España ofrece la nacionalidad a los 222 presos políticos desterrados por Ortega
| Edit. Salvador GARCÍA BARDÓN
El Gobierno invita a los nicaragüenses deportados a hacerse españoles por vía de urgencia ante la perspectiva de convertirse en apátridas
España ha ofrecido otorgar la nacionalidad a los 222 presos políticos nicaragüenses que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha decidido convertir en apátridas tras haberlos excarcelado y deportado a Estados Unidos. En declaraciones a la agencia Servimedia, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se ha felicitado de la liberación de la mayoría de los reclusos políticos nicaragüenses y se ha ofrecido a acoger “a cualquier otro preso que se encuentre todavía en estos momentos en la misma situación que los que acaban de ser liberados”, en referencia a los 23 internos que siguen privados de libertad por razones políticas.
No obstante, el anuncio de mayor trascendencia lo ha hecho a continuación, cuando ha añadido: “El Gobierno ofrece la nacionalidad española a estos 222 presos liberados, ante las noticias de que se han iniciado los trámites para declararlos apátridas”. El ministro español aludía a la decisión de la Asamblea nicaragüense, controlada por el régimen, de modificar la Constitución para retirar la nacionalidad a los excarcelados tachándoles de traidores.
La concesión de la nacionalidad, según el jefe de la diplomacia española, se haría por “carta de naturaleza”. Se trata de un procedimiento excepcional por el cual, atendiendo a las circunstancias y méritos del peticionario, el Consejo de Ministros puede otorgar la nacionalidad española a un extranjero mediante la aprobación de un real decreto y sin necesidad de un expediente previo.
“El ofrecimiento está ya, por así decirlo, en vigor”, ha subrayado el ministro, quien ha añadido que su departamento va a entrar en contacto con los afectados y que el trámite de concesión de la nacionalidad “tardaría muy poco tiempo”, para “evitar que queden apátridas”.
El Ministerio español de Asuntos Exteriores, según fuentes diplomáticas, se ha coordinado en este asunto con el Departamento de Estado, cuyo titular, Antony Blinken, calificó la liberación de los presos políticos nicaragüenses de “paso constructivo”. También se ha puesto en contacto con algunos de los desterrados que, si quieren acceder a la nacionalidad española, deberán presentar la correspondiente solicitud. La operación será coordinada por el Consulado General de España en Washington.
El régimen nicaragüense sorprendió el pasado jueves con la excarcelación de 222 de los 245 presos políticos y su inmediata deportación a Washington. Entre los liberados y desterrados figuran destacados opositores, periodistas e incluso exdirigentes sandinistas, como Dora María Téllez, la mítica Comandante Dos de la revolución, los hermanos Cristina y Pedro Joaquín Chamorro, hijos del director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro, asesinado en 1978 por el régimen de Somoza; Juan Sebastián Chamorro, sobrino del anterior; o Juan Lorenzo Holmann, gerente del diario La Prensa. En cambio, el obispo Rolando Álvarez se ha negado a abandonar el país, lo que le ha supuesto pasar de arresto domiciliario a recluso en el penal de El Chipote.
Crisis diplomática cerrada entre España y Nicaragua
La oferta de nacionalidad española a los presos políticos liberados se produce 48 horas después de que la nueva embajadora española en Managua, María Pilar Terrén Lalana, presentara sus cartas credenciales ante Ortega, cerrando una crisis diplomática que se inició en agosto de 2021, cuando España llamó a consultas a su antecesora, María del Mar Fernández-Palacios, a quien la cancillería nicaragüense no permitió regresar.
En Estados Unidos, donde aterrizaron este jueves los deportados, la noticia de la concesión de la nacionalidad española a los 222 presos políticos excarcelados de Nicaragua corrió como la pólvora de móvil en móvil a la hora del desayuno en el hotel cercano al aeropuerto de Dulles, a 40 minutos de Washington, donde el Departamento de Estado ha decidido acogerlos durante los primeros días de su nueva vida en libertad. Todos celebraban la decisión del Gobierno español.
Óscar René Vargas, que fue sombra de Daniel Ortega hasta que dejó de serlo y acabó preso el año pasado, pedía al reportero de EL PAÍS: “Por favor, averigüe los detalles, para que podamos entender bien el gesto de España”. Vargas tiene familia en Estados Unidos, en California y Florida, pero prefiere vivir en Europa, explicó.
Lo mismo, un futuro en el Viejo Continente, quiere Irving Lario. “La noticia llegada de Madrid nos ha llenado de alegría. Ahora falta completar los huecos de cómo se va a hacer efectiva”. A nadie le resultó una sorpresa en el hotel del destierro en Washington. “Sabemos que el Gobierno español siempre ha estado muy cerca del pueblo nicaragüense”.
Por su parte, la subsecretaria de Estado adjunta de Estados Unidos, Emily Mendrala, ha señalado este viernes en una rueda de prensa telefónica en Washington que el Gobierno estadounidense está en contacto con España y otros países por si acogen a algunos de los presos políticos. Mendrala ha explicado que cada caso es diferente y que se atenderán en lo posible las preferencias de los expatriados. También ha insistido en que la Administración de Joe Biden está ofreciendo asesoramiento legal a los presos políticos liberados para que decidan qué opción les resulta más conveniente.