CitizenGo, la trama rusa, Agenda Europe, Ordo Iuris... El entorno tóxico del exsodálite Alejandro Bermúdez

Bermúdez perteneció al Patronato de Citizen GO durante años, al igual que Carlos Polo Samaniego, director de la oficina para América Latina del Population Research Institute (PRI), otra organización ultracatólica que se opone al aborto y a toda política y estrategia que promueva la anticoncepción
CitizenGO ha operado como un “clon” del World Congress of Families, sirviendo como un instrumento para difundir valores conservadores y anti-progresistas que coincidían con los objetivos más amplios de Rusia para desestabilizar las estructuras democráticas occidentales y debilitar la unidad europea
Me constan las vinculaciones que tuvo el Sodalido desde la década de los 70 con la Organización Nacional del Yunque, organización secreta paramilitar, ultracatólica y de extrema derecha de origen mexicano y de alcance internacional
Me constan las vinculaciones que tuvo el Sodalido desde la década de los 70 con la Organización Nacional del Yunque, organización secreta paramilitar, ultracatólica y de extrema derecha de origen mexicano y de alcance internacional
| Martin Scheuch
«CitizenGO es un lobby, encuadrado en posiciones ultraconservadoras, constituido en España como fundación en el año 2013 por la asociación HazteOir, que posteriormente se diluyó dentro de la propia CitizenGO. Con sede en España, la plataforma promueve peticiones en oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, al aborto y la eutanasia en un ámbito internacional».
Así describe actualmente la Wikipedia en español lo que es CitzenGO, organización polémica en su ideología y sus métodos, fundada por el ultraconservador Ignacio Arsuaga.
Más interesante es lo que reseña la Wikipedia en inglés sobre quiénes dirigen y financian esta plataforma:
«The CitizenGO Foundation Board of Trustees is composed of Ignacio Arsuaga, Walter Hintz, Blanca Escobar, Luca Volontè (Unione dei Democratici Cristiani politician), Brian S. Brown (president of the anti-LGBT rights National Organization for Marriage), Gualberto García, Alexey Komov (Russian Representative of the pro-Christian right World Congress of Families, considered a close ally of pro-Vladimir Putin oligarch Konstantin Malofeev), Alejandro Bermudez, and John-Henry Westen».
«El Patronato de la Fundación CitizenGO está compuesto por Ignacio Arsuaga, Walter Hintz, Blanca Escobar, Luca Volontè (político de la Unione dei Democratici Cristiani), Brian S. Brown (presidente de la organización anti derechos LGBT National Organization for Marriage), Gualberto García, Alexei Komov (representante ruso del World Congress of Families, de derecha pro-cristiana, considerado un aliado cercano de Konstantin Malofeev, oligarca pro-Vladimir Putin), Alejandro Bermúdez y John-Henry Westen».
A destacar el nombre de Alejandro Bermúdez, miembro expulsado del Sodalicio de Vida Cristiana y autoproclamado periodista. Wikipedia ha tomado esta información de una fuente del año 2017. Si bien a día de hoy la lista de nombres, según la página web de CitizenGO, es un poco más reducida —Ignacio Arsuaga, Blanca Escobar, Luca Volontè, Brian Brown, Gualberto García y Carlos Polo—, en un artículo publicado en inglés el 24 de enero de 2022 en el portal informativo polaco Reset Obywatelski, “Ordo Iuris and the Kremlin: Evidence presented by Klementyna Suchanow”, se muestra que el nombre de Bermúdez seguía apareciendo en la versión en polaco de la web de CitizenGO, junto al nombre de Alexei Komov.
La presencia de Alexei Komov no es casualidad. Se le considera el embajador del Kremlin entre los fundamentalistas. Es hijo de un exoficial de la KGB, el servicio secreto soviético. Komov padre trabajó encubierto como periodista en Los Angeles (es decir, en Hollywood). Más tarde, la URSS le asignó misiones en Londres y La Habana.
Su hijo, Alexei Komov, es cercano a figuras clave de los movimientos nacionalistas y fundamentalistas en Europa, especialmente en Italia. En diciembre de 2013 participó en un congreso de la Lega Nord (Liga Norte), cuando este grupo separatista radical renunció a su separatismo para transformarse en un partido político nacional italiano. Luego se reveló que Putin financió a la Lega. Un escándalo similar ocurrió en Francia, donde se descubrió que el jefe de Komov, Konstantin Malofeev, “prestó” grandes sumas de dinero al partido ultraderechista Front National de Marine Le Pen. Además, Alexei Komov participó en las actividades de Agenda Europe, una organización coordinadora europea de más de 100 organizaciones que presenta el matrimonio homosexual, los derechos trans, la libertad reproductiva y los esfuerzos contra la discriminación LGBTQI como ataques al cristianismo y busca promover posiciones extremistas conservadoras.
