"Frente a la corrupción, educación y formación ética de líderes" Luis Cabrera: "Espero que las elecciones se realicen en un ambiente de seriedad y respeto a las decisiones del pueblo"
"En política, los mesianismos y las soluciones mágicas deberían desaparecer"
"El diálogo y la convivencia siguen siendo grandes desafíos, no solo para la Iglesia sino para la misma sociedad"
"En Ecuador los prejuicios raciales van desapareciendo poco a poco. El mundo indígena se ha incorporado a todos los procesos sin perder su identidad cultural"
"Frente a la pandemia hay esperanza: la ciencia médica ha dado pasos de gigante, la conciencia es mayor en la ciudadanía, el sistema de salud está mejor preparado y la curva de contagios es estable"
"Los abusos de los menores y personas vulnerables son un clamor que hay que combatir tanto en la familia como en las instituciones"
"En Ecuador los prejuicios raciales van desapareciendo poco a poco. El mundo indígena se ha incorporado a todos los procesos sin perder su identidad cultural"
"Frente a la pandemia hay esperanza: la ciencia médica ha dado pasos de gigante, la conciencia es mayor en la ciudadanía, el sistema de salud está mejor preparado y la curva de contagios es estable"
"Los abusos de los menores y personas vulnerables son un clamor que hay que combatir tanto en la familia como en las instituciones"
"Los abusos de los menores y personas vulnerables son un clamor que hay que combatir tanto en la familia como en las instituciones"
Luis Gerardo Cabrera Herrera OFM, (Azogues, 11 de octubre de 1955) es arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia episcopal de Ecuador desde noviembre de 2020, y hemos hablado con él para conocer sus primeras impresiones ante esta nueva responsabilidad. "Serenidad y confianza" es su primera respuesta. La serenidad se la da el trabajo previo de pastoral ya realizado, teniendo como eje, y como buen franciscano, la encíclica 'Querida Amazonía'. Y la confianza, su forma de trabajar: 'sinodalidad'.
Y es que su fuerte es el diálogo, como demostró en la manifestaciones de 2019, y el respeto a la diversidad de opiniones y formas de ver. Recordemos que ejerció como Secretario Ejecutivo de la Comisión de Ecumenismo de la CEE durante siete años. Por todo ello, su principal objetivo es "seguir promoviendo el espíritu de comunión y participación activa entre todos los sectores eclesiales, en un ambiente de respeto y valoración de las diferentes formas de pensar" porque "el diálogo y la convivencia sigue siendo uno de los grandes desafíos no solo para la Iglesia sino para la misma sociedad".
Pensando en favorecer el diálogo, ha creado espacios para desarrollarlo en escenarios como las universidades y movimientos sociales. Afirma que la educación es fundamental para combatir la corrupción, incrustada en tantas esferas. Influir, en este sentido, en los movimientos laicales, es importante para crear una conciencia de responsabilidad. En política "los mesianismos y las soluciones mágicas deberían desaparecer", afirma.
Hablando de política y de la fractura tierra-costa, asegura que las diferencias se van atenuando, que "los prejuicios raciales van desapareciendo poco a poco; el mundo indígena se ha incorporado a todos los procesos sin perder su identidad cultural".
Como todos, espera que el futuro traiga unas elecciones serias, responsables y cívicas. Que en el futuro los abusos en la Iglesia desaparezcan gracias a los protocolos de actuación y a la educación, y que la ciencia y la prevención alejen la pandemia de nuestras vidas. Que así sea.
- ¿Cómo afronta su nueva responsabilidad de presidir el episcopado ecuatoriano y desde Guayaquil?
El nuevo servicio confiado por mis hermanos del episcopado lo he asumido con mucha serenidad y esperanza. Serenidad, porque, previamente, realizamos un trabajo orientado a la actualización de las líneas pastorales y a la elaboración de los grandes sueños sociales, culturales, ecológicos y eclesiales, a la luz de la exhortación apostólica del Papa Francisco: “Querida Amazonía” (cfr. Documentos adjuntos); y esperanza, porque el equipo de trabajo (Consejo de Presidencia), junto con todas las comisiones episcopales, nos hemos propuesto trabajar de una manera sinodal. De hecho, los encuentros, en esta época de pandemia, lo realizamos también utilizando los medios que la tecnología ha puesto a nuestro alcance, lo cual fomenta el diálogo y el compromiso de todos los hermanos obispos.
- ¿Cuál es su objetivo principal al frente de este organismo, tras haber conseguido la confianza de sus pares?
El objetivo principal de nuestra gestión es seguir promoviendo el espíritu de comunión y participación activa entre todos los sectores eclesiales, en un ambiente de respeto y valoración de las diferentes formas de pensar, sentir y obrar de cada uno. El Papa Francisco nos invita a seguir anunciando la Buena Noticia de Cristo teniendo en cuenta las realidades culturales, sociales, políticas y económicas en las que nos encontramos.
- ¿Cómo va a luchar la jerarquía de la Iglesia ecuatoriana contra la corrupción del país?
La corrupción, como bien sabemos, está presente en todos los estratos sociales, políticos, económicos e incluso religiosos; y se presenta con diferentes rostros, como la coima (cohecho) y el enriquecimiento ilícito (peculado), utilizando varios medios y formas, desde el chantaje, la amenaza hasta la compra de la conciencia.
Como pastores, estamos empeñados en la formación ética y espiritual de los líderes y miembros de los movimientos laicales, de tal manera que asuman su responsabilidad política y económica con criterios sólidos, como la honestidad en el manejo de los bienes públicos, el respeto a la dignidad humana, la justicia y la solidaridad, especialmente con las personas más vulnerables.
