(Vatican News).- Un fuerte llamado a la práctica de la solidaridad como camino a la justicia y antídoto a la crisis económica y social provocada por la pandemia del Covid-19: es lo que lanzó Monseñor Fernando Chomali, Arzobispo de Concepción, Chile, durante un seminario web realizado el 26 de abril.
Organizado por el Departamento de Comunicación de la diócesis, el encuentro virtual tenía como tema "Reflexionar sobre la dignidad del trabajo en tiempos de crisis sanitaria, económica y social". “La crisis sanitaria - dijo el prelado - ha traído consecuencias devastadoras para muchas personas que han perdido la vida, y además de eso ha traído una crisis de ocupación muy grave y una crisis de ingresos”. De ahí el llamamiento a "repensar" el sistema económico, social, porque "sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro”.
Ampliar la mirada, con un espíritu de benevolencia y clara conciencia de que "no nos salvamos solos y que tenemos que mirar, especialmente, a las personas que en este momento están pasando por serias dificultades", fueron, por tanto, las sugerencias indicadas por el arzobispo.
Ante lo que está occurriendo "no podemos quedar indiferentes”, añadió el Obispo, sino que "este es un tiempo para eliminar las desigualdades y reparar las injusticias, que hoy día se han acrecentado más que nunca”.
“El virus de la pandemia", de hecho, según expresó el prelado, conduce a "un virus todavía peor, que es el virus de no mirar, de no ver más allá de nuestras fronteras”. Para ello, es necesaria la colaboración de todos, para que sea posible "cambiar el estilo de vida", partiendo de la Doctrina Social de la Iglesia y del destino universal de los bienes.
Luego, centrándose en la plaga del desempleo, que en enero de este año, en Chile, alcanzó el 10,2 por ciento, con un aumento de 2,8 puntos, Monseñor Chomali instó, sin embargo, a los fieles, a no perder la esperanza, porque “una sociedad que vive con temor respecto del futuro" no es "la sociedad en la cual queremos vivir".
Al mismo tiempo, dirigiéndose a las políticas públicas, el Arzobispo de Concepción les instó a apuntar "hacia los sectores más vulnerables", como los ancianos, cada vez más excluidos incluso del mundo virtual donde actualmente se accede a la mayor parte de las ayudas; los niños, para los que se necesitan nuevas formas de educación ante el creciente retraso educativo; los inmigrantes, víctimas de grandes injusticias y privados de derechos; las mujeres, que sufren desigualdades en el empleo y tienen dificultades para conciliar trabajo y familia; los discapacitados y los que sufren trastornos mentales.
Para todas estas categorías de personas, reiteró Monseñor Chomali, la solidaridad es esencial, como "un modo de justicia social, un modo de redistribución del ingreso, que va más allá de un mero sentimiento”.
“Todos podemos hacer algo para aliviar el dolor que están viviendo tantas familias”, dijo el prelado. “No es el momento del bien individual, es el momento del bien común”, y siempre "podemos desprendernos de algo para ayudar a otro” para “generar un ambiente de mayor justicia”. Que el tiempo actual, concluyó el arzobispo chileno, no sea sólo un tiempo de crisis, sino también "un tiempo para reparar las desigualdades, reparar las injusticias, porque todas ellas socavan la salud de la humanidad”.
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