"Necesitamos del otro para estar mejor", declaró Fernández en el Hospital Solidario COVID-19 El presidente de Argentina habla con frecuencia con el Papa y comparte su idea de solidaridad
La puesta en marcha del centro sanitario tiene como fin brindar asistencia a pacientes infectados que no cuenten con cobertura médica
En el área metropolitana de Buenos Aires, que comprende la capital y su populoso cinturón urbano, el número de afectados por coronavirus se está acelerando, en especial en los barrios más pobres
"Dios no nos perdonaría que tengamos diferencias ante una emergencia como la que tenemos, donde la única preocupación que tenemos es la de salvar vidas", aseveró Fernández
"Dios no nos perdonaría que tengamos diferencias ante una emergencia como la que tenemos, donde la única preocupación que tenemos es la de salvar vidas", aseveró Fernández
| RD/EFE
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo este lunes que habla con "cierta frecuencia" con su compatriota el papa Francisco y que hace propia la idea del pontífice de que, en el mundo actual, "nadie se salva solo" y todos necesitamos del otro "para estar mejor".
"Tanto dolor que nos toca vivir con la pandemia nos da esa oportunidad", dijo el mandatario al encabezar, en el municipio bonaerense de Pilar, la puesta en marcha del Hospital Solidario COVID-19 Austral, que tiene como fin brindar asistencia a pacientes infectados que no cuenten con cobertura médica.
Una sociedad "más justa"
En su discurso, Fernández hizo alusión a Francisco para defender la unión de la sociedad, tanto quienes tienen necesidades como de los que más tienen, y la importancia de la solidaridad.
"Yo hablo con cierta frecuencia con el papa, y la verdad es que él tiene una idea que yo he tomado como propia porque es muy cierta. La idea de que en este tiempo y este mundo, nadie se salva solo, todos necesitamos del otro para estar mejor", recalcó.
Es así que puso de ejemplo el hospital inaugurado, perteneciente al Hospital Universitario Austral, vinculado al Opus Dei. "Y acá lo que pude ver es que los que más necesitan (...) y los que más tienen, como los empresarios, pueden unirse junto al Estado a hacer una sociedad más justa", recalcó el presidente, convencido de que "hay una Argentina que puede ser mejor", donde todos remen para un mismo lado y sin que haya diferencias.
Contagios en aumento
Según los últimos datos, hasta ahora se diagnosticaron de coronavirus en Argentina -que con diferentes grados según las provincias continúa en cuarentena hasta el 8 de junio- 16.851 personas, de las que 5.521 ya se recuperaron y 541 fallecieron.
Si bien en gran parte del territorio argentino los contagios están controlados y la cuarentena se va flexibilizando, en el área metropolitana de Buenos Aires, que comprende la capital y su populoso cinturón urbano, el número de afectados se está acelerando, en especial en los barrios más pobres.
Para el jefe de Estado, la pandemia conlleva dolor, "desde el malestar de estar aislado hasta el malestar económico". "Que nos afecta a todos por el igual y que no es resultado de una cuarentena, es resultado de una pandemia, que es lo que a algunos les cuesta entender", subrayó, en clara referencia a los críticos con la política desplegada por su Gobierno, de seguir extendiendo el aislamiento social.
En los últimos días, en diversas ciudades de Argentina -que lleva dos años en recesión y contaba a finales de 2019 con más de un tercio de su población bajo la línea de pobreza- se pudo ver a grupos de ciudadanos protestando por la cuarentena, que mantiene, principalmente en Buenos Aires y su cinturón urbano, la economía prácticamente paralizada.
"Dios no nos perdonaría que tengamos diferencias ante una emergencia como la que tenemos, donde la única preocupación que tenemos es la de salvar vidas", aseveró Fernández.
Un país "ejemplo"
Desde hace semanas, Alberto Fernández insiste en que las medidas tomadas en Argentina han permitido controlar la curva de contagios y que los afectados sean menos que en otros países.
Este lunes, en su recorrido por el hospital bonaerense, conoció a diversas personas que después puso como ejemplo en su discurso. Es el caso de Marisa, una enfermera que se contagió de coronavirus y le encontraron restos de la enfermedad hasta 60 días después. "Nadie sabe cuánto tiempo dura el virus en el cuerpo de uno y la capacidad real de contagio", lamentó, y rechazó la creencia de que tras 14 días "todo desaparecía". "Hay muchos lugares del mundo que nos ponen de ejemplo. Hay como reincidencia en la enfermedad y contagian los que ya se contagiaron, porque pueden existir esos restos del virus, que tal vez tengan capacidad para contagiar", agregó.