Dos edificios propiedad de la Iglesia católica de Nicaragua, un centro de formación de seminaristas y un centro de retiro espiritual, fueron expropiados por el Gobierno que preside Daniel Ortega junto con su esposa, Rosario Murillo, en medio de tensiones entre el Ejecutivo sandinista y la Santa Sede, denunció este lunes el sacerdote nicaragüense exiliado Erick Díaz.

Uno de los edificios ocupados por agentes policiales y funcionarios de la Procuraduría General de la República, que es la representante legal del Estado, es donde funciona el seminario San Luis Gonzaga, de la diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, y el segundo el centro de retiro espiritual La Cartuja, indicó el sacerdote en su cuenta de X.

«Una noticia muy triste. El seminario San Luis Gonzaga, en Matagalpa-Nicaragua, ha sido confiscado. Este seminario es el corazón de la Iglesia y de una diócesis, y es el lugar donde se forman los futuros sacerdotes. Esta tarde fue tomado por la policía, dejando en el limbo a todos los seminaristas», explicó el religioso.

El sacerdote Díaz señaló que la diócesis de Matagalpa, que dirige desde el exilio el obispo excarcelado Rolando Álvarez, está sufriendo l a peor «embestida de su historia» bajo el Gobierno de Ortega y Murillo.

«Es la diócesis más golpeada del país. Solo esta semana han sido tomados y confiscados dos de sus patrimonios más preciados: el centro de retiro espiritual La Cartuja y ahora el seminario donde se forman nuestros futuros sacerdotes. Que Dios ayude siempre a nuestra diócesis de Matagalpa”, añadió.

Al momento de la ocupación, en el seminario se encontraban seminaristas de las diócesis de Matagalpa y de Siuna (Caribe) recibiendo clases, quienes fueron sacados del sitio y obligados a irse a sus casas, de acuerdo con la denuncia, a la que no se han referido las autoridades y usualmente no lo hacen.

La diócesis de Matagalpa es dirigida por el obispo Rolando Álvarez, quien en febrero de 2022 fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida, por delitos considerados de traición a la patria.

La condena contra el alto jerarca, que fue enviado al Vaticano hace un año, fue dictada un día después de que rechazase subirse al avión que lo iba a llevar con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses a Estados Unidos, lo que provocó la indignación del presidente Ortega, que en cadena nacional lo calificó de «soberbio», «desquiciado» y «energúmeno».

El mandatario sandinista, de 79 años y en el poder desde 2007, ha calificado como una «mafia» a la Iglesia, y ha declarado interrumpidas las relaciones con el Vaticano.

Las relaciones entre el Vaticano y Managua atraviesan momentos de gran animadversión: el papa Francisco llegó a denunciar el «desequilibrio» de Ortega y a su régimen de «dictadura grosera». Este, a su vez, acusó al Vaticano de formar parte del «conglomerado del fascismo» y ha disuelto y expropiado a la Compañía de Jesús – conocidos como los jesuitas-, orden a la que pertenece el sumo pontífice.