Una mujer clava un crucifijo en la cabeza de la imagen de un santo Nicaragua ha llegado al "extremo de la deshumanización", según la diócesis de Managua
La Iglesia denuncia la "negligencia" de los servicios de salud, el abuso de los "presos políticos", y el hostigamiento a familias, exiliados que retornan y medios de comunicación independientes
Una ONG reclama una investigación independiente sobre el incendio en la catedral
Su representante catalogó el incendio a la imagen de la Sangre de Cristo como un "muestra de la intimidación que pretende el Gobierno darle a todas las personas, sobre todo a las personas que profesan la religión católica"
Su representante catalogó el incendio a la imagen de la Sangre de Cristo como un "muestra de la intimidación que pretende el Gobierno darle a todas las personas, sobre todo a las personas que profesan la religión católica"
| RD/Efe
La Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua consideró este lunes que Nicaragua ha llegado a un "extremo de deshumanización" que se hace patente en la "negligencia" de los servicios de salud, en el abuso de los "presos políticos", y en el hostigamiento a familias y medios de comunicación independientes.
En un mensaje dirigido "a los fieles católicos y personas de buena voluntad", la comisión de esa diócesis alzó su voz por los más de 100.000 nicaragüenses que se han marchado al exilio a causa de la falta de trabajo, de la "persecución política", la inseguridad y la violación a sus derechos fundamentales, "negándoseles así el derecho a vivir con dignidad en su propia patria".
También reclamó el derecho de los que regresan al país en medio de la pandemia del coronavirus y tras perder sus medios de vidas, "en las condiciones más precarias y son tratados sin la menor compasión".
Señaló que el Estado de Nicaragua les exige "excesivos requisitos y cobros que, en la imposibilidad de pagar, los deja sometidos a condiciones infrahumanas en las puertas de su propio país".
Medio millar de nicaragüenses permanecieron varados durante casi dos semanas en la línea fronteriza entre Nicaragua y Costa Rica, debido a que a la hora de entrar a su país el Gobierno de Managua les impedía el paso hasta que presentaran una prueba negativa de COVID-19.
"La razón y la conciencia se preguntan, cómo hemos llegado a este extremo de deshumanización que se hace tan patente en la negligencia de los servicios de salud, en el abuso de los presos políticos, en el hostigamiento a familias y medios de comunicación independientes, en la impunidad de crímenes", señaló la Arquidiócesis en su carta, en la que exhortó a que no haya ninguna víctima más.
Denuncian constante asedio a templos
Asimismo, la comisión religiosa indicó que "con tristeza constatamos nuevamente el reiterado irrespeto y profanación de la Santa Eucaristía, así como el terrorismo y el constante asedio a diversos templos católicos en fechas recientes".
La ONG Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) asegura que la iglesia Católica en Nicaragua ha sufrido 24 ataques en los últimos 20 meses, incluyendo el incendio que el viernes pasado calcinó una histórica imagen de la Sangre de Cristo en la Catedral de Managua.
La denuncia del Cenidh incluye el caso de una rusa que roció con ácido la cara de un sacerdote, el encierro de nueve días que aplicó la Policía a un padre en su parroquia tras cortar los servicios de agua y luz, la retención de un grupo de mujeres en la Catedral de Managua y la destrucción o robo de imágenes.
"Les invitamos a seguir unidos en la oración desde nuestros hogares, en comunión con nuestros legítimos pastores, confiando plenamente en Dios y que Nuestra Señora de la Asunción llene de esperanza nuestros corazones para trabajar en la construcción del Reino de Dios", concluyó.
En duda la investigación policial
La relación entre el Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, con la Iglesia Católica, ha sido de desencuentros, desde el 10 de enero de 2007, cuando los sandinistas retornaron al poder. En ese contexto la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) sugirió este lunes una investigación independiente para determinar las causas del incendio de la imagen de la Sangre de Cristo en la Catedral de Managua.
El secretario ejecutivo de la CPDH, Marcos Carmona, dijo a los periodistas, tras reunirse con uno de los sacerdotes de la catedral, Luis Herrera, que deberían "contratar a un perito para que determine la causa real de este incendio que ha destruido la imagen de la Sangre de Cristo".
Según la Arquidiócesis de Managua, un desconocido lanzó el viernes pasado un artefacto e incendió la imagen de la Sangre de Cristo que lleva 382 años en Nicaragua y que fue venerada por San Juan Pablo II en 1996, cuando se arrodilló y oró a sus pies, durante su segunda visita al país, de mayoría católica.
La ONG Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) asegura que la iglesia Católica en Nicaragua ha sufrido 24 ataques en los últimos 20 meses, incluyendo el incendio que calcinó una histórica imagen de la Sangre de Cristo
La Policía Nacional, en cambio, ha descartado que el incendio haya sido provocado, y ha descrito el escenario propicio para un accidente, incluyendo la presencia de un atomizador con alcohol y la base de una veladora, en concordancia con la versión emitida por la vicepresidenta y primera dama del país, Rosario Murillo.
El activista de derechos humanos dijo que será el clero el que decidirá si buscarán o no un perito independiente, así como si presentarán una denuncia, o dejarán el caso en manos de "la justicia divina".
Durante el encuentro con el sacerdote, Carmona puso a la orden a la CPDH para recibir la denuncia y acompañar un eventual proceso, al igual que a los testigos. Asimismo, expresó su solidaridad hacia la iglesia Católica, y condenó lo que calificó como "acto terrorista". Para el activista de derechos humanos, "este acto terrorista y criminal no debe quedar en la impunidad" y expresó sus dudas sobre la investigación de la Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente del país, Daniel Ortega.
Carmona catalogó el incendio a la imagen de la Sangre de Cristo como un "muestra de la intimidación que pretende el Gobierno darle a todas las personas, sobretodo a las personas que profesan la religión católica, y esto lógicamente son mensajes intimidatorios para seguir amedrentando al pueblo nicaragüense" que atraviesa una crisis sociopolítica desde abril de 2018.
Un nuevo ataque
Una desconocida clavó este lunes un crucifijo en la cabeza de una imagen de San Diego de Alcalá en un templo situado en la paradisíaca Isla de Ometepe, situada en el Gran Lago Cocibolca de Nicaragua, denunció la Iglesia Católica.
El hecho ocurrió a las 13.00 horas (19.00 GMT), cuando una mujer ingresó al templo parroquial de San Diego de Alcalá, en el municipio de Altagracia, en la Isla de Ometepe, se acercó a la venerada imagen y con actitud de enojo y gritos tomó el Cristo que la imagen porta en su mano derecha y la clavó en la cabeza de la estatua, según el relato de la diócesis de Granada y Rivas (sureste).
Una feligrés presente en el templo, al ver lo sucedido, trató de detener a la mujer, pero no logró alcanzarla y huyó, de acuerdo con la información. Inmediatamente el párroco José Ramón Gómez llegó al templo y dio aviso de lo ocurrido al obispo de la diócesis de Granada y Rivas, Jorge Solórzano. La fuente explicó que la imagen del santo estaba expuesta este lunes al público por celebrarse en esa ciudad las denominadas "fiestas chiquitas" del pueblo.
"Condenamos este acto de irrespeto hacia nuestras imágenes y templos, y pedimos a todos nuestros fieles mantenernos en constante oración y vigilancia ante situaciones como éstas", abogó la diócesis de Granada y Rivas.