El obispo haitiano de Jérémie dice que "la solución, para Haití, puede estar en su lema: ¡la unión hace la fuerza!" Monseñor Gontrand: "La nación haitiana está realmente en peligro, está gravemente amenazada en sus propios fundamentos"
"Lo que más preocupa a los obispos católicos de Haití es la desconcertante indiferencia, insensibilidad e inacción del gobierno del país ante esta situación catastrófica, desastrosa a nivel social, humanitario, alimentario y de seguridad"
"La pobreza del pueblo haitiano es el resultado de un sistema secular de explotación, un sistema establecido por los oligarcas con la complicidad de gobiernos y de políticos corruptos"
"El pueblo haitiano está harto de la violencia de la pobreza y la miseria, así como de la violencia de los grupos armados (gangs) que traumatiza a la población haitiana y siembra muerte, luto, desolación y desesperación"
"La Iglesia en Haití no tiene realmente los recursos, especialmente económicos o financieros, que necesitaría para aliviar la situación del país, la angustia de la población haitiana"
"El pueblo haitiano está harto de la violencia de la pobreza y la miseria, así como de la violencia de los grupos armados (gangs) que traumatiza a la población haitiana y siembra muerte, luto, desolación y desesperación"
"La Iglesia en Haití no tiene realmente los recursos, especialmente económicos o financieros, que necesitaría para aliviar la situación del país, la angustia de la población haitiana"
"Esto no puede seguir así". Éste es el 'basta ya' henchido de dolor de Joseph Gontrand Décoste sj, obispo de la diócesis de Jérémie, en el suroeste de Haití. El prelado haitiano denuncia la dramática situación que vive su país, sumido en todo tipo de violencias: la de la pobreza, la de los grupos armados, asi como la violencia estructural, que "que traumatiza a la población haitiana y siembra muerte, luto, desolación y desesperación".
El obispo explica, además, que "lo que más preocupa a los obispos católicos de Haití es la desconcertante indiferencia, insensibilidad e inacción del gobierno del país ante esta situación catastrófica, desastrosa a nivel social, humanitario, alimentario y de seguridad".
Por eso, está convencido de que "la nación haitiana está realmente en peligro, está gravemente amenazada en sus propios fundamentos". Y pide auxilio a la comunidad internacional y a la Iglesia católica, sabiendo "que no todo está perdido todavía", porque "el pueblo haitiano es un pueblo animado por la esperanza, que le permite vivir, o mejor dicho, sobrevivir, y atravesar milagrosamente los momentos más oscuros de su historia".
¿Por qué los Obispos de Haití han pedido al Primer Ministro que dimita?
En el número 3 de su mensaje sobre la situación actual en Haití, los obispos católicos haitianos dijeron lo siguiente: “Testigos de la miseria y del sufrimiento de nuestros conciudadanos en los diez (10) Departamentos del país, nosotros, Obispos de la Conferencia Episcopal de HAITÍ (CEH), lanzamos un enérgico llamamiento al Primer Ministro, Dr. Ariel Henry, para que tome consciencia de la gravedad de la situación actual y tomar una decisión sabia por el bien de toda la Nación que se encuentra gravemente amenazada en sus fundaciones”.
Los Obispos Católicos de Haití hacen este enérgico llamamiento al Primer Ministro del país, porque están preocupados por el empeoramiento de la situación socioeconómica, humanitaria, alimentaria y de seguridad en el país con el resurgimiento de la inseguridad, el control de bandas armadas (gangs) que aterrorizan a la población haitiana a través de asesinatos, secuestros, rescates, robos, violaciones, luchas entre pandillas (gangs) por el control de territorios, que tienen como efectos colaterales: el desplazamiento de poblaciones que se ven obligadas a dejar todo, casas, bienes y tierras, para refugiarse donde puedan, y esto viene ocurriendo desde hace más de tres años.
Pero lo que preocupa aún más a los obispos católicos de Haití es la desconcertante indiferencia, insensibilidad e inacción del gobierno del país ante esta situación catastrófica, desastrosa a nivel social, humanitario, alimentario y de seguridad. Esto no puede seguir así. Por eso, los Obispos católicos de Haití han pedido a las autoridades del país que pongan fin de inmediato al sufrimiento del pueblo Haitiano que a diario se manifiesta, a veces violentamente (barricadas, quema de neumáticos, saqueos, etc.), para expresar su deseo de cambio, su frustración y rabia contra un gobierno que rechaza, porque parece completamente indiferente, insensible a su sufrimiento indecible, y que parece aliarse con grupos armados y oligarcas para mantener al pueblo en un estado lamentable…
¿Qué es más grave, en estos momentos en Haití, la violencia o la pobreza?
Como probablemente sepa, Haití se presenta ahora como el país más pobre del hemisferio occidental y uno de los más pobres del mundo. Uno puede entonces preguntarse: ¿de dónde viene esta pobreza, que es tan grave como la violencia, porque esta pobreza genera y alimenta la violencia en los barrios (favelas) marginales donde los grupos armados (gangs) reclutan a jóvenes abandonados a su suerte? No creemos equivocarnos al decir que la pobreza del pueblo haitiano es el resultado de un sistema secular de explotación, un sistema establecido por los oligarcas con la complicidad de gobiernos y de políticos corruptos.
