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Vatican News).- El presidente de Colombia,
Iván Duque pidió al Congreso el 2 de mayo pasado retirar el proyecto “Ley de Solidaridad Sostenible”, conocido como Reforma Fiscal. Con esta iniciativa el gobierno buscaba hacer frente al déficit fiscal y a la deuda pública, acrecentada por las medidas tomadas contra la pandemia del Civid-19. La reforma
buscaba recaudar 23 billones de pesos colombianos, es decir, unos 6,300 millones de dólares de los Estados Unidos.
Monseñor Fabio Henao explica qué buscaba la reforma tributaria, cuáles eran sus fortalezas y debilidades:
La reforma tributaria buscaba hacer frente a la difícil situación financiera del país y su alto nivel de endeudamiento, a raíz de la crisis financiera causada por el impacto de la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, esa reforma tributaria tocaba aspectos muy sensibles para la clase media que ya está muy golpeada financieramente y para los sectores muy pobres al ampliar la base de recaudo del impuesto al valor agregado IVA, que cubriría distintos aspectos de la canasta familiar, también impactaría sobre el costo de la gasolina y otros productos.
Monseñor Henao señaló que algunos académicos y otros sectores de la sociedad consideraban “que la aplicación de esta reforma tributaria no aliviaría, sino agravaría la situación de los sectores más necesitados”.
Descontento acumulado y necesidad de cambios estructurales
A la pregunta sobre por qué la reacción fuerte de la sociedad contra la reforma, monseñor Henao señaló varias causas posibles: en primer lugar, “había una situación de descontento social represada desde antes de la pandemia. Justamente en finales del año 2019 e inicios del año 2020 se habían dado grandes manifestaciones en Colombia reclamando mayor atención del Estado en temas como la salud y la educación públicas”.
En segundo lugar, “otra serie descontentos que se habían generado a raíz de las diferentes interpretaciones que hay sobre la implementación del acuerdo de paz firmado con las FARC”.
“El empobrecimiento de la población a raíz del impacto de la pandemia” sería una tercera razón aunada a la crisis financiera que “terminaron afectando al conjunto de la población fueron las que llevaron al estallido social, en el cual se ha vivido de manera muy fuerte en manifestaciones de rechazo frente al gobierno”.
El director de la Pastoral Social indicó que las manifestaciones expresan el deseo de la población de que se revise “todo el esquema económico del país”. Esta inconformidad ha reunido a diversos sectores del país, como estudiantes, indígenas, campesinos, académicos, “que han venido a lo largo del tiempo, reclamando transformaciones de fondo en la estructura estatal colombiana”.
Hay conciencia de la necesidad de una reforma consensuada
Monseñor Henao plantea que “originalmenteel gobierno presenta la reforma tributaria con la finalidad de mantener los subsidios a los sectores más necesitados. Esto significa que era una reforma que tenía un enfoque social en la presentación que el gobierno nacional hace, pero indudablemente atrás estaba la necesidad también de llenar el vacío de financiación del Estado de aliviar todo lo relacionado con la deuda externa colombiana”.
Sin embargo, el prelado expresa la convicción de que en el diseño de la reforma deben intervenir todos los sectores de la sociedad colombiana.
El prelado enfatizó el papel que la Iglesia Católica ha estado jugando en este difícil contexto:
La Iglesia ha venido aportando para que se abran espacios de escucha, de diálogo social, en clave de lo que el Papa Francisco ha insistido, que hay que repensar la economía de hoy para darle alma a la economía del futuro y bajo esta perspectiva la conferencia episcopal ha llamado a que se profundice en el diálogo para la construcción de un proyecto diferente no solamente tributario fiscal, sino un proyecto de economía que esté al Servicio del ser humano.