Komov no sólo ha estado en las juntas directivas del World Congress of Families (WCF) —organización estadounidense que promueve internacionalmente valores e ideas del cristianismo conservador— y CitizenGO, sino que también contribuyó a crear esta última plataforma desde sus inicios. Esta relación data de 2012, cuando el congreso del WCF fue organizado por Ignacio Arsuaga, director de HazteOir, en Madrid. La representación rusa fue fuerte en ese evento, encabezada por Natalia Yakunina y Alexei Komov. Inmediatamente después, Arsuaga tuvo la idea de fundar una plataforma de peticiones que promoviera acciones en defensa de los valores cristianos y en contra de “innovaciones” como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y la eutanasia. Sin embargo, no tenía dinero y estaba buscando patrocinadores. Fue entonces cuando los rusos entraron en escena.
Menos de un mes después, una descripción del proyecto llamado CitizenGO fue enviada por Arsuaga no a Komov, sino a su jefe, el oligarca ruso Malofeev. Arsuaga proponía que el ruso ayudara a financiar el proyecto CitizenGO. Solicitaba 100,000 euros, tal como consta en un memorando del 23 de marzo de 2013. Gracias a los hackers del grupo ACAB Gang, quienes irrumpieron en la computadora del presidente de las organizaciones españolas HazteOir y CitizenGO a finales de 2016 o principios de 2017, accediendo a unos 17,000 documentos, tenemos confirmación de una transferencia de esa suma de Malofeev a Arsuaga. Estos documentos, publicados en el verano de 2021 por Wikileaks, incluyen acuerdos, transferencias, invitaciones, cartas, planes estratégicos y memorandos que arrojan nueva luz sobre toda la relación de la internacional conservadora con la Rusia de Putin. El mismo Ignacio Arsuaga confirmó la autenticidad de los documentos publicados por Wikileaks. Entre ellos se encuentra un acuerdo entre CitizenGO y la Fundación San Basilio el Grande, dirigida por Malofeev, por 100,000 euros.
La suma de 100,000 euros se destinaría a las actividades de CitizenGO «que promueven los derechos humanos y protegen los valores de libertad, democracia y tolerancia frente a los abusos y ataques a los que están sometidos a nivel internacional, mediante el lanzamiento de una plataforma web para campañas pro-vida y pro-familia de naturaleza global». El acuerdo también establecía que CitizenGO “asistirá” a la fundación de Malofeev en el aumento de «su base de apoyo social para lograr los objetivos que comparten ambas entidades». Además, se aseguró la capacidad de influir en CitizenGO con la cláusula de que la fundación de Malofeev «se unirá al órgano de gobierno (Patronato) de la Fundación CitizenGO». Esto ocurrió precisamente con la persona de Komov, quien se convirtió en miembro de la junta directiva de la organización tras la firma del acuerdo.

Es muy difícil que Alejandro Bermúdez no haya tenido conocimiento de todo esto. Perteneció al Patronato de Citizen GO durante años, al igual que Carlos Polo Samaniego, director de la oficina para América Latina del Population Research Institute (PRI), otra organización ultracatólica que se opone al aborto y a toda política y estrategia que promueva la anticoncepción. Polo es además amigo muy cercano de Bermúdez y participó también del Movimiento de Vida Cristiana, otra de las instituciones fundadas por Luis Fernando Figari que, al igual que el Sodalicio, fue suprimida por orden del Papa Francisco.
En esencia, CitizenGO ha operado como un “clon” del World Congress of Families, sirviendo como un instrumento para difundir valores conservadores y anti-progresistas que coincidían con los objetivos más amplios de Rusia para desestabilizar las estructuras democráticas occidentales y debilitar la unidad europea. Esto subraya el papel de estas organizaciones en una lucha geopolítica más grande, con implicaciones que van mucho más allá de sus supuestas metas de protección de la familia y de las libertades religiosas.
El World Congress of Families, Agenda Europe, CitizenGO, Ordo Iuris y muchos otros: todos son elementos de una máquina fundamentalista, alimentada por el Kremlin, que se solapan entre sí
El World Congress of Families, Agenda Europe, CitizenGO, Ordo Iuris y muchos otros: todos son elementos de una máquina fundamentalista, alimentada por el Kremlin, que se solapan entre sí. Todas las organizaciones mencionadas anteriormente comenzaron a estar intensamente activas alrededor del mismo tiempo. Es decir, entre 2012 y 2013, cuando la posición de Putin comenzó a decaer. El dictador ruso decidió entonces contraatacar a sus oponentes occidentales. La presencia de oligarcas y activistas rusos como patrocinadores y animadores de la máquina indica que el Kremlin decidió aprovechar esta oportunidad para infiltrar a los radicales religiosos occidentales.

