- A pocos días de celebrar el Primer Aniversario del Sínodo Panamazónico, ¿Qué balance puede trazar de este evento eclesial?
R.- A casi un año del Sínodo para la Amazonia creo que el balance que podemos hacer es el paso que se ha dado para la creación del CEAMA, la Conferencia Eclesial de la Amazonia y esto a todos nosotros nos viene muy bien porque le estamos dando ese peso que el Papa Francisco nos ha pedido concretamente, por ejemplo en la Evangelii gaudium, en la Laudato si’ y también en Querida Amazonia. Porque el CEAMA se constituirá como un centro, un espacio, un lugar, para poder escucharnos y para poder escuchar sobre todo a las bases, a los lugares, a los misioneros, a todas las experiencias que acompañan todo este proceso sinodal y postsinodal.
REIBA: La Comisión de Educación Intercultural
“Otro de los pasos que se han dado en este proceso es por ejemplo, la Red de Educación Intercultural Bilingüe en la Amazonia, REIBA. Este es otro detalle que se viene consolidando ya. Es verdad que la educación intercultural bilingüe ya tiene bastante tiempo en esta parte del planeta, pero el hecho de que la Iglesia se involucre cada vez más en este proceso, en este desarrollo, en nuevas propuestas, sobre todo de la educación – porque la Laudato si’ nos exige esto también, Querida Amazonia también nos pide esto dentro de la conversión pastoral – creo que es muy importante, un paso bastante importante en este tema”.
El rol que desempeña la mujer en la Amazonia
“Otro aspecto que también a mí me llama muchísimo la atención, pero creo que es muy bueno, es el tema de la Comisión de Mujeres. En ese sentido la CLAR, está jugando un papel muy importante, muy importante sobre el rol que desempeña la mujer concretamente en esta parte de la de la región panamazónica. Sabemos perfectamente el desafío que se ha logrado cuando el Papa Francisco ha escuchado a este grupo de mujeres en el Sínodo. Pero que no quedan en desafíos sino que se está dando pasos y creemos que se irá madurando las propuestas”.
La importancia de los pueblos indígenas
“Otra de las grandes cosas, que a mí me ayuda mucho es el tema, cuando se dijo la Iglesia debe ser aliada de los indígenas y eso es bueno porque la COICA (Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica) últimamente está jugando un papel muy protagónico y muy importante en un proceso de reflexión, en un proceso de amazonización”.
Un proceso de conversión cultural
“También podemos señalar que hoy ya se está hablando de nuevos temas, por ejemplo temas como el “ecocidio, etnocidio, terracidio” y cada vez son más los grupos, cada vez más las personas, cada vez son más las instituciones que están involucradas en este proceso de diálogo que la Laudato si’ nos exige, un proceso de conversión cultural, un proceso de conversión sinodal, todavía quizás dentro de nosotros como Iglesia todavía nos falta ponernos las pilas en este aspecto, pero el desafío está, el desafío al diálogo, el desafío a la conversión, esta palabra qué está en todo el pontificado de Francisco que hoy lo podemos llamar sueños, yo creo que aquí está el punto de quiebre”.
¿Queremos o no esa conversión, ese sueño? ¿Queremos o no queremos soñar con Francisco?
Documento Postsinodal Querida Amazonia
¿Cómo ha sido recibido y aplicado el documento Postsinodal Querida Amazonia entre los pueblos amazónicos y territorios de misión?
R.- Entre los pueblos de la Amazonia, el documento Querida Amazonia, esta Exhortación Apostólica Postsinodal, creo que ha sido bastante acogida, sobre todo en los espacios, dónde se ha empezado el proceso de escucha, el proceso de preparación para el Sínodo, pero todavía hay partes, todavía hay lugares, todavía hay parroquias, todavía hay diócesis en donde este proceso aun no ha comenzado, todavía suena algo como que indiferente, algo que todavía no ha entrado en mi corazón y por desgracia, no ha entrado ni si quiera en la mente. Imagínate tú, estamos conmemorando el 5º Aniversario de la Encíclica Laudato si’ y todavía a 5 años de la Encíclica hay muchísima gente dentro de la Iglesia y fuera de ella naturalmente, que no aún no conoce la Laudato si’.
El Sínodo nos pide un diálogo como colaboraciónCon Querida Amazonia seguramente va a suceder igual, pero yo creo que se están dando pasos y se están dando pasos porque son las comunidades las que nos están exigiendo a nosotros los misioneros, a ir dando respuestas a estas propuestas que salieron del Sínodo. Y una de las propuestas concretas es empezar ya no solamente un proceso de escucha, sino de prepararnos para el diálogo, de prepararnos para un diálogo como colaboración, un diálogo donde todos nos tenemos que involucrar y es allí donde apuntamos y yo creo que hay una continuidad totalmente buena entre Evangelii Gaudium,Laudato si’, Querida Amazonia y seguramente veremos esa continuidad en “Hermanos todos” (Fratelli tutti). Entonces creo yo que ahí está el punto clave donde tenemos que trabajar y tenemos que reflexionar.
En el marco de la celebración del Tiempo de la Creación y del Quinto Aniversario de la Encíclica Laudato si’, ¿Qué desafíos aun quedan por afrontar para promover una ecología integral? ¿Cómo hacer para construir una Iglesia con rostro amazónico?
R.- Estamos viviendo el Tiempo de la Creación, un tiempo dedicado durante unos 30 días para reflexionar sobre nuestra relación con la Casa común. Pero también es muy importante darnos cuenta que Querida Amazonia nos ha pedido, ha puesto el dedo en la llaga y ha creado un desafío, un desafío que nace en el corazón del Papa Francisco para decirnos que tengamos la creatividad, ojo la creatividad en el diálogo, un diálogo como colaboración para poder encontrarnos con otras culturas, encontrarnos con otras religiones, encontrarnos con otras personas que piensan de manera distinta. Si tenemos que promover una ecología integral la tenemos que promover no desde nuestra visión, si no tenemos que introducirnos, tenemos que involucrarnos, tenemos que meternos en una realidad que para nosotros seguramente es todavía muy desconocida.
Ayudar a construir una Iglesia con rostro amazónico
Hay que tener vocación para estar en este proceso, no todos estamos llamados para trabajar en un lugar como este, pero lo importante es que preparemos en el seminario, preparemos en las casas de formación, preparemos en las parroquias gente que quiera ayudar en la construcción de una Iglesia con rostro amazónico y eso que implica romper un poco mis esquemas normalmente formativos que he recibido, implica tener la humildad de reconocer que Dios se transmite, se comunica y nos habla a través de una realidad nueva, cómo es los pueblos de la Amazonia de la cual la Iglesia tiene ya una opción preferencial concreta, decidida y se ha dicho claramente en el Sínodo que está tiene que ser por allí, nuestro trabajo.
Ser creativos en este proceso de diálogo
Entonces esa continuidad, esa continuidad en el trabajo que los misioneros han venido desarrollando por ya varias décadas, todavía no ha madurado, y va a ir madurando en la medida que Querida Amazonia logre los objetivos de construir una Iglesia con rostro indígena repito, pero una Iglesia en donde yo pasé – yo creo que aquí está la clave – pase a ser yo no el protagonista sino ayudar para que los pueblos ribereños, indígenas, quilombolas, etcétera sean ellos los protagonistas de un proceso de cambio, de una conversión pastoral, de una conversión ecológica, de una conversión, vamos a llamarle así, sinodal, a la que todos nos tenemos que sentir parte, porque si no somos parte de este proceso, pues tendríamos que cuestionarnos mucho y aquí viene la invitación de Francisco, en de ser bastante creativos, pues bastante creativos en este proceso de diálogo.
R.- Aquí en el Perú la pandemia ha dejado y continúa dejando situaciones bastante difíciles e incomprensibles en el corazón y la vida de mucha gente, sobre todo de los pueblos indígenas. ¿Cómo ha llegado el virus? El virus ha llegado justamente por la presencia de personas mestizas, por la presencia de personas ajenas. “Yo recuerdo por ejemplo, en un lugar, en un distrito de Loreto cuando el gobierno decidió repartir canastas de alimentos, a un alcalde se le ocurrió en Iquitos contratar una barca grande con cuatro o cinco personas que trasladasen esos alimentos y esas bolsas de alimentos para los de la ribera, para las comunidades de la ribera. ¿Y qué hicieron? Han ido de comunidad en comunidad entregando y ¿qué ha pasado con estas personas? Han llevado el virus, al final todo esta gente de todo está ribera se ha ido contagiando poco a poco”. También por la presencia de empresas o de gente extraña que tiene sus proyectos seguramente allí, proyectos extractivos, proyectos de empresas etcétera mestizas, no indígenas que han tenido el interés de pensar más en su preocupación y sus intereses particulares y no han pensado en la problemática que podrían haber traído a las comunidades.
La solidaridad de la población
Por otro lado, lo que me ha gustado muchísimo es la respuesta de gente. La gente en Iquitos por ejemplo, aquí en Aucayacu ha sido bastante generosa, bastante solidaria, en Iquitos a pesar de todas las dificultades que ha podido vivir el Padre Miguel Fuertes a raíz de las plantas de oxígeno que el Vicariato de Iquitos ofreció, la gente colaboró y allí están las plantas de oxígeno. En otros Vicariatos, en otras partes de la Iglesia aquí en la Amazonía, las parroquias, las congregaciones, las diócesis, han trabajado enormemente esto yo creo que es una cosa bastante positiva más allá de preocuparnos o de lamentarnos que el virus nos va a detener o nos va a matar, lo que ha generado es una solidaridad increíble en la gente y la Iglesia ha realizado su rol de acompañar a los pueblos, de hacer prevalecer la justicia, porque si lamentablemente los gobiernos no han podido hacerse presente una vez más la Iglesia ha demostrado que en conjunto trabajando con el pueblo, sensibilizando el pueblo se pueden lograr objetivos comunes.
La cercanía de la Iglesia en la selva peruana
Aquí en Aucayacu, aquí está la labor de la Iglesia y es la Iglesia la que está llamada a responder concretamente en situaciones de emergencia como si se está desarrollando acá, aquí está funcionando muy bien los comedores, aquí está funcionando muy bien el programa “Respira Perú”, el programa “Resucita Perú”, la Iglesia peruana para nosotros tiene un Presidente bastante grande y todavía mantiene una gran confianza de parte de la población que cree en la Iglesia, creen sus sacerdotes, creen sus Obispos y esto es algo que nosotros lo tenemos que seguir trabajando, tenemos que seguir fortaleciendo porque si no nos involucramos en las cuestiones concretas para responder a situaciones concretas, vamos a ir simplemente pues disparando, disparando, disparando y nunca vamos a acertar, tenemos que trabajar en red, tenemos que trabajar en conjunto y eso es lo que se ha demostrado, se ha globalizado la solidaridad y es la solidaridad ese lenguaje de una nueva fraternidad que está surgiendo a raíz de todo este problema, que llamamos pandemia.