El prefecto de Desarrollo Humano Integral, en el congreso de Pastoral de Panamá Czerny: "Hemos encontrado a los migrantes que vinieron del infierno y ahora estaban volviendo a la tierra de los hombres”
Recordando los dos deberes que toda persona debe asumir hacia los migrantes: acogerles y protegerles, el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, presidió el martes 20 de agosto, en Ciudad de Panamá, la celebración eucaristía en la Catedral Basílica Santa María la Antigua
Czerny señaló que, frente a la zozobra que puede sufrir un migrante de saber qué le espera, pero con la esperanza de llegar a un mejor lugar, está pensado en desarrollar una Pastoral Migratoria, que cubra la parte de las Américas desde Colombia hasta Canadá, incluyendo el Caribe
"Los migrantes hoy huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo, encontrando obstáculos en su camino, siendo probados por la sed y el hambre"
"Los migrantes hoy huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo, encontrando obstáculos en su camino, siendo probados por la sed y el hambre"
| Luz Marina Medina
(adnCelam).-Recordando los dos deberes que toda persona debe asumir hacia los migrantes: acogerles y protegerles, el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, presidió el martes 20 de agosto, en Ciudad de Panamá, la celebración eucaristía en la Catedral Basílica Santa María la Antigua.
Este momento litúrgico se realizó en el marco de la reunión de obispos y agentes de la Pastoral de Movilidad Humana de las Conferencias Episcopales de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, que se adelanta desde el pasado 19 y se extenderá hasta el 22 de agosto, donde se analiza la situación migratoria en la región y se asumen compromisos con acciones que favorezcan la dignidad humana de la población migrante.
El purpurado inició su homilía presentando un saludo de esperanza de parte del papa Francisco, quien recordó, guarda en la memoria su feliz y excelente estadía hace cinco años en este país costero.
Migrantes que viven un infierno
Antes de continuar con su reflexión, observó que traía una homilía escrita muy bonita, pero que luego de haber visitado el Centro de Recepción Migratoria «Lajas Blancas», en el Darién, hablaría desde esa experiencia vivida con la población migrante. De esta forma, tomó la lectura del día del evangelista san Mateo y dijo que ese texto ha de interpelar a todos, sobre todo la relación con Dios y el modo en que se vive y comparte con las hermanas y hermanos migrantes.
“Hemos encontrado a los migrantes que vinieron del infierno y ahora estaban volviendo a la tierra de los hombres, ellos vienen de todo el mundo, de Nepal, de Angola, de Haití, de Venezuela, con este infierno detrás, ahora quieren seguir su camino y pasan entre nosotros”, indicó.
Así también, se refirió al pueblo de Israel, en tiempos de Moisés, que tuvo que huir por miedo. Así, advirtió, los migrantes hoy huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo, encontrando obstáculos en su camino, siendo probados por la sed y el hambre, el cansancio, la falta de oportunidades y la enfermedad. Ellos -agregó- “son tentados por la desesperación, pero todos estos sufrimientos no valen tanto si encuentran una acogida cristiana, fraterna y humana”.
Un llamado a dar una respuesta cristiana
Luego reflexionó, frente a la zozobra que puede sufrir un migrante de saber qué le espera, pero con la esperanza de llegar a un mejor lugar y mencionó que el trabajo que se está realizando por estos días en Panamá, está pensado en desarrollar una Pastoral Migratoria, que cubra la parte de las Américas desde Colombia hasta Canadá, incluyendo el Caribe. “Nosotros queremos ayudar a Dios a hacer lo imposible y estamos humildemente convencidos que todos en la Iglesia somos llamados a participar y a contribuir a esta bienvenida cristiana a los que pasan por nuestras parroquias y nuestras diócesis”.
Por esta razón, dijo que “el encuentro con el migrante es también un encuentro con Cristo, él mismo nos lo dijo, es él quien llama a nuestra puerta pidiendo que le encontremos y ayudemos” y -continuó- “aquí viene la experiencia casi inevitable de todos nosotros que tenemos la suerte de encontrar a nuestros hermanos y hermanas migrantes, aquí viene la respuesta, estos pobres nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”.
Finalmente, propuso dar gracias a Dios por la intercesión de San Bernardo Abad, para que sea a través de él que se muevan los corazones generosos y se brinde la ayuda necesaria a las hermanas y hermanos migrantes. Pidió, además, que todos los proyectos que se presenten, sus esfuerzos estén encaminados en acoger y proteger a los más vulnerables.