- ¿Y cómo va a propiciar el diálogo?
La promoción de la cultura del encuentro, del diálogo y de la convivencia sigue siendo uno de los grandes desafíos no solo para la Iglesia sino para la misma sociedad. En la Iglesia, contamos con algunas instancias de diálogo, como los consejos pastorales y los consejos económicos, en donde los laicos tienen un papel muy importante en la toma de decisiones parroquiales y diocesanas. Del mismo modo, a la luz de la doctrina social de la Iglesia, hemos creado varios espacios para dialogar con otros sectores de la sociedad, como las universidades y los movimientos sociales, sobre muchos temas: economía, política, medio ambiente, entre otros.
- ¿Cómo superar la fractura entre la sierra y la costa y cómo incorporar de pleno a los indígenas a la construcción del país?
Sin dejar de lado los regionalismos y los racismos existentes, hay que reconocer, sin embargo, con gran satisfacción, que estos prejuicios, poco a poco, se van superando en la inmensa mayoría de la población. Guayaquil, una ciudad que ha abierto sus puertas no solo a las personas de otras provincias y cantones de Ecuador, sino de otros países, es un buen referente, salvo en ocasiones en que algunos líderes sociales o políticos tratan de manipular estas diferencias.
El mundo indígena, sin perder su identidad cultural, se ha incorporado en los procesos de desarrollo social, político y económico. A nivel eclesial, cuenta con la parroquia personal indígena.
- ¿Qué espera de las elecciones presidenciales?
Como Conferencia Episcopal, enviamos una carta a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, independientemente de su posición política y confesión religiosa. En ella señalamos algunos aspectos que los consideramos relevantes: el valor de la política, la importancia de los partidos y movimientos políticos, la responsabilidad ética de los candidatos y la responsabilidad cívica de los ciudadanos.
Personalmente, espero que las elecciones se realicen en un ambiente de seriedad y respeto a las decisiones del pueblo; y que los elegidos respondan, de una manera concreta, a las grandes aspiraciones de los ecuatorianos, donde los pobres sean los protagonistas de su propio desarrollo. Los mesianismos y las soluciones mágicas deberían desaparecer.
- ¿También hay corrupción a nivel religioso? Por ejemplo, ¿los abusos del clero son preocupantes en Ecuador?
Los abusos de los menores y personas vulnerables son un clamor que hay que combatir por todos los medios, tanto en las familias (65% o más) como en las instituciones sociales, políticas y religiosas.
En Iglesia católica, desde el año 2000, se impulsan varios programas de prevención y sanación. Es necesario recordar que en el 2002 el abuso sexual de menores se tipificó como un delito grave (delicta graviora), tanto que el abusador, si se comprobaba su culpabilidad, quedaba fuera de su ministerio. La posición de los últimos Papas ha sido “cero tolerancia”.
En Ecuador, las denuncias sobre abusos sexuales a menores y personas vulnerables se trataron inmediatamente, siguiendo el debido proceso; algunos clérigos fueron declarados culpables; y otros, inocentes.
- Tras el informe McCarrick, algunos ponen en duda incluso la santidad de Juan Pablo II. ¿Se puede llegar a tanto?
Para juzgar a una persona y a una Institución, como bien sabemos, el Derecho indica que hay que ubicarles en su contexto histórico. Aproximadamente, hasta 1998, si bien el código de derecho canónico y la moral sexual consideraban los abusos como delitos y pecados, respectivamente; sin embargo, no se conocía con exactitud las dolorosas consecuencias físicas, psíquicas, éticas, familiares y sociales de los mismos. Esta realidad aflora con toda su crudeza cuando las víctimas deciden hablar. Para muchos, este desconocimiento ha sido interpretado como negligencia, complicidad o encubrimiento, lo cual no siempre corresponde a la realidad, como ya lo explicamos en la pregunta anterior. En todo caso, la celeridad y transparencia, con que el Papa Francisco ha pedido que se actúe, garantizan la credibilidad de los procesos.
El 'Informe McCarrick' o cómo, durante décadas, los depredadores sexuales tuvieron la 'bendición' del Vaticano https://t.co/w5KJ03WV4F
— Pedro Salinas (@chapatucombi) November 14, 2020
- ¿Ha pasado lo peor de la pandemia en Guayaquil y la vergüenza de los cadáveres tirados por las calles?
La pandemia desatada el año anterior evidenció la poca preparación de las instituciones sanitarias y de la ciudadanía para afrontar esta dura realidad. Los servicios sanitarios, prácticamente, colapsaron. Pero, con el pasar del tiempo y gracias a muchas iniciativas, y en coordinación con varias instituciones públicas y privadas, se logró controlar y bajar el índice de contagios y mortalidad, tanto que el modelo de gestión fue asumido por varias ciudades y países. En la actualidad, nos preocupan los rebrotes especialmente entre los jóvenes.
- ¿Hay esperanza, a pesar de la pandemia?
La esperanza que nos acompaña se basa en varias razones: La ciencia médica ha dado pasos gigantes en la elaboración de vacunas que ayuden a disminuir los contagios; hay una mayor conciencia en la ciudadanía sobre la importancia y urgencia de cuidarse, observando rigurosamente las recomendaciones sanitarias, como el uso de la mascarilla, el distanciamiento físico y la desinfección; el sistema de salud, también, está mejor preparado para atender las emergencia de una manera más eficiente; la curva de contagios es bastante estable, al menos en la ciudad de Guayaquil y no tanto en la Capital. Con estos datos, es posible seguir trabajando con mayor responsabilidad y mucha esperanza.