"Ofrezco el birrete a mis padres, que me enseñaron a amar a Jesús, a María y a los pobres" Neocardenal Cabrera: "Un compromiso para impulsar esta dimensión samaritana de cercanía, de escucha, de compasión y de servicio concreto"

Neocardenal Cabrera saluda al Papa
Neocardenal Cabrera saluda al Papa

"Cuando me enteré lo que hice fue entrar en la capilla, permanecer en silencio y renovar mi compromiso de servir al Señor"

"Me invadieron sentimientos de sorpresa y de temor; sentí que se movía el piso o que perdí la seguridad y me replanteé muchas cosas, como lo que lo significa este servicio a una Iglesia más grande que la diocesana"

"Esta designación la he tomado no como un honor ni un reconocimiento a mérito alguno, sino como una expresión de cercanía y confianza del Papa Francisco"

"Se lo dedicaré a mi padre y a mi madre, que ya gozan de la presencia del Señor, por cuanto ellos me enseñaron a amar a Jesús, a María y a los más pobres"

Luis Gerardo Cabrera Herrera OFM, (Azogues, 11 de octubre de 1955) es arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia episcopal de Ecuador desde noviembre de 2020. También ha sido presidente delegado de la primera asamblea del Sínodo de la sinodalidad y repite como tal en la segunda sesión sinodal. Se enteró de su designación cardenalicia en Roma y lo primero que hizo fue "entrar en la capilla, permanecer en silencio y renovar mi compromiso de servir al Señor". Recuperada la paz interior, ofrece su capelo a sus padres, un capelo que no considera "ni un honor ni un reconocimiento a sus méritos".

¿Cómo se enteró de su nombramiento cardenalicio?

Con Mons. David de la Torre, fuimos el fin de semana a un convento de San Francisco, del siglo XIII, ubicado en Subiaco, a visitar a unas hermanas franciscanas de Ecuador que residen allí.

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El Papa y Cabrera en el Sínodo
El Papa y Cabrera en el Sínodo

El domingo, luego de la Eucaristía, visitamos algunos lugares históricos; y al regreso, a las 13:15, Mons. David me hizo partícipe de esta noticia, que estaba circulando por algunas redes sociales. Lo que hice fue entrar en la capilla, permanecer en silencio y renovar mi compromiso de servir al Señor.

¿Qué sintió, cuando se lo dijeron?

Me invadieron sentimientos de sorpresa y de temor; sentí que se movía el piso o que perdí la seguridad y me replanteé muchas cosas, como lo que lo significa este servicio a una Iglesia más grande que la diocesana. Luego, recuperé la paz interior y me puse en las manos de Jesús, teniendo en cuenta que no he buscado ni este ni otros nombramientos.

¿Un reconocimiento para usted y para su país?

Como manifesté en el breve mensaje, esta designación la he tomado no como un honor ni un reconocimiento a mérito alguno, sino como una expresión de cercanía y confianza del Papa Francisco.

En cuanto a la Iglesia en Ecuador, desde hace 4 años, se esperaba que el Papa nombrara a un Cardenal; lógicamente, pensábamos que lo haría considerando los criterios históricos y pastorales anteriores. Pero el Papa es el único que puede nominar a sus más cercanos colaboradores y que se sabe solo cuando lo anuncia.

¿Un plus para apoyar con más fuerza la Iglesia sinodal y en salida de Francisco?

El hecho de que el nombramiento se haya dado en este contexto, en el que nos preguntamos cómo ser una iglesia sinodal en misión, es un compromiso para impulsar esta dimensión samaritana de cercanía, de escucha, de compasión y de servicio concreto.

A la luz de la Palabra de Dios y la realidad que vivimos brotan las formas de servicio, desde una palabra de aliento y esperanza hasta las acciones de solidaridad y de justicia.

Monseñor Cabrera
Monseñor Cabrera

¿A quién le va a dedicar su birrete?

La verdad que no he pensado, entre otras razones, porque, en el mundo Franciscano, están en segundo plano. Pero, creo que lo dedicaré a mi padre y a mi madre, que ya gozan de la presencia del Señor, por cuanto ellos me enseñaron a amar a Jesús, a María y a los más pobres.

¡Que Jesús sea conocido, creído, amado, seguido y anunciado, mediante la palabra y el testimonio de una Iglesia sinodal en camino!

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