Las víctimas se acercan al centenar y podrían ser muchos más ¿Cuántos y quiénes fueron los mártires cristianos de la última dictadura argentina?

Masacre de San Patricio
Masacre de San Patricio

La pregunta surge de un libro, de reciente aparición, encargado por el entonces cardenal Bergoglio: “En el ojo de la tormenta: mártires en la Argentina de los setenta” (Ed. San Pablo), de Marco Gallo

El objetivo: que se pudiera establecer quiénes de ellos habían sido víctimas de la represión ilegal por su adhesión al Evangelio y quienes habían hecho una opción ideológica

En su libro, Marco Gallo reseña la vida de medio centenar de ellos. Pero aclara que su investigación no está terminada y podrían sumarse más casos, aunque considera imposible establecer con precisión el número

(Clarín).- Los mártires más conocidos son los casos del obispo Enrique Angelelli, el padre Carlos Mugica, los cinco religiosos palotinos y las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. Pero son muchos más los sacerdotes y religiosas, además de numerosos laicos católicos y metodistas que fueron asesinados o permanecen desaparecidos debido a la violencia política previa al golpe del ’76 y la represión ilegal de la dictadura.

Según el prestigioso Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos -fundado a comienzos del proceso militar-, las víctimas por su compromiso religioso se acercan al centenar.

En su libro “En el ojo de la tormenta: mártires en la Argentina de los setenta” (Ed. San Pablo), de reciente aparición, el director de la Cátedra Pontificia (Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco) de la UCA, el licenciado Marco Gallo, reseña la vida de medio centenar de ellos. Pero aclara que su investigación no está terminada y podrían sumarse más casos, aunque considera que “no es posible establecer con precisión el número de muertos y desaparecidos por su compromiso religioso”.

Gallo encaró la tarea a partir de un pedido del entonces cardenal Jorge Bergoglio, precisamente “para que pudiera establecer quienes de ellos habían sido víctimas por su adhesión al Evangelio y quienes en cambio habían hecho otras opciones, más políticas y radicalizadas” y así poder determinar a los mártires cristianos. A tal fin le entregó una lista elaborada por el arzobispo Carmelo Giaquinta, ya fallecido, que se caracterizó por su defensa de los derechos humanos.

Marco Gallo

- ¿Cuál es el propósito del libro?

- El propósito del libro fue poder sacar a la luz y difundir, junto a algunos más notorios, las historias de hombres y mujeres cristianos poco conocidas que en un tiempo de extrema polarización política eligieron la puerta estrecha del Evangelio para testimoniar al Jesús crucificado por los hombres, manso y humilde de corazón. La humildad y el ocultamiento. Pienso, por ejemplo, en el cura barrendero Luis Silva, que compartió hasta el último minuto la vida de los “descartados" de su época.

- ¿Cómo fue la tarea de discernir entre los cristianos que fueron asesinados por su compromiso religioso y quienes abrazaron una ideología y optaron por la violencia?

- Ese fue el mandato que recibí; poder discernir quienes fueron mártires o testigos de la fe por su fidelidad al Evangelio y quienes, en cambio, abrazaron una ideología y por ello fueron víctimas del terrorismo de Estado. Ni una ni otra muerte o desaparición es justificable y en ambos casos es algo totalmente repudiable. A los fines de la investigación es poder discernir las opciones. Las fuentes consultadas fueron muy variadas: desde entrevistas a allegados, investigación en archivos, material bibliográfico y sitios de internet. Claramente queda mucho para seguir profundizando. 

- De su análisis de las biografías, ¿qué patrón surge como criterio para la elección de las víctimas? ¿Fue sobre todo por su obra en las villas?

- Es difícil establecer un patrón cuando en realidad se pone en la mira la búsqueda de la solidaridad o de una justicia social que supere tantas desigualdades y oportunidades. La predicación del Evangelio lleva a opciones que pueden molestar al poder de turno, en este caso los represores, pero los mártires y testigos de la fe no sufrieron solo por su compromiso en las villas; hay otras situaciones también.

Última dicatdura argentina

- ¿Cree que las autoridades eclesiásticas pudieron haber evitado, al menos en parte, tantos secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones de cristianos comprometidos con su fe?

- Ante esta pregunta me encuentro en la necesidad de responder que en la complejidad de la situación que se vivía por los años de la dictadura (y también los previos) no es sencillo juzgar las mentes y los corazones de los actores de entonces. Todos y cada uno en las coyunturas que nos encontramos podríamos hacer mucho más. Que hubo complicidades, no es una novedad. Pero que hubo mucho trabajo silencioso y abnegado también hay que reconocerlo.

- ¿Considera que la Iglesia reconoció suficientemente a sus mártires?

- Con relación a la Iglesia muchos de sus testigos de aquellos años ya no están más. La tormenta de violencia afectó en su conjunto a toda la sociedad argentina. La complejidad de aquellos años me empuja a no buscar la lógica del chivo expiatorio, pero sí a reconocer una responsabilidad colectiva, también silencios y complicidad, instigación a la violencia que pesaron sobre todo el cuerpo eclesial. No obstante, no hay que olvidar el pedido de perdón pronunciado por los obispos en el Jubileo del 2000.  

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