¿Para qué lo necesitaría el Kremlin? Para apoderarse de gobiernos en Europa, o al menos para llevar a Occidente al borde de una guerra religiosa e ideológica. Notemos que en esa misma época Putin se proclamó líder de los conservadores y defensor de los “valores cristianos”. Por supuesto, a Putin no le importa el amor evangélico hacia el prójimo. Al igual que en los tiempos del comunismo soviético, este tipo de ideología sería sólo una tapadera para realizar objetivos geopolíticos imperialistas. El Kremlin planea cumplir estos objetivos con la ayuda de una Internacional, modelada según la de la era comunista, pero representando esta vez el fascismo y el fundamentalismo.
¿De qué objetivos geopolíticos estamos hablando?
- Levantar las sanciones impuestas a los dignatarios de la Federación Rusa por atacar Ucrania.
- Debilitar y desintegrar la Unión Europea.
- Debilitar y desintegrar la OTAN.
La primacía de la ley nacional sobre la ley internacional que predican los fundamentalistas es una norma añadida a la constitución rusa por Putin, defensor de una democracia de fachada. Una idea similar está tomando fuerza en Estados Unidos y en varios países europeos y latinoamericanos. Confiamos en que todo esto salga a la luz y algún día el conservadurismo sea asociado con la traición a los derechos humanos fundamentales y la sumisión al Kremlin.

Mientras tanto, hay que añadir que no sería la primera vez que Alejandro Bermúdez se sitúa en un entorno ultraconservador apoyando agendas políticas cuestionables de características clandestinas. Me constan las vinculaciones que tuvo el Sodalicio desde la década de los 70 con la Organización Nacional del Yunque, organización secreta paramilitar, ultracatólica y de extrema derecha de origen mexicano y de alcance internacional. ¿Qué tipo de colaboración hubo con Manuel Díaz Cid y Federico Müggenburg —a quienes conocí personalmente—, yunquistas de las primeras generaciones y amigos cercanos de los sodálites Virgilio Levaggi y Alfredo Garland (primer y segundo director de ACI – Agencia Católica de Informaciones respectivamente), de Luis Fernando Figari (fundador del Sodalicio de Vida Cristiana), de Germán Doig (vicario general del Sodalicio hasta su muerte prematura) y también de Bermúdez, quien tomaría la posta de ACI en el año 1987? El mismo Díaz Cid, ya fallecido, reconoció públicamente que perteneció al Yunque hasta 1998, cuando decidió salir de la organización por discrepancias ideológicas y por desacuerdo con sus formas de actuar. No nos consta que Bermúdez haya sabido con anterioridad de la pertenencia al Yunque de estos dos personajes, que siempre se presentaban como miembros de organizaciones de fachada, así como tampoco considero probable ni verosímil que Bermúdez pertenezca al Yunque. Más aún, ni siquiera el historiador español Santiago Mata, en un artículo en Aleteia del 18 de febrero de 2015, ha afirmado que Alejandro Bermúdez pertenezca al Yunque, sino que lo incluyó en una lista de personas y entidades favorables de una u otra manera al Yunque. Como dijo el mismo Mata, «que estén aquí no significa que sean del Yunque, pero sí que conocen su existencia y lo apoyan y justifican».
El mismo Bermúdez respondió al respecto en su podcast Punto de Vista del 20 de febrero de 2015:
«Yo pertenezco al Sodalicio de Vida Cristiana. ¿De dónde voy a pertenecer al Yunque? ¿Para qué voy a pertenecer a una organización secreta que se dedica supuestamente a hacer lo que yo hago públicamente? ¿Qué razón tendría para estar en una organización secreta cuándo en esa organización secreta no haría más ni mejor que lo que ya estoy haciendo a vista y paciencia de todo el mundo?»
Lo interesante de estas declaraciones es que Bermúdez admitió que hay coincidencia entre lo que él hacía públicamente y lo que hace el Yunque. No extraña, pues, que suelte la siguiente afirmación: «¿Cómo una persona supuestamente inteligente piensa que el Yunque es un problema?»
Así como el Yunque se ha dedicado a manipular desde dentro ciertas organizaciones de ideario católico tradicional, a fin de generar impacto en la sociedad copando parcelas de poder político e influencia mediática, de manera similar Alejandro Bermúdez, partiendo de los mismos principios ideológicos y coincidiendo en los objetivos, se ha dedicado a manipular la información sobre la Iglesia y el mundo a fin de impulsar su agenda ideológica y su peculiar manera de entender el catolicismo, que en varios aspectos difiere de la nueva perspectiva más acorde con los Evangelios que ha buscado aplicar el Papa Francisco. Por eso no debería sorprendernos que Bermúdez haya apoyado todas las iniciativas que presenten indicios de estar infiltradas por miembros del Yunque —como las plataformas de Ignacio Arsuaga— o que aprueben los medios y fines de esta sociedad secreta. Al igual que en los últimos tiempos, consciente o no de ello, habría estado apoyando la ofensiva ideológica y la agenda política del Kremlin.