El arzobispo de Buenos Aires durante la reflexión organizada por el Centro Latinoamericano de Evangelización Social (CLAdeES) Monseñor García Cuerva: "Tenemos una deuda enorme con Francisco al no dejarlo ser"
Jorge García Cuerva lamentó que los argentinos "le digamos a Bergoglio cómo ser Papa" y "nos perdamos al líder mundial más escuchado"
Fue en un diálogo con la rabina Silvina Chemen sobre la 'Evangelii gaudium', en torno a la pregunta: ¿Acaso es posible la alegría en este tiempo?
A modo de autocrítica, García Cuerva expresó: "La Iglesia latinoamericana que jugaba de revolucionaria, que decía ir años delante de revolución teológica, luego de Aparecida no avanzamos. Cuando el Papa nos dijo juéguensela, vayan para adelante, sin pedir permiso"
Chemen, a cargo del diálogo interreligioso del Seminario Rabínico Latinoamericano, subrayó la "cercanía" con la tradición judía que trasluce el documento papal y saludó en forma especial a mujeres musulmanas presente entre el auditorio
A modo de autocrítica, García Cuerva expresó: "La Iglesia latinoamericana que jugaba de revolucionaria, que decía ir años delante de revolución teológica, luego de Aparecida no avanzamos. Cuando el Papa nos dijo juéguensela, vayan para adelante, sin pedir permiso"
Chemen, a cargo del diálogo interreligioso del Seminario Rabínico Latinoamericano, subrayó la "cercanía" con la tradición judía que trasluce el documento papal y saludó en forma especial a mujeres musulmanas presente entre el auditorio
| RD/Agencias
A diez años de la exhortación apostólica Evangelii gaudium, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva y la rabina Silvina Chemen abordaron un diálogo como respuesta a la pregunta ¿Acaso es posible la Alegría en este tiempo?. En el contexto de esa reflexión organizada por el Centro Latinoamericano de Evangelización Social (CLAdeES), el prelado porteño expresó: “Tenemos una enorme deuda con Francisco al no dejarlo ser. Le decimos a Bergoglio cómo ser Papa”.
“Los argentinos creemos que sabemos todos los temas. Como pasa con el fútbol, hasta a Scaloni le decimos cómo debe jugar la selección nacional. Entonces a Francisco lo metimos en el barro, en la discusión bizantina, mientras la historia pasa y nos perdemos del líder mundial más escuchado, que juega en primera y nosotros seguimos en primera D", lamentó y planteó: "Pero Dios nos va a interpelar en el Cielo: ‘¿fuiste cristiano, religioso o argentino en la época del Papa Francisco?’”.
La Iglesia latinoamericana que jugaba de revolucionaria, luego de Aparecida no avanzamos"
A modo de autocrítica, García Cuerva expresó: “La Iglesia latinoamericana que jugaba de revolucionaria, que decía ir años delante de revolución teológica, luego de Aparecida no avanzamos. Cuando el Papa nos dijo juéguensela, vayan para adelante, sin pedir permiso".
Al reflexionar sobre Evangelii gaudium, el arzobispo porteño pidió empezar por el último capítulo. “El capítulo cinco ‘evangelizadores con espíritu’. Ahí lo más importante para arrancar la lectura”, precisó.
García Cuerva, quien dedicó al tema de "la revolución de la alegría" su primera carta pastoral en la arquidiócesis de Buenos Aires, consideró es una “revolución, porque si no, nos transformamos en profetas de calamidades, en la queja constante no hacemos más que decirle a la gente lo que ya está enfrentando todos los días".
"El Papa nos dice que la alegría es la respiración del cristiano"
"¿Pero me pregunto que aportó, qué construyó? El Papa nos dice que la alegría es la respiración del cristiano”, sostuvo.
“Jesús no tenía una alegría zonza. Se enojaba y lloraba. Pero nosotros debemos saber o aprender a transitar el dolor y la muerte. Saber cuándo llorar. Lo doloroso no debemos esconderlo. Para también tener tiempo de sonreír. La alegría no es para tapar nada, no me dejo correr por izquierda”, diferenció.
Al cerrar su exposición García Cuerva citó a Carlos Mugica, el primer cura villero y de quien se cumplen 50 años de su asesinato: “Cuando empecé a venir a las villas…lo que más me impactaba (de sus habitantes) era la capacidad de alegría, de disfrute. Pueden estar en la desgracia, pero se deleitan con un partido de fútbol, un asadito, una reunión de vecinos. Mis primeros comentarios eran siempre lo mismo ¡Cómo disfrutan! Y bueno…!Me fui contagiando!”.
Chemen, de la comunidad Bet El, contó lo que le pasó tras un encuentro con Bergoglio en Buenos Aires. “La segunda vez que estuve con el arzobispo, a la noche, cuando volví a casa a mi marido le dije ‘encontré a un maestro’, me conmueve el corazón".
"Mientras que el maestro de este tiempo es el Papa Francisco", sostuvo y aseguró: "Me lo leí todo Evangelii gaudium”
Chemen, a cargo del diálogo interreligioso del Seminario Rabínico Latinoamericano, subrayó la "cercanía" con la tradición judía que trasluce el documento papal y saludó en forma especial a mujeres musulmanas presente entre el auditorio que se hizo presente en el Colegio San José de la Palabra de Dios, del barrio porteño de Villa Crespo.
El encuentro de reflexión interreligiosa sobre la exhortación apostólica cerró con Chemen cantando a capela “Y dale alegría a mi corazón”, el tema de Fito Páez, acompañada a los presentes.
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