"Las últimas declaraciones de Bukele nos llenan de preocupación" "No a la minería y Sí a la vida": Comités Óscar Romero España ante la minería metálica en El Salvador
Nos posicionamos del lado de las comunidades, especialmente las más vulnerables, que son las que más sufren los efectos devastadores de esta actividad económica destructora de la vida
Reafirmamos nuestro compromiso con el cuidado de la Casa Común y pedimos a la comunidad internacional, no permitir tal desastre humano y ambiental
La minería metálica es una amenaza para la naturaleza y para la población, y no "un regalo de Dios", como dice el presidente
La minería metálica es una amenaza para la naturaleza y para la población, y no "un regalo de Dios", como dice el presidente
Acabamos de sufrir una catástrofe sin precedentes, y sabemos que dado el carácter depredador del sistema económico en el que vivimos, este tipo de fenómenos serán cada vez más frecuentes. Por ello, debemos aprender de nuestros errores y tratar de rectificar... si es que estamos a tiempo de hacerlo. Debemos reflexionar, analizar la realidad y actuar para transformarla. Tenemos retos individuales, pero sobre todo: colectivos, sociales, económicos, culturales y políticos.
Al hilo de todo esto, nos llenan de tristeza las últimas declaraciones de Bukele, sobre el deseo de reactivar la minería metálica.
Nuestra relación de hermandad y Solidaridad con el pueblo salvadoreño, nos lleva a expresar nuestro estupor ante el mensaje de que el oro es un recurso de Dios regalado a El Salvador. Nos indigna tanta burda manipulación. Por lo que, siendo conscientes de que le corresponde al pueblo de El Salvador decidir su presente y su futuro...
Nos declaramos en contra de esta actividad económica por los siguientes motivos:
-Causa graves daños irreversibles en el medio ambiente y en la salud humana.
Debido al uso de químicos como el cianuro y mercurio que contaminan el suelo y el agua, aumentarían las enfermedades humanas y haría inviable el cultivo para consumo de las personas.
-Agrava la escasez de agua potable en El Salvador.
La mayoría de las cuencas de agua en el país tienen una calidad mala para el consumo humano, debido a la sobreexplotación y por la flexibilización de los permisos ambientales en favor de las empresas constructoras.
La minería, que consume grandes cantidades de agua potable, haría más dificil el acceso a las personas y las comunidades a este bien de primera necesidad.
-Aumenta la vulnerabilidad de las personas y comunidades ante fenómenos como los terremotos, precarizando la vida de la población.
El Salvador no tiene condiciones seguras para la explotación minera por el riesgo continuo de seísmo o deslave, lo que puede ocasionar graves problemas laborales y desplazamiento de comunidades a otras zonas.
-Genera mayor conflicto social y persecución a las defensoras de derechos ambientales.
La ley vigente de prohibición de la minería metálica, aprobada en 2017, fue una lucha y victoria del pueblo salvadoreño (más de 12 años) como muestra del valor que se le otorga a la vida y a la salud, no sólo de las personas sino también de todos los seres vivos de la creación.
Actualmente, luchadores históricos en contra de la minería metálica están siendo hostigados y perseguidos, y las comunidades se ven militarizadas (como ejemplo Santa Marta- Cabañas).
La amenaza, el miedo y la persecución legal de la que son objeto los líderes ambientalistas no busca otra cosa que sentar un ejemplo y disuadir a otros.
-No genera puestos de trabajo de calidad, ni desarrollo local, ni beneficio para el país.
La realidad es que los grandes proyectos de minería son concesionados a empresas transnacionales, que no respetan las leyes internacionales de los trabajadores y tampoco las referentes a daños ambientales.
La estrategia económica del actual Gobierno de El Salvador, busca favorecer los intereses de grupos cercanos al poder y despojar de sus medios de vida a las poblaciones más vulnerables.
La normativa actual permite exenciones fiscales a operaciones comerciales y de inversión, lo cual reduce aún más la expectativa de recaudación del Estado.
Los inversores tienen derecho de transferir libremente y sin límite fondos de su inversión fuera del país, por lo tanto no están obligados a beneficiar a las comunidades ni a mejorar las infraestructuras del país.
Por todo ello decimos No a la minería y Sí a la vida:
-Nos posicionamos del lado de las comunidades, especialmente las más vulnerables, que son las que más sufren los efectos devastadores de esta actividad económica destructora de la vida.
-Reafirmamos nuestro compromiso con el cuidado de la Casa Común.
-Pedimos a la comunidad internacional, no permitir tal desastre humano y ambiental.
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