Obra de los compositores Manuel Esperón y Ernesto Cortázar Letra de La Guadalupana, el bello canto a la Virgen de Guadalupe

Letra de La Guadalupana
Letra de La Guadalupana

Se entona especialmente durante las peregrinaciones a la Villa del Tepeyac, en la Ciudad de México; pero también se ha interpretado en algunas Misas en el extranjero, celebradas incluso por algunos Papas

La letra de la Guadalupana, por ejemplo, se ha cantado en el Vaticano; en Notre Dame (París), y en muchos otros países

A través de los años, la letra de la La Guadalupana se ha convertido en uno de los más famosos cantos marianos. Se entona especialmente durante las peregrinaciones a la Villa del Tepeyac, en la Ciudad de México; pero también se ha interpretado en algunas Misas en el extranjero, celebradas incluso por algunos Papas.

La letra de la Guadalupana, por ejemplo, se ha cantado en el Vaticano; en Notre Dame (París), y en muchos otros países donde hay mexicanos católicos o devotos de la Virgen de Guadalupe, nuestra Madre del Cielo, cuya advocación ha inspirado gran número de poemas, canciones y obras de arte.

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Guadalupe

¿Quién compuso la canción de La Guadalupana?

La canción de La Guadalupana fue compuesta por dos autores: Manuel Esperón y Ernesto Cortázar, quienes trabajaron juntos en la Época de Oro del Cine Mexicano, y escribieron conocidas canciones y partituras para importantes películas.

Letra de La Guadalupana

Desde el cielo una hermosa mañana,
desde el cielo una hermosa mañana,
la Guadalupana, la Guadalupana,
la Guadalupana bajó al Tepeyac,
la Guadalupana, la Guadalupana,
la Guadalupana bajó al Tepeyac.

Suplicante juntaba sus manos,
suplicante juntaba sus manos,
y eran mexicanos, y eran mexicanos,
y eran mexicanos su porte y su faz,
y eran mexicanos, y eran mexicanos,
y eran mexicanos su porte y su faz.

Su llegada llenó de alegría,
su llegada llenó de alegría,
de luz y armonía, de luz y armonía,
de luz y armonía todo el Anáhuac,
de luz y armonía, de luz y armonía,
de luz y armonía todo el Anáhuac.

Junto al monte pasaba Juan Diego,
junto al monte pasaba Juan Diego,
y acercose luego, y acercose luego,
y acercose luego al oír cantar,
y acercose luego, y acercose luego,
y acercose luego al oír cantar.

‘Juan Dieguito’ -la Virgen le dijo-.
‘Juan Dieguito’ -la Virgen le dijo-,
este cerro elijo, este cerro elijo,
este cerro elijo para hacer mi altar’.
‘Este cerro elijo, este cerro elijo,
este cerro elijo para hacer mi altar’.

Y en la tilma entre rosas pintadas,
y en la tilma, entre rosas pintadas,
su imagen amada, su imagen amada,
su imagen amada se dignó dejar,
su imagen amada, su imagen amada,
su imagen amada se dignó dejar.

Desde entonces para el mexicano,
desde entonces par el mexicano,
ser guadalupano, ser Guadalupano,
ser guadalupano es algo esencial,
ser guadalupano, ser Guadalupano,
ser guadalupano es algo esencial.

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