Por lo tanto, podemos hablar de la violencia de la pobreza en Haití, que no es menos violenta que la violencia de los grupos armados (gangs) que toman a la población como rehén y la empujan aún más a la pobreza extrema, a la que simplemente llamamos miseria. Y como Usted sabe muy bien, no hay nada como la miseria para alienar y zombificar a un pueblo. El pueblo haitiano está harto de la violencia de la pobreza y la miseria, así como de la violencia de los grupos armados (gangs) que traumatiza a la población haitiana y siembra muerte, luto, desolación y desesperación. Pero el pueblo haitiano es un pueblo asombrosamente resistente y combativo que, sin duda, no se resignará a esta miseria y violencia, sabrá luchar para salir de ella con la fuerza de su fe en Dios y los recursos espirituales de su rica cultura…
¿La Patria haitiana está realmente en peligro o todavía se podría salvar?
Los obispos católicos de Haití han dado la voz de alarma: la Patria o Nación haitiana está realmente en peligro, está gravemente amenazada en sus propios fundamentos. Tememos que la Patria o Nación haitiana desaparezca, así como otras civilizaciones simplemente han desaparecido. Pero creo que no nos equivocamos al decir que no todo está perdido todavía. El pueblo haitiano es un pueblo animado por la esperanza, la esperanza que le permite vivir, o mejor dicho, sobrevivir, y atravesar milagrosamente los momentos más oscuros de su historia. Este es el leitmotiv, la consigna que motiva y inspira todas las luchas justas y no violentas para salvar la Patria o la Nación haitiana…
¿Cuál sería, a su juicio, la solución para Haití?
Siendo por naturaleza optimista (sin dejar de ser lúcido y realista), hombre de fe y de esperanza, creo que, en mi humilde opinión, no hay problema sin solución. La solución, para Haití, puede estar en su lema: ¡la unión hace la fuerza! A esta unión, que constituye la fuerza, habrá que añadir el amor verdadero, sincero, profundo y desinteresado a la patria o nación haitiana; el establecimiento de la democracia y el fortalecimiento de las instituciones o estructuras democráticas; el buen gobierno por parte de dirigentes verdaderamente patrióticos, honestos y competentes que defiendan únicamente los intereses de su país y no sus intereses personales (poder y dinero); la lucha contra la impunidad, la corrupción, la mala gestión administrativa, el clientelismo, el activismo político, el oscurantismo, el analfabetismo, la charlatanería política; el buen gobierno por parte de dirigentes verdaderamente patrióticos, honestos y competentes que defiendan sólo los intereses de su país y no sus intereses personales; el respeto a la vida y a la dignidad humana, la promoción de la justicia, el cuidado y protección del medio ambiente y la creación; el realce o la mejora de las "fuerzas vitales" en la cultura haitiana…
¿Le han pedido a Francisco que se haga eco de la situación de su país?
Como seguramente sabe, el Papa Francisco es un Pastor que está siempre atento a sus ovejas dondequiera que estén en el mundo, especialmente en las “periferias”, y por lo tanto en Haití, que forma parte del continente americano de donde proviene el Santo Padre. Por lo tanto, el Papa está dispuesto a estar bien informado regularmente sobre lo que está sucediendo en el mundo (especialmente a través de las Nunciaturas Apostólicas) y, por lo tanto, en Haití, un país por el que siempre ha mostrado especial atención y cariño o afecto. Así es como el Papa Francisco, en sus audiencias generales, habla regularmente de la dramática y dolorosa situación de Haití, invitándonos a rezar por este país por el que muestra una gran cercanía espiritual y por el que no cesa de pedir la solidaridad internacional…
¿La Iglesia haitiana tiene recursos para seguir aliviando la situación del país?
Como se puede imaginar y comprender fácilmente, la Iglesia en Haití no tiene realmente los recursos, especialmente económicos o financieros, que necesitaría para aliviar la situación del país, la angustia de la población haitiana que se enfrenta a tantos problemas y, por lo tanto, tiene que hacer frente a tantas necesidades: alimentos, vivienda, agua potable, salud, educación, seguridad, etc. Es por eso que la Iglesia en Haití siempre cuenta con la solidaridad de las iglesias hermanas, organizaciones de ayuda humanitaria que siempre la han apoyado en sus esfuerzos por aliviar la miseria y el sufrimiento del pueblo haitiano que les está eternamente agradecido.
Así, la Diócesis de Jérémie (suroeste de Haití) agradece a tantas iglesias hermanas (en Alemania, Italia, Estados Unidos, Francia, Suiza, Bélgica, Canadá, España con el Fondo "Nueva Evangelización" de la Conferencia Episcopal Española, Manos Unidas, Comillas, Fundación Mensajeros de la Paz, etc.) y organizaciones de ayuda humanitaria que siempre la han apoyado en sus esfuerzos por aliviar la miseria y el sufrimiento de la población de la Diócesis de Jérémie (suroeste de Haití), que expresa y no cesará de expresarles su profunda y eterna gratitud…
Quisiera expresarle mi más profundo agradecimiento por haber tenido la gentileza, la benevolencia, la bondad de ofrecerme esta oportunidad de hablar sobre la dramática y dolorosa situación en la que vive el pueblo haitiano desde hace unos años.
Aprovecho esta feliz oportunidad para expresar mi más profunda gratitud a todos los bienhechores de la Diócesis de Jérémie (suroeste de Haití), en todo el mundo, y especialmente en España. ¡Que Dios colme Ustedes de sus Gracias, Favores, Consuelos y Bendiciones en abundancia! Con mi afecto paternal y mi abrazo fraterno.
Para ayudar a la diócesis de Jérémie:
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