Instan a construir el pacto educativo global que propone Francisco Los obispos de México llaman a confiar en la "comunidad educativa" ante la vuelta a las clases de manera virtual
En una Carta publicada en el sitio web de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), ante la noticia de que los estudiantes mexicanos volverán a las actividades escolares el 24 de agosto, pero sólo virtualmente y por radio
"Es tiempo de pensar cómo regresar, para qué regresar, pero sobre todo, qué es lo que necesitamos cambiar, pues hoy las circunstancias nos exigen una educación muy focalizada, que deje la ambición de cubrir los enormes temarios y, en contraste, nos centremos en los aprendizajes esenciales"
"Serán muchas manos, recursos y sobre todo cambio de mentalidad de todos, los que se exijan para esta nueva educación solidaria del cuidado de las personas y de la humanidad en su conjunto"
"Serán muchas manos, recursos y sobre todo cambio de mentalidad de todos, los que se exijan para esta nueva educación solidaria del cuidado de las personas y de la humanidad en su conjunto"
(Vatican News).- “La educación es la actividad humana que nos prepara para aprender a ser y a convivir, en el presente y para el futuro. Este tiempo de emergencia nos ha enseñado muchas cosas importantes. La cultura del individualismo, por supuesto, necesita ser superada con una cultura de la corresponsabilidad, es decir una solidaridad en ejercicio, que nos impulse al cuidado de todos los seres humanos”, lo escriben los Obispos de México en una Carta publicada en el sitio web de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), ante la noticia de que los estudiantes mexicanos volverán a las actividades escolares el 24 de agosto, pero sólo virtualmente, a través de plataformas web y de televisión, mientras que se planean programas educativos radiofónicos para las comunidades indígenas.
La decisión del Ministerio de Educación Pública de México fue tomada para evitar que se produzcan más vehículos de infección por el coronavirus, que sólo en las últimas 24 horas en el país ha registrado unos cinco mil nuevos casos.
En la Misiva, los Obispos mexicanos, dirigiéndose a toda la comunidad educativa del país y ante la situación que se vive a causa de la pandemia, quieren “ofrecer una palabra que ayude a discernir el todo y no sólo las partes; a promover la unidad y no el conflicto; a centrarnos en reflexionar la realidad y no sólo girar sobre el mundo de las ideas; así como vernos en el tiempo, lo que nos permite siempre una oportunidad para caminar con una respuesta positiva y solidaria”.
Por ello, afirman los pastores, ya no se puede pensar sólo en el propio bien o en la mera estabilidad institucional; sólo en lo que yo o los míos requieren, sino que se tiene que pensar necesariamente en el bien de los demás: familiares, vecinos, la sociedad circundante, demás escuelas, el País en su conjunto, la "casa común", en términos del Papa Francisco.
Ante el nuevo ciclo escolar que propone el Sistema Educativo Mexicano, y después de un profundo discernimiento, los Obispos de México señalan que están convencidos de que es necesario “creer, confiar en cada persona y en la comunidad educativa en su conjunto, para volver a clases a distancia, y en el futuro en una presencia escalonada con todos los cuidados y medidas precautorias posibles”. Esto implica tiempo, preparación, cambiar hacia esa cultura del cuidado y, por supuesto, un esfuerzo de enorme generosidad por parte de todos. Ante este desafío, no podemos correr, sino ser sumamente prudentes.
No obstante los encomiables esfuerzos tanto de los padres de familia, como de los maestros y directivos de las escuelas, los Prelados creen que “ha llegado el tiempo de acompañarlos institucionalmente, con una política de Estado que beneficie a todos”. Por ello, las Autoridades civiles, asociaciones de escuelas y padres de familia, investigadores y académicos de la educación, sindicatos y gremios magisteriales, así como la sociedad civil, iglesias, empresarios y todos los sectores en general, debemos voltear a cada escuela, reconociendo en todas ellas un bien público al que tenemos que promover y apoyar corresponsablemente. Hay que levantar hoy, en la realidad de México, ese “pacto educativo global” que propuso el Santo Padre Francisco en el mes de septiembre pasado.
La importancia de los aprendizajes esenciales
Y ante el inicio de las actividades escolares en todo el país, los Obispos de México afirmen que, “es tiempo de pensar cómo regresar, para qué regresar, pero sobre todo, qué es lo que necesitamos cambiar, pues hoy las circunstancias nos exigen una educación muy focalizada, que deje la ambición de cubrir los enormes temarios y, en contraste, nos centremos en los aprendizajes esenciales” y sin correr el “riesgo de muchos niños puedan quedarse fuera de las aulas y, con ello, no sólo interrumpir su desarrollo en el futuro, sino sumergirse en un presente de ocio negativo, de descuido y abandono, de riesgo frente a otros males sociales que los hieran”.
En este sentido, los Obispos animan a los padres de familia a no ver “el servicio educativo de las instituciones escolares”, como aquellas que les eximen de su derecho y deber, de ser los primeros responsables de la educación de sus hijos. “Nuestra súplica es que se involucren de lleno en la comunidad escolar, pues serán muchas manos, recursos y sobre todo cambio de mentalidad de todos, los que se exijan para esta nueva educación solidaria del cuidado de las personas y de la humanidad en su conjunto”.
Asimismo, a los maestros, actores principales de la educación formal, los Prelados les hacen el llamado a “renovar sus criterios de servicio, a redoblar su compromiso por la educación”. Sabemos que lo virtual es útil, pero profundamente insuficiente. Los procesos educativos requieren de diálogo y encuentro, de compartir la vida, no sólo de recibir información. Hoy la escucha verdadera y la comprensión son más necesarias que nunca. Requieren de una dinámica mucho más amplia que el trabajo de lo meramente racional. El encuentro es el único camino que posiciona a la persona en una realidad de aprendizaje humano, sapiencial, afectivo y efectivo, capaz de crear y recrear, a partir de un espacio y un tiempo realmente educativos.
A las comunidades educativas católicas, los Pastores mexicanos los animan a seguir con mucha creatividad su carisma educativo. “La Iglesia ha servido a esta Nación, especialmente en esta misión educativa, por más de quinientos años. Hoy es tiempo de repensar nuestro servicio desde la dificultad, que no es otra cosa más que la oportunidad y la ocasión para desatar nuestra capacidad de responder al puro estilo de Jesús, Divino Maestro”. Por ello, los Obispos exhortan a toda comunidad parroquial, a salir al encuentro generoso de las escuelas presentes en su territorio con el ánimo de servir y coadyuvar, asumiendo que la Iglesia es Madre y Maestra.
Finalmente, el Carta los Obispos de México se dirigen a las autoridades educativas federales y estatales, y les exhortan muy respetuosamente, a promover todo esfuerzo educativo, más que reducirse a sólo regularlo. “La educación está en un momento en el que necesita impulso, confianza y sinergia; no freno, desconfianza y aislamiento. La realidad de la educación en y después de la pandemia exige muchos recursos materiales y humanos”. Sin duda, éstos, los humanos, requieren mucha más atención que los primeros, en tanto que la tarea educativa es una acción de seres humanos dirigida a otros seres humanos, para pulirlos en sus capacidades, comprensión y acción.