A 2 años del asesinato de los jesuitas Javier y Joaquín Insisten jesuitas en reunirse con Claudia Sheinbaum para hablar sobre la violencia que se vive en México
Para recordar el segundo aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, en la parroquía de San Francisco Javier, en Cerocahui, Chihuahua, se reunieron miembros de la comunidad “raramuri” para en una emotiva celebración eucarística con bailes, cantos y oración pedir por el alma de los pastores y todos los mexicanos que han sido víctimas de violencia.
Jimena Hernández corresponsal en México
En el templo de San Francisco Javier, en Cerocahui, municipio de Urique, donde hace 2 años asesinaron a los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, se congregaron habitantes de la zona, el obispo de la diócesis Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, y el obispo de la diócesis Cuauhtémoc-Madera, Jesús Omar Alemán Chávez, para celebrar una misa y recordar tan atroz suceso.
Durante la homilia, un representante del padre provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro Madrid, recordó que lo ocurrido ahí hace dos años movilizó a la Iglesia y a la sociedad, en búsqueda de caminos de paz, de justicia y de reconciliación.
Por lo que en el escrito recordó que en marzo de este año, los candidatos presidenciales, firmaron el compromiso por la paz, y en ese evento la hoy virtual presidenta electa habló de diálogo y de construir desde las coincidencias.
“Hoy le seguimos tomando la palabra para continuar este camino por la paz que tanto necesita México”, señalo.
“Como Iglesia seguimos esperando que pronto nos podamos reunir con ella para analizar nuestros diagnósticos”, enfatizó desde el altar.
Resaltó que la esperanza se mantiene viva y se entiende que la violencia que “sufren los jesuitas” es solo un ejemplo del dolor que afecta a muchas otras personas a lo largo del territorio.
“Lo que viven miles de familias nos grita a voces, el que existe una violencia estructural que lacera a nuestro México adolorido, especialmente aquella que sufren las comunidades indígenas, los más pobres y marginados”.
Por su parte, Mons. Jesús Alemán Chávez, obispo de la región Cuauhtémoc-Madera lamentó que hoy en México se derrame sangre “con toda impunidad” y afirmó que desde Cerocahui se hace un acto de indignación ante esta desgracia humana, indignación que se transforma en danza, en baile, en oración.
“Hoy estamos conmovidos y nuestro corazón indignado porque no podemos tolerar, no podemos aceptar la muerte de ellos, la sangre de ellos está clamando hasta el cielo justicia”, exclamó.
“Las mujeres asesinadas, la angustia de las víctimas de secuestros, de asaltos, de extorsiones, las pérdidas de quienes han caído en la confrontación entre las bandas, que han muerto en el poder de la delincuencia organizada o han sido ejecutados con crueldad y frialdad humana”, subrayó.
La editorial de la Arquidiócesis Primada de México, titulada: “A dos años de la muerte de Javier y Joaquín, pedimos diálogo y escucha” también recordó el asesinato de los hermanos jesuitas y enfatizó que todos estos hechos han llamado a la Iglesia a elevar la voz, adenunciar con más fuerza la violencia y la impunidad en México.
Se unieron al llamado de que a la brevedad la Iglesia debe reunirse con Claudia Sheinbaum para plasmarle las preocupaciones de las comunidades y sumarse a realizar acciones inmediatas y eficaces para que los mexicanos se dejen de sentir inseguros, para tener justicia y verdad, para alcanzar la tan ansiada paz.
“Este es el llamado que hoy hacemos: es urgente seguir el dialogo entre nosotros y con quienes firmaron los “Compromisos por la Paz”, como la virtual candidata electa a la presidencia de la República, la Dra. Claudia Sheinbaum”