Pues ya han visto: hoy, teatro. Y disparate.

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Entre la tragedia y el disparate, hemos presenciado hoy, en la toma de posesión del nuevo Presidente de la Generalitat, un espectáculo insólito. Y no es porque no estemos acostumbrados a presenciar aquí hechos insólitos, sino porque, a pesar de la costumbre de verlos, a lo que no no acabamos de acostumbrarnos es a que no haya reacción alguna por parte del Gobierno nacional, nuestro Gobierno, el Gobierno de España.

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Aquí, en Cataluña, la oficialidad se halla al margen de la Ley. Emite declaraciones oficiales que ningún Estado democrático toleraría de un poder subordinado del Estado.

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Pues aquí, sí.

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El Sr.Aragonés debería haber sido llamado a consultas y, si procedía, anular un acto que atentaba contra el Estado, porque el hecho de que en el acto de investidura del nuevo Presidente autonómico, desde la sede de la representación de los ciudadanos, el Parlamento proponga un nuevo referéndum para “culminar” la independencia, es ejemplo del dramático disparate en que nos hallamos inmersos.

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Acompañándole, uno de los que protagonizó la última intentona golpista, a quien gentilmente han dado permiso para que no se pierda el triunfo de su proyecto, aunque él, siga momentáneamente en la cárcel, a la espera de una rápida liberación.

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Moviendo los hilos en Waterloo, el otro protagonista de la intentona.

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Y en silencio, o felicitando al nuevo cargo, quien debería impedir este absoluto dislate: el Gobierno de Pedro Sánchez.

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O séa, que todo sigue igual, disparatadamente igual.

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El nuevo Presidente dice que su Programa de Gobierno se basará en “las cuatro banderas de la Generalitat Republicana”. No tiene importancia cuales sean éstas, lo que la tiene es que asocie dicho Programa a una pretensión de “la Generalitat Republicana”, y que él pretenda hacerla suya.

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O sea, contra la Constitución y el Estado que la encarna, porque, aunque no quiera saberlo, la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria. Parece que en ello no ha reparado el Sr.Aragonés, pero lo verdaderamente grave es que tampoco ha reparado el Sr. Sánchez.

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Presionado por sus socios de Junts per Catalunya, un Partido netamente derechista pero decidido a arremeter contra el Estado, sin contemplaciones, en pos de la secesión, y por la CUP, un Partido antisistema que ha impuesto sus consecuentes condiciones, el Gobierno del Sr.Aragonés parece que va a tener una vida agitada y, seguramente, breve, por más "republicano" que quiera parecer.

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Y es que resulta muy difícil ir contra la razón y la Ley, ignorando a la mitad de los ciudadanos, y soportando los enfrentados tirones en las mangas de sus socios ocasionales.

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Porque, cuando no se tiene mayoría social, se pretende gobernar contra la Ley, extorsionar al Estado y atender los requerimientos de socios enfrentados, además de a los propios, y se carece de Programa político al margen de esa ilegalidad que les une a todos, la secesión, suele ser difícil alcanzar la durabilidad.

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Así que, prepárense, el lunes empieza la gresca. Ellos pelearán, nosotros seremos espectadores y el Gobierno, ¡ay el Gobierno!, el Gobierno ciego, sordo y parlanchín… ¡seguirá haciendo planes para el 2050!.

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Ánimo, alguna vez saldremos de esto.

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Fuente: María-José Peña: TEATRO Y DISPARATE

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