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Por la mínima, casi ahogándose, pero lo ha cruzado. Pero a diferencia de César no cruza de la seguridad de la tiranía a los peligros de la libertad, sino del orden al caos, de la libertad de todos a la dictadura de los acreedores, del progreso al regreso, de la esperanza al temor.

Lo ha conseguido; sin fuerza propia, pero sí con la que le han prestado los que valiéndose de que las puertas estaban abiertas se han colado allí para arramblar con todo cuanto encuentren. Son los nuevos bárbaros en busca de botín.

Ya está. Ya tenemos a Pedro Sánchez investido como Presidente del Gobierno de España. Salimos de lo malo y entramos en lo peor, con buen paso, casi encantados de salir del barrizal…, camino del pantano.

Pedro Sánchez hace su entrada triunfal en la Moncloa, la sede de la Presidencia del Gobierno, aunque sólo sea por dos votos y después de tiempo y tiempo de fracasadas intentonas. Ahora tendremos Gobierno pero nos iremos quedando sin España. No quedará piedra sobre piedra del edificio constitucional cuando él se vaya.

Empieza a lo grande: ministerios para todos; Secretarías de Estado, Asesores… ¡habrá para todos!, la anterior Andalucía socialista trasladada al Madrid monclovita y sanchista. La clientela.

Presupuestos y Justicia, los primeros objetivos. Presupuestos, para gobernar; Justicia para santificar. Y desde ahora, a seguir pagando la hipoteca. Como se pueda, antes de que aprieten demasiado y pongan en peligro el triunfo.

El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) acaba de hacerse el harakiri, ha nacido el PS (Partido Sanchista). No quiere pensar en 40 años, no; quiere evitar comparaciones, pero… ha nacido un político, cree él, con vocación de perpetuidad. Nadie sabe cuanto durará su Gobierno; él tampoco, aunque sueñe con terminar la legislatura: su nombre en letras doradas “Presidente del Gobierno de España!, ¡al fin!, en principio por 4 años. Después, ... ¡quizá Europa, lástima que no pueda ser Rey!

Entramos en una época incierta, pero de funestos presagios. No se dejen engañar por la aparente normalidad, el tsunami está de camino.

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