Tras la denuncia de la hermana Julia Serrano, publicada en RD El nombrado obispo-coadjutor de Riobamba presenta su renuncia una semana antes de ser consagrado
“El nuevo obispo no tiene transparencia y calidad moral ni es apto para orientar conciencias, ni para prestar sus servicios como obispo de Riobamba”, decía en su escrito la misionera
Monseñor Parrilla acusa a la monja de “repartir credenciales del Reino” y se escuda en el 'bienaventurados seréis cuando os injurien'
Parrilla confiesa que presentará “el próximo mes, por causa de mi edad, la renuncia a la sede de Riobamba”
Parrilla confiesa que presentará “el próximo mes, por causa de mi edad, la renuncia a la sede de Riobamba”
La valiente denuncia de la misionera Julia Serrano en RD sobre las incoherencias evangélicas del titular de la diócesis de Riobamba, Julio Parrilla, y del nombrado obispo-coadjutor, padre Gerardo Nieves, tuvo un efecto inmediato. El recién nombrado prelado acaba de presentar su renuncia al cargo, una semana antes de ser oficialmente consagrado.
“El nuevo obispo no tiene transparencia y calidad moral ni es apto para orientar conciencias, ni para prestar sus servicios como obispo de Riobamba”, decía en su escrito la misionera Julia Serrano. Y añadía: “Me atrevo, y tengo derecho a pensar que la elección del nuevo obispo es cuestión de política y pésima política de los representantes del Vaticano en Ecuador, ya que la manera de encubrir la gobernación del obispo Parrilla, durante estos ocho años en la diócesis de Riobamba y las componendas del Nuncio Apostólico, Andrés Carrascosa Coso, de origen español al igual que Parrilla, darán paso a la continuidad que permitirá seguir mintiendo a la gente, y desde luego, serán aptos para obispos, pero no aptos para el Reino”.
Y el padre Gerardo Nieves renunció a la mitra. En cambio, el titular de la diócesis y principal implicado en la denuncia de la misionera, el español Julio Parrilla, incapaz de asumir critica alguna, acaba de enviar una carta a los fieles, en la que, sin citarla, critica a la misionera denunciante y la acusa de “repartir credenciales del Reino”. Más aún, se enroca en el pasaje del Evangelio de Mateo, en el que Jesús dice: 'Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa”.
En su comunicado a la “Iglesia que camina en Riobamba”, monseñor Parrilla se solidariza con su hasta ahora vicario general, Gerardo Nieves, y recuerda que ambos acaban de recibir una carta de apoyo por parte de 500 personas.
Monseñor Parrilla reconoce, asimismo, en la misiva que “nuestra Iglesia tiene sus sombras, pero, gracias a la misericordia de Dios, sigue siendo Iglesia del Señor Jesús, ciertamente pecadora y necesitada de conversión, pero capaz de amar y de servir a todos”. Y cita, como ejemplo, la labor de Cáritas.
Por último, monseñor Parrilla confiesa que presentará “el próximo mes, por causa de mi edad, la renuncia a la sede de Riobamba” y espera que la Iglesia encuentre “caminos de sucesión apostólica”. Porque, “aunque nuestra Iglesia haya sido perjudicada, el Señor y su Santa Madre nos ayudarán a abrir caminos de futuro y de esperanza”.
En su denuncia, la misionera Julia Serrano había lanzado graves acusaciones contra monseñor Parrilla: “Es gobernador de la diócesis, no pastor; su soberbia no le deja ser coherente”. Y, como consecuencia, aseguraba que “Riobamba se ha convertido en una diócesis pagana inundada de bendiciones y entregada a la compra venta de servicios pastorales”. Y concluía: “Con dolor y tristeza debo decir que el Espíritu del Señor hace tiempo que ha volado de Riobamba” y “poco o nada del mensaje de Francisco ha calado en esta iglesia”.
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