Por su cruzada antiabortista y su defensa de la educación católica Trump dice ser el mejor presidente "en la historia de la Iglesia", en conversación telefónica con líderes y educadores católicos

El pasado sábado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo un encuentro telefónico con más de 600 líderes y educadores católicos del país. Abordando diferentes temas de interés, desde el camino hacia el desconfinamiento y la reapertura del culto público a la libertad religiosa o la "causa pro-vida", sostuvo que las cuestiones políticas que se determinarán en las elecciones del próximo 3 de noviembre "nunca han sido más importantes para la Iglesia".

Recabando la información de esta reunión telefónica a partir de la grabación de un audio, el portal Crux ha publicado cómo Trump se autodefinió el "mejor" presidente "en la historia de la Iglesia Católica", advirtiendo abiertamente que, si los demócratas ganan la presidencia, habrá "una Iglesia Católica muy diferente".

El actual presidente se refirió a la posibilidad de la victoria demócrata recalcando que su defensa del derecho a abortar es radicalmente opuesta a las convicciones republicanas: "los demócratas quieren el aborto y lo quieren ahora y quieren que llegue hasta el final del noveno mes y más allá", sentenció, haciendo alarde del mismo discurso demagógico que ya utilizara en campaña contra Hillary Clinton.

Trump y Dolan: intercambio de piropos

En su comparecencia telemática, el presidente Trump intercambió palabras, entre numerosos representantes de la educación católica en EEUU, con miembros de la jerarquía católica, como los cardenales Timothy Dolan, de Nueva York, Sean O'Malley de Boston o el arzobispo José Gómez de Los Ángeles.

Mostrándose complaciente con los religiosos, Trump recordó que ya la semana anterior había contactado con ellos para hacer frente al problema de la gestión de la vuelta a las celebraciones, que su consulta a la comunidad católica no es un hecho puntual. De la misma manera, aludió a su presencia en la Marcha por la Vida celebrada el pasado enero como la primera vez que un presidente en ejercicio se manifiesta en esta multitudinaria cita antiabortista, y les aconsejó recordarlo al ir a las urnas.

Por su parte, Dolan fue el primero en tomar la palabra y dirigirse al presidente, haciendo la broma de que habla con Trump más que con su madre de 90 años. Tras el chascarrillo, lanzó el piropo: "Te necesitamos más que nunca", para combatir la crisis sanitaria y la situación de la escuela católica en el entorno post-pandemia. Trump también desplegó multitud de halagos a la gestión educativa de la Iglesia Católica, y definió a Dolan como "un gran caballero" y un "gran amigo".

Menos cariñoso con el presidente, O'Malley se limitó a instar a la administración Trump a garantizar la asistencia de la matrícula a las familias que envían a sus hijos a escuelas católicas y tendrán dificultades tras la crisis del coronavirus.

Los "mejores números" en racismo

En una actitud explícitamente de pre-campaña, Donald Trump explicó que, según sus cálculos, su gobierno ha sido responsable de la economía más potente de la historia del país, con los "mejores números" de afroamericanos, hispanos, asiáticos y mujeres.

¿Ricos o deportados? Como es habitual, no dejó tan clara esa realidad de la que quería alardear como su sentencia acusatoria: afirmó que la propagación de la covid-19 "podría haberse detenido mucho antes... si se hubiera detenido en la fuente, y todo el mundo sabe lo que quiero decir cuando digo eso".

Tras la reunión, el presidente de Estados Unidos publicó en su cuenta de Twitter que se disponía a seguir la transmisión en directo de la misa del cardenal Dolan del día siguiente. Por su parte, el domingo Dolan envió en su eucaristía bendiciones de cumpleaños a la primera dama, la "gentil" Melania Trump, tras lo que recibió un nuevo tuit de agradecimiento por parte del presidente.