En este tiempo de cuarentena nacional, Monseñor Galeote invita a todos a ser solidarios con los demás y agradece a las instituciones por los muchos gestos de solidaridad que han hecho posible que no falten alimentos, atención espiritual, atención sanitaria en las familias más pobres. También anima a todos a unirse en la oración, dirigiéndose a la Reina del Cielo para acompañar y proteger al pueblo de Dios, y reitera su invitación a permanecer en la fe, en la serenidad, en la alegría, seguros de que "con Dios superaremos la pandemia del coronavirus, que dará frutos de esperanza" y de que viviremos más humanamente, en el compartir y la solidaridad. "Que el Cristo resucitado – expresa – aliente la esperanza y la fe en todos”.
En Colombia, la Iglesia en Cúcuta sigue en primera línea en la cercanía hacia los pobres, necesitados y migrantes. La gran labor de los laicos, sacerdotes y religiosos permitió que se entregaran más de 250 toneladas de alimentos a las parroquias de Cúcuta y sus zonas metropolitanas y rurales. Todo ello se hizo adoptando, para el personal y los voluntarios, las medidas de seguridad sanitaria establecidas por el Instituto Nacional de Salud y con la asistencia de la Policía Nacional y el Ejército de Colombia.
Los alimentos y productos de primera necesidad distribuidos provienen de benefactores y de los propios recursos. La diócesis ha logrado entregar alimentos y productos que se utilizan para la limpieza en grandes cantidades, y con la ayuda del Banco Diocesano de Alimentos y la Orden de Malta, se han entregado 30 toneladas de arroz vitaminado a zonas muy pobres de la ciudad. Las contribuiciones llegaron también de empresas del Norte de Santander: otras 30 toneladas de arroz, y alimentos como patatas, verduras y pollo.
Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, en la página web del Episcopado, expresa su gratitud con quienes han hecho posible mitigar las necesidades de cientos de familias: “Gracias a quienes desde la Corporación de Pastoral Social, el Banco Diocesano de Alimentos, la Fundación Asilo Andresen, las capellanías de los hospitales y clínicas, y desde las distintas parroquias e iniciativas, viven la caridad con los necesitados. Dios les pague a todas las instituciones, comerciantes, personas que nos han donado elementos y bienes para atender esta emergencia”.