La medida podría facilitar que el Gobierno controle el órgano electoral del país México: los obispos califican de "claramente regresiva" la reforma constitucional que pretende López Obrador
La propuesta de reforma electoral del presidente López Obrador apunta a la disolución del INE para establecer un “Instituto Nacional de Elecciones y Consultas”, que sería elegido con votos de los ciudadanos cada seis años, en base a candidatos propuestos desde los poderes ejecutivo, legislativo y judicial
“El INE es una institución ciudadana que maduró gracias a su autonomía de los poderes políticos y, en estrecha relación con la ciudadanía y la pluralidad de los partidos políticos, que permitió durante los últimos 25 años la realización de procesos electorales (generales o locales) justos, equitativos, abiertos, transparentes y confiables, de forma legal y pacífica, para la renovación de los cargos de elección popular”, señalan los obispos en un comunicado
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(Valores Religiosos).- El Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se manifestó en un comunicado sobre la iniciativa de una reforma constitucional en materia electoral, dejando en claro que esa reforma es “regresiva”.
"La sola pretensión de hacerla pone en entredicho la calidad moral de quienes la impulsan", advirtió la Conferencia Episcopal y reivindicó el trabajo del Instituto Nacional de Elecciones (INE), que el presidente Andrés López Obrador pretende modificar. El INE logró que la transición a la democracia en México haya sido por la vía pacífica a partir de 1997. El principal fruto fue que el Gobierno dejó de ser juez y parte en los comicios electorales.
Una institución muy valorada
Es una de las instituciones más confiables de México y un ejemplo a nivel internacional, pues “motivó la participación y organización de los ciudadanos para ser los garantes de la imparcialidad y legalidad electoral” e hizo que los resultados en las elecciones en un país como México sean creíbles, señalan los obispos.
La propuesta de reforma electoral de López Obrador apunta a la disolución del INE para establecer un “Instituto Nacional de Elecciones y Consultas”, que sería elegido con votos de los ciudadanos cada seis años, en base a candidatos propuestos desde los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Los críticos de la reforma advirtieron que, de ser aprobada por el Congreso, podría facilitar que el gobierno de turno tome el control del órgano electoral.
“Ningún ciudadano, y menos los gobernantes que juraron guardar y hacer guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, tienen derecho a impulsar reformas que eliminen o comprometan la fortaleza de las Instituciones que son el soporte del Estado Mexicano, como es el caso del INE y del TEPJF”, expresaron los obispos. “La sola pretensión de hacerlo pone en entredicho la calidad moral de quienes la impulsan”, añadieron, por lo que los pastores apelan “a la prudencia legislativa y al compromiso del gobierno para con toda la ciudadanía, más allá de intereses partidistas o de protagonismo histórico”.
Regresar a cuando los partidos contaban los votos
De llevarse a cabo esta reforma, según la CEM, el debilitamiento del Instituto Nacional Electoral (INE) y quitarle su imparcialidad con respecto a las elecciones, México regresaría a los casi 70 años en los que el Gobierno y su partido (el PRI) organizaban las elecciones y contaban los votos.
Los obispos expresaron su reconocimiento a la importante labor que realiza este organismo en la vida democrática del país. “Se trata de una institución ciudadana que maduró gracias a su autonomía de los poderes políticos y, en estrecha relación con la ciudadanía y la pluralidad de los partidos políticos, permitió durante los últimos 25 años la realización de procesos electorales (generales o locales) justos, equitativos, abiertos, transparentes y confiables, de forma legal y pacífica, para la renovación de los cargos de elección popular”, expresaron en su comunicado.