El fiscal general ha ofrecido nueva información sobre este dramático caso de pederastia El sacerdote de Táchira también abusó del hermano menor del adolescente que confesó su crimen
El sacerdote Jesús Rondón Molina fue asesinado recientemente a manos de una de sus víctimas
Además de los dos hermanos, se ha averiguado que "al menos 2 niños más presentaron denuncias en su contra ante la Iglesia, en los años 2014 y 2015"
El sacerdote tenía "una carrera letal en contra de muchísimos menores de edad" que las autoridades eclesiásticas no detuvieron
El sacerdote tenía "una carrera letal en contra de muchísimos menores de edad" que las autoridades eclesiásticas no detuvieron
| Lucía López Alonso
Una semana después de que apareciera el cadáver del sacerdote Jesús Rondón Molina en el estado venezolano de Táchira, el fiscal Tarek William Saab ha ofrecido nueva información sobre el dramático caso de pederastia, que terminó recientemente con el asesinato del agresor a manos de una de sus víctimas.
Desde el Ministerio Público, el fiscal general ha comunicado que se ha conocido que Rondón Molina también abusó sexualmente del hermano menor de su homicida. La Fiscalía venezolana ha confirmado que el sacerdote amenazaba al joven con violar a su hermano de 10 años si oponía resistencia o lo denunciaba, abusó sexualmente de ambos y que "al menos 2 niños más presentaron denuncias en su contra ante la Iglesia, en los años 2014 y 2015". En consecuencia, el sacerdote tenía "una carrera letal en contra de muchísimos menores de edad" que las autoridades eclesiásticas no detuvieron.
"De las investigaciones se desprende que el comportamiento del presbítero era reiterado, permanente y consuetudinario, de conocimiento de sus superiores", ha confirmado el fiscal.
Proceso interno pero encubrimiento
En el mismo comunicado, el titular del Ministerio Público ha denunciado la falta de respuesta por parte de la Iglesia ante el modo de actuar "aberrante" de uno de los suyos, afirmando que abrir un proceso interno para alejar al pederasta de sus potenciales víctimas no es una medida suficiente. "De las investigaciones se desprende que el comportamiento del presbítero era reiterado, permanente y consuetudinario, de conocimiento de sus superiores", ha confirmado.
La solución, ha señalado, "no era una medida cautelar, como dijo la Iglesia, de llevarlo a un convento o prohibirle tratar a menores. La decisión era denunciarlo y llevarlo ante la justicia para que respondiera por las aberraciones que iba cometiendo escudándose en ser presbítero y dar misas".
Con esta rotundidad, el fiscal ha hecho un llamamiento a las familias de las víctimas para que no dejen de denunciar las agresiones y ha recordado a la sociedad que la pederastia es un "delito grave" que no se puede normalizar bajo ningún concepto, y que deja estragos "irreparables" en los menores que la sufren.