Despertar el sentimiento patriótico
Tal como informó, en una nota Iglesia Viva – el Sistema de Información de la Iglesia Católica en Bolivia – el Arzobispo de La Paz invitó a los fieles a despertar el sentimiento patriótico entonando la cueca boliviana que en una de sus estrofas expresa: “Viva mi Patria Bolivia, una gran nación, por ella doy mi vida, también mi corazón”. Comentando el capítulo 6 del Evangelio de san Juan, Monseñor Galván destacó cuatro pasajes: La multiplicación de los panes; el encuentro de Jesús con los discípulos caminando sobre el lago; el discurso de Cafarnaúm sobre la Eucaristía y la Confesión de Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna».
La multiplicación de los panes
Monseñor Galván dijo que la multiplicación de los panes narrado en el Evangelio, “nos enseña a que seamos fundamentalmente solidarios”, poniendo de relieve este tiempo de pandemia en el que todos han sido afectados y “enfatizamos nuestro compartir material, nuestro compartir en los alimentos, en la ropa, en los medicamentos y si tenemos también en la platita”. Además, el Arzobispo remarcó que la solidaridad es un milagro porque no resulta fácil dar lo poco o mucho que tenemos, “por eso, tiene que despertarse en todos y cada uno de nosotros ese espíritu de solidaridad, de fraternidad, de compartir”.
El encuentro de Jesús con los discípulos
Asimismo, el Prelado señaló que, “en el lago Jesús va al encuentro de los discípulos y los discípulos van al encuentro de Jesús”, allí, “Jesús hace desaparecer todo miedo y si no hay miedo hay la posibilidad de vencer a todo mal”, afirmó Monseñor Galván pidiendo a los fieles tener fe y asegurando que “lo que Dios nos puede dar, nadie nos puede dar, ni la plata, ni el poder, ni el placer, ni nadie, solo Jesús nos puede traer la verdadera paz y la verdadera felicidad”.
El discurso de Cafarnaúm sobre la Eucaristía
El Arzobispo de La Paz también dijo que, en el discurso de Jesús en Cafarnaúm sobre la Eucaristía se manifiesta “la preocupación de Jesús porque la gente comprenda que este pan no sacia solamente el hambre temporalmente… el pan Eucarístico, que es mi cuerpo y sangre, dice el Señor, es un alimento que sacia el hambre definitivamente y calma la sed por siempre”. “Este pan –afirmó el Prelado– nos da esperanza”.
La confesión de Pedro
Finalmente, Monseñor Galván pidió cultivar las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, mostrando el Reino de Dios, siendo profetas en Bolivia, “es difícil hablar la verdad, cuán fácil es decir mentiras, cuán fácil es caer en la corrupción y cuán difícil es mantenerse una vez en la honestidad, en la bondad”. Al igual que Pedro, alentó el Arzobispo de La Paz, todos puedan realizar la misma confesión: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».