"Es urgente un alto el fuego para llevar ayuda al pueblo", señala el arzobispo de Yangon Cardenal Bo, tras el terremoto en Myanmar: "Fue un momento aterrador, mi coche se movía sin control"

En el coche se encontraba el arzobispo de Yangon y presidente de los obispos del país en el momento del dramático terremoto: "Vimos enormes cráteres abiertos en la carretera. La gente huía en busca de seguridad. Fue un momento de miedo para todos".
El llamamiento a que la ayuda humanitaria llegue rápidamente a la población y a una tregua en las hostilidades en curso. La cercanía del Papa, "un bálsamo de consuelo para las personas"
(Vatican News).- "Fue impactante ver cómo la naturaleza agravaba el sufrimiento de las personas que viven en zonas ya afectadas por cuatro años de violencia, colapso económico y desplazamiento forzado". El cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar, expresa a los medios vaticanos todo el dolor por el desastroso terremoto de magnitud 7,7 que azotó la región de Mandalay.
El seísmo ha causado hasta ahora más de mil víctimas en Myanmar y más de 2.300 heridos, con la triste certeza de que tan pronto como se retiren los escombros de los edificios destruidos, el número de muertos aumentará significativamente. Cientos de personas están desaparecidas, tres mil edificios se han derrumbado y decenas de carreteras y puentes han sufrido graves daños. Un terremoto que, afirma el cardenal, ahora se llama "el gran terremoto del siglo".
En el momento del terremoto, el cardenal recorría en coche los lugares más afectados por las muertes y la destrucción. "Mientras atravesábamos el tráfico bloqueado, vimos enormes cráteres que se abrían en la carretera. Nuestro coche se movía incontrolablemente, al igual que todos los demás vehículos. Fue un momento aterrador para todos nosotros". El cardenal Bo describe las "escenas dramáticas de hombres y mujeres corriendo por las calles en busca de seguridad", explicando que ya ha hecho un llamamiento "a todas las partes interesadas para que reciban ayuda humanitaria urgente, para un acceso sin obstáculos a las poblaciones afectadas y para un alto el fuego de todos los grupos en hostilidad". La preocupación se refiere sobre todo a la distribución de la ayuda que, debido a la violencia, "podría verse obstaculizada por los disturbios de los grupos armados", en referencia "a las partes de ambos lados".
Khit Thit Media reports that when the earthquake struck during Friday prayers, at least 50 mosques were destroyed, and 300 Muslims lost their lives. The actual death toll may be significantly higher.
Across the country, the total number of fatalities could reach a thousand or… pic.twitter.com/e284jGBtjU— Ro Nay San Lwin (@nslwin) March 29, 2025
La reconciliación, el diálogo y la paz siguen siendo "la única solución", aunque por ahora el mejor canal para llevar ayuda a los necesitados son los grupos religiosos y la Iglesia católica. El cardenal informa entonces que ha activado "un plan de respuesta a la emergencia" llamado MERCI (Myanmar Earthquake Response Church Initiative - Iniciativa de la Iglesia en respuesta al terremoto en Myanmar) y que ha convocado una reunión entre representantes de la Iglesia y el personal de Cáritas de todas las zonas afectadas.
La Cáritas nacional y las oficinas diocesanas han tomado medidas para intervenir en la diócesis de Mandalay, que es la más afectada, y poder responder rápidamente a las necesidades, en colaboración con las autoridades locales, los líderes religiosos y las organizaciones humanitarias. En las zonas afectadas las comunicaciones no funcionan, no hay Internet y hay muy poca electricidad. "La gente necesita de todo: alimentos, alojamiento, medicinas y todo el material necesario para salvar vidas", continúa Bo, mientras las organizaciones no gubernamentales alertan sobre la emergencia sanitaria, con hospitales ya mal equipados desde el principio, con equipos inadecuados y que ahora están colapsando.
Las palabras del Papa, "bálsamo de consolación"
“Más que nada, nuestro pueblo necesita paz, no la angustia de todo lo que está experimentando”. Para el pueblo, "el bálsamo de consolación" fueron las palabras del Papa que, "a pesar de su reciente enfermedad", expresó su cercanía con un telegrama, así como "durante los últimos cuatro años difíciles", siempre ha demostrado con sus llamamientos que han "consolado constantemente al pueblo".
#MyanmarEarthquake2025 “With bare hands, we have saved one”
— Hnin Zaw (@hninyadanazaw) March 29, 2025
Civilians in #Mandalay are rescuing earthquake victims under the rubbles without any equipments, and are in dire need of dead body bags, water, phone charging stations and assistance.
Video: Su San pic.twitter.com/TkmPv0Fxa5
Son las lágrimas, en este momento, las que unen a una población devastada por el sufrimiento, continúa el cardenal Bo, porque cuando "la naturaleza ataca, los seres humanos olvidamos todas sus diferencias, y si logramos sobrevivir como especie es porque somos capaces de conmovernos con las lágrimas de otros que, en cualquier lugar, ya sea en Tailandia o Myanmar, están en comunión".
El arzobispo de Yangon asegura así la cercanía de la Iglesia al país: "Sentimos su dolor, estaremos al lado de todos en este momento de dolor para ayudar a sanar las heridas. Lo demostramos después del tsunami, lo demostramos después del ciclón Nargis, también superaremos esta crisis, porque la compasión es la religión común en tiempos de desastres naturales".
Etiquetas