Mensaje de la Segunda Sesión Asamblea Nacional Popular Cali "Necesitamos cambiar el modelo económico, político y social en Colombia"
"Compartimos con ustedes, la convicción de que el sistema político, económico y social de Colombia es un vestido viejo, desgastado, que no aguanta un remiendo más, ante lo cual resulta urgente e inaplazable, confeccionarle a nuestra Patria, un vestido completamente nuevo"
"Las élites y la clase política dominante, jamás cederá a sus privilegios, para concederle al Pueblo, aquellos derechos que reclaman, desde los lejanos días de la primera independencia"
"El coronavirus, tanto como el paro nacional, han puesto al desnudo, los errores y horrores de las élites dominantes y gobernantes del país. Cada vez más colombianos y colombianas, van entrando en razón, que no son migajas, concesiones, reformas, maquillaje, ni remiendos lo que necesita Colombia"
"La Iglesia cristiana católica, las otras iglesias y los demás creyentes, cometimos grandes errores y horrores de palabra, obra y omisión. De todo eso, hay quienes ya nos sentimos arrepentidos, pedimos mil perdones y estamos dispuestos a reparar"
"El coronavirus, tanto como el paro nacional, han puesto al desnudo, los errores y horrores de las élites dominantes y gobernantes del país. Cada vez más colombianos y colombianas, van entrando en razón, que no son migajas, concesiones, reformas, maquillaje, ni remiendos lo que necesita Colombia"
"La Iglesia cristiana católica, las otras iglesias y los demás creyentes, cometimos grandes errores y horrores de palabra, obra y omisión. De todo eso, hay quienes ya nos sentimos arrepentidos, pedimos mil perdones y estamos dispuestos a reparar"
Excelentísimo Pueblo Soberano de Colombia, reunido en la Segunda Sesión de la Asamblea Nacional Popular:
1-Cordial saludo de paz. Somos un grupo de laicas, laicos y sacerdotes que servimos al Pueblo de Dios, en Colombia, Ecuador y Puerto Rico. Llegamos a ustedes, como Moisés, llenos de asombro y con nuestros pies descalzos, en signo de que el terreno que pisamos, es sagrado. Sagrado, por ustedes quienes tienen el privilegio de estar aquí. Y sagrado, en memoria de las múltiples víctimas, cuya sangre ayer era derramada por esta absurda guerra, en los campos y montañas de nuestra Patria, y hoy, particularmente desde 2019, corre a borbotones, en las plazas y en las calles de nuestros pueblos y ciudades.
2-Vino nuevo, vestido nuevo y recuperación de la soberanía popular. En nuestro mensaje a la primera sesión de la Asamblea Nacional Popular, manifestamos que compartimos con ustedes, la convicción de que el sistema político, económico y social de Colombia es un vestido viejo, desgastado, que no aguanta un remiendo más, ante lo cual resulta urgente e inaplazable, confeccionarle a nuestra Patria, un vestido completamente nuevo. En segundo lugar, constatamos que las élites y la clase política dominante, jamás cederá a sus privilegios, para concederle al Pueblo, aquellos derechos que reclaman, desde los lejanos días de la primera independencia. Así que, el único camino que le queda al Pueblo, es recuperar y hacer uso de su soberanía, consagrada en el artículo tercero de la Constitución Política de Colombia. Ha llegado la hora, y ya estamos en ella, de que el Pueblo haga valer su soberanía, de la cual emanan todos los poderes del Estado y de la Nación, para que entre todas y todos, desde las periferias y desde abajo, construyamos una Nueva Colombia.
3-Primera Sesión de la Asamblea Nacional Popular. Haber desafiado y haber roto las barreras y peligros del coronavirus, de la represión y de la muerte, desatada por el gobierno, como respuesta a los gritos y reclamos del paro nacional, hasta llegar a Bogotá e instalar la Primera Sesión de la Asamblea Nacional Popular, fue un verdadero milagro y un acto de heroísmo, pocas veces visto en la historia de Colombia. Se puso a la altura, de lo realizado por José Antonio Galán y su marcha Comunera; y de lo realizado por Bolívar y su campaña libertadora. Independientemente de los resultados y declaraciones, el hecho de haber llevado a cabo la primera sesión de la Asamblea Nacional Popular, habla de la grandeza de lo que la juventud, y el resto de sectores populares de Colombia, están realizando a punta de sudor, dolor, lágrimas y sangre.
4-Segunda Sesión de la Asamblea Nacional Popular. Haber decidido llevar a cabo en tiempo récor, una segunda sesión de la ANP, es otro acto impresionantemente audaz. Y realizarla en la ciudad de Cali, es el mejor signo de compasión y de solidaridad, y un mensaje contundente a las élites dominantes y gobernantes del país y del mundo, para decirle que las acciones de la juventud y del paro, son radicales, completamente en serio y de largo alcance. Como lo vienen diciendo muchos, desde los días del paro nacional, Cali se convirtió en la capital popular de la resistencia de Colombia. Quienes han logrado llegar hasta aquí, son héroes y heroínas, que se juntan con otra multitud de héroes, de heroínas, de mártires y de próceres de la segunda independencia.
5-Acuerdos en lo fundamental y caminos de unidad en la diversidad. Uno de los terribles males, de las élites dominantes y gobernantes del país, es haber permanecido ciegos e indolentes, ante las enormes diferencias físicas, geográficas, raciales y sociales de quienes habitamos y formamos parte, de la República de Colombia. Ellos construyeron un país con un modelo autoritario, con claras señales de fascismo social, cuyos costos los ha tenido que pagar todo el pueblo colombiano, a lo largo de siglos en sufrimiento, dolor, lágrimas y sangre. Lo que las élites dominantes y gobernantes jamás quisieron ver, ahora la juventud, pagando un alto costo con sus ojos, sus manos, sus pies y su vida se lo vienen gritando y haciendo ver, particularmente, desde 2019; y de manera intensa, masiva y sostenida desde el 28 de abril de 2021. Si bien es cierto Colombia, es y seguirá siendo una sola nación, ella tiene que ser el resultado de la suma y de la multiplicación de geografías, regiones, culturas, razas y diversidades. Las cuales, no pueden seguir siendo ignoradas y utilizadas, para que las élites dominantes y gobernantes, sigan disfrutando de privilegios, mientras al pueblo lo dividen, lo enfrentan y le enseñan a desconfiar, a odiarse, a pelearse, a combatirse y a enfrentarse entre sí. Los acuerdos sobre lo fundamental, tienen que surgir del ejercicio de una democracia emancipadora, real, directa construida desde núcleos asamblearios populares y no desde las élites. La Asamblea Nacional Popular en sí misma, debe entender que la diversidad de expresiones y manifestaciones sociales, culturales, simbólicas y espirituales constituyen parte fundamental de “la primera línea” del nuevo movimiento emancipador, como propuesta de una sociedad alternativa, plural e incluyente.
6-Comenzar por lo primordial y por lo que nos une. Anhelamos que la ANP, ayude al Pueblo colombiano a identificar claramente qué es lo fundamental, lo que nos da identidad y nos une como nación. Construir lo que pudiéramos llamar la “colombianidad”, de la cual nos sintamos orgullosos y dispuestos a compartir y a defender. Las élites lo tienen claro, y nos lo han impuesto a la fuerza, por todos los medios y desde todas sus estructuras de poder, poniendo al resto de pueblo al servicio dizque de una nación, cuando en realidad se trata de sus intereses y de sus privilegios. Sin embargo, a lo largo de los siglos, algunos hombres, mujeres, grupos y sectores han luchado por construir un proyecto alternativo de país, invitado al Pueblo, a que haga a un lado sus diferencias y centre su lucha en lo primordial y en lo fundamental. Por esa causa derramaron la sangre, muy al estilo de Jesús de Nazaret próceres, héroes y heroínas, mártires y profetas de la unidad y del amor eficaz. El coronavirus, tanto como el paro nacional, han puesto al desnudo, los errores y horrores de las élites dominantes y gobernantes del país. Cada vez más colombianos y colombianas, van entrando en razón, que no son migajas, concesiones, reformas, maquillaje, ni remiendos lo que necesita Colombia. Es la reconstrucción, la refundación de nuestra Patria, la que reclama la juventud del nuevo milenio. No dejemos que los árboles nos impidan ver el bosque. No nos desgastemos en discursos y discusiones, análisis y diagnósticos de lo que nos pasa. Centrémonos en lo fundamental: necesitamos cambiar el modelo económico, político, social; la teoría militar; y el marco de las relaciones internacionales. Aquello que las élites dominantes y gobernantes, llamaron los inamovibles, las líneas rojas, las cuales jamás han permitido tocar, discutir, ni mucho menos negociar.
7-La Asamblea Nacional Popular y el resto de expresiones sociales y populares. La ANP debe ser, ante todo, un espacio que anime la sostenibilidad de las expresiones sociales y populares diversas, la lucha por los derechos emancipatorios, la construcción colectiva y autónoma de territorios y regiones que vivan en armonía con los derechos humanos, colectivos y de la Madre Tierra. La ANP, es solo un primer esfuerzo y una primera estrategia de articulación, en el camino que debemos recorrer para la construcción de la Nueva Colombia. Resulta urgente que todos los sectores, organizaciones, movimientos y expresiones de la múltiple y diversa sociedad civil colombiana, se reconozcan, se abran y se articulen en las bases, en las regiones y en los diversos sectores étnicos, sociales y culturales. Y desde ahí, se proyecten y vayan entrando en sintonía, con lo de las demás regiones y expresiones dispersas y presentes en la amplia geografía del país. No podemos permanecer como átomos e islas impenetrables. Tampoco podemos jugar a centralismos y uniformismos que nos excluyan y nos ahoguen, creando nuevas barreras que nos separen y maten la pluralidad y la diversidad. Así como se ha logrado realizar sesiones de una Asamblea Nacional Popular, ésta solo tiene sentido y razón de ser, si está retroalimentada por Asambleas Locales, Regionales y Sectoriales reales, vivas y vigorosas. Será un proceso paciente, en el que se nos pone a prueba la generosidad, la creatividad, la apertura y la decisión real de estar dispuestos a desaprender y a aprender, a caminar juntos, a compartir saberes y derechos, y a ceder prejuicios y privilegios, personales y de grupo, a favor de los otros y de las otras.
8-Cristianos y creyentes, servidores de la unidad y animadores de la soberanía popular. La Iglesia cristiana católica, las otras iglesias y los demás creyentes, cometimos grandes errores y horrores de palabra, obra y omisión. De todo eso, hay quienes ya nos sentimos arrepentidos, pedimos mil perdones y estamos dispuestos a reparar. Una de las formas de realizarlo, es despojándonos de nuestras arrogancias, prejuicios y privilegios, asumiendo el papel de quien, como Jesús, lava los pies a sus hermanos y hermanas. Estamos dispuestos a convertirnos, en los buenos samaritanos que se acercan, que curan, que consuelan, que llevan en sus hombros a los héroes, heroínas y a las múltiples víctimas, hasta dar la vida, para que el Pueblo tenga vida en abundancia.
Equipo Misionero Itinerante por la Paz
Cali, Capital Popular de la Resistencia de Colombia
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