabras a la feligresía: "Agradecemos la comprensión en momentos tan excepcionales como el que estamos viviendo". Explicando, así, que "se ha debido reglamentar el cierre de los templos", el Celam ha asegurado que "la presencia de Dios no se queda encerrada en los muros de las iglesias".
Pidiendo no banalizar la situación y seguir las recomendación de los sanitarios para prevenir el contagio, el Celam ha recordado en especial a las "personas más susceptibles" de enfermar y a las que ya "han resultado contagiadas con el Coronavirus".
Llamando a la corresponsabilidad, han pedido a los creyentes una actitud de "acompañamiento mutuo" y de apoyo a los profesionales sanitarios que están dando la cara ante esta situación.
Por último, han transmitido calma ante el parón de celebraciones eucarísticas públicas, afirmando que "cada bautizado es un templo viviente donde Dios habita".
Mensaje completo
Desde el Consejo Episcopal Latinoamericano, a través de las Conferencias Episcopales del Continente, manifestamos nuestra cercanía con los hermanos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos comprometidos y comunidades cristianas en general, ante la difícil situación que se vive generada por la rápida expansión del COVID- 19.
1. A los ministros ordenados, Obispos y Presbíteros que como pastores acompañan al pueblo de Dios, ofreciendo diariamente por ellos la Santa Misa, especialmente por los enfermos, les animamos y acompañamos a fortalecer creativamente la “cultura del encuentro” a través de los espacios virtuales que hoy permite la tecnología.
2. A aquellos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos comprometidos que acompañan físicamente a los enfermos, las personas sin techo, los migrantes, deseamos que en su misión samaritana el Señor les proteja y el Espíritu Santo confirme sus gestos concretos de caridad con palabras de fortaleza, consuelo y esperanza.
3. A nuestros queridos laicos, les expresamos nuestra constante oración y agradecemos la comprensión en momentos tan excepcionales como el que estamos viviendo. Si bien, en cumplimiento de leyes gubernamentales de las cuales no estamos exentos, en muchas Diócesis se ha debido reglamentar el cierre de los templos, sus pastores no les dejan solos: diariamente rezan por ustedes, ofrecen la Eucaristía y procuran implementar espacios de encuentro a través de las herramientas tecnológicas. La presencia de Dios no se queda encerrada en los muros de las Iglesias, cada bautizado es un templo viviente donde Dios habita. Les animamos a hacer de cada hogar una auténtica Iglesia doméstica donde se vive en familia la oración y la caridad cristiana en la ayuda, protección y acompañamiento mutuo.
4. Las medidas que los Estados están tomando y que como Iglesia acogemos, tienen como objetivo el bien común y la especial protección de las personas más susceptibles a padecer con mayor rigor, incluso con el riesgo de sus vidas, las consecuencias de este virus.
5. A las personas que han resultado contagiadas con el Coronavirus, especialmente a quienes padecen sus consecuencias de modo más severo, les deseamos que Jesús el Buen Pastor sea fortaleza en medio de la debilidad. Estamos rezando por ustedes para que recobren la salud.
6. A los operadores de la salud, médicos, enfermeras y demás profesionales, agradecemos la entrega que hacen por nuestros hermanos y hermanas enfermas. Con su servicio hacen vida la obra de misericordia de ayudar a los enfermos. Con nuestra oración les acompañamos y pedimos a Dios que les proteja.
7. Finalmente, les alentamos a no perder la esperanza y a poner toda la confianza en el Señor, con el cual podremos superar todas las adversidades que la vida nos presente. Les pedimos invocar a la Bienaventurada Virgen María rezando la Oración que el Papa Francisco ha compuesto con esta finalidad.
Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.